Los colombianos no tenemos para que seguir pensando ingenuamente en que los conflictos de la violencia pueden cesar por más intentos de un grupo negociador por lograr la paz.
Es que es absolutamente ridículo pensar que quienes optaron por la rebeldía, vayan a retroceder ante los abiertos desafíos y actitudes de provocación que están haciéndole al pueblo los que se denominan mayorías y se precian de tener la verdad, en el congreso de la república.
Esos políticos que han manipulado y degradado la rama del poder legislativo y de paso han contaminado los demás entes de los poderes públicos, no asisten a las cámaras alta y baja, sino a fijar posiciones radicales, no pensando en las necesidades del pueblo, sino movidos por la avara urgencia de satisfacer sus propios intereses.
Ellos mismos se encargan de utilizar hábilmente la mentira y los medios de comunicación para engañar al pueblo y muchas veces ponerlo en contra de quienes quieren hacer las cosas bien para llevarle un alivio a quienes lo necesitan.
Definitivamente el futuro de Colombia es incierto, como lo afirmó recientemente el Centro Nacional de Consultoría -CNC- en un estudio en el que los encuestados no creen en absoluto en la clase política y por ende del Congreso de la república.
El estudio del CNC reveló la urgente necesidad de convocar las asambleas ciudadanas en todo el país, como metodología innovadora de deliberación para llevar propuesta al estado en soluciones a las dificultades que afectan a las comunidades. Ese clamor lo tiene el 73.9% de los consultados.
Y en nuestro concepto, eso indica, ni más ni menos, que el pueblo ya desconoce la importancia del Congreso de la república, porque con sus equivocados actos se ha ganado la mayor desconfianza que ente alguno haya recibido. Uno de los ejemplos más claros del monopolio y dominio que tienen los grupos políticos quedó demostrado en las reunión que uno de los expresidentes de Colombia -conocido por los cuestionamientos- presidió con sus congresistas, y los representantes del gobierno, reunión en la que llevaron la FEROZ aplanadora para defender la vieja ley que lleva más de 30 años encasillando la salud de los colombianos, y orientando los recursos económicos en favor unos pocos, mientras la mayoría tiene que mendigar en las puertas de los hospitales y muchos de ellos morir por falta de atención.
Por eso y muchos más es que la paz estará cada vez más lejos y el predominio de la violencia estará cada vez más cerca, porque los insumos de la guerra los traen los profanos de la política que se auto eligen dueños del país.
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