Por Gerardo Delgado Silva
El ataque terrorista islámico,
contra la Revista satírica Charlie Ebdó, en Francia, símbolo de la
inteligencia, el humor y el arte occidental, es sin lugar a duda una colosal
tragedia, que además constituye un deplorable ejemplo de la peligrosa
disparidad entre el progreso de la cultura y el envilecimiento de los valores
humanos.
Fanatismo vesánico del Islam,
más dogmático y cruel, en una mezcla insidiosa por intencionada y malévola.
Es una práctica recurrente de
la extrema derecha, en la que se halla subsumido el islam. En palabras de Albert Camus, “El terrorista
renuncia a la complejidad del hombre y se introduce en el territorio de lo
inhumano”. El terrorista degrada la condición humana,
es una renuncia definitiva de la política.
Los paramilitares de nuestra
patria, urdidos por mentes obscenas de extrema derecha, contra blancos
escogidos, pero con personas campesinas inocentes y desprevenidas a su
derredor, ha sido una horrible tragedia.
Crímenes contra la humanidad sincronizados con el proceder de los
islamistas, de manos diestras, fanáticas y suicidas. A esto se añade la personalidad psicopática
de los conquistadores, después de siete siglos de guerra precisamente contra
los árabes.
Es paradojal, pero se infiere
lógicamente que los sujetos de Al - Qaeda, coautores del genocidio en la Sede
de la Revista Charlie Ebdó, ignoraban que la palabra Islam significa resignación, el acto fundamental de la Fe
Musulmana, que de ese modo afirmaba Mahoma, la predestinación del hombre, pero
incluía subsidiariamente toda índole respecto a múltiples circunstancias de la
vida cotidiana.
La gran transformación que
sufrió el pueblo árabe fue obra de Mahoma, un predicador religioso que nació en
el seno de la Tribu de los Koreichitas, quienes tenían el cuidado y
administración del santuario de La
Caaba.
Temperamentalmente místico,
Mahoma se vio obligado por las necesidades de la vida a ocuparse en el tráfico
de las caravanas. Esta actividad le
permitió entrar en contacto con algunas comunidades judías y cristianas del
Norte de Arabia y de Siria, de las que aprendió los principios del Monoteísmo.
Inclinado a la meditación,
llegó a sentirse impulsado por una revelación divina que le ordenaba predicar.
La doctrina de Mahoma reposaba
sobre la creencia en un solo dios, como ya se anotó al que conocía con el
nombre de Alá.
Los árabes se sintieron
movidos por las palabras de Mahoma a luchar contra sus vecinos infieles. La lucha, además, no era difícil, porque los
Estados que rodeaban al mundo árabe – El Imperio Bizantino y el Imperio Persa – no parecían por entonces
capaces de ofrecer gran resistencia a unos guerreros consumados.
Así fue como los sucesores de
Mahoma - que recibieron el nombre de
Califas – emprendieron la conquista de las regiones vecinas, para afirmar la
autoridad de los musulmanes sobre la Arabia, donde había aún infieles y muchos
que, al morir Mahoma, habían abandonado la Fe.
Pero en dos violentas campañas pudieron echar las bases del Imperio con la conquista de Palestina y de
Mesopotamia, que quitaron a los persas.
El Corán decía: “La Tierra es
de Dios, quien concede su gobierno a los musulmanes”. Este principio legitimaba la Conquista y daba
fundamento suficiente a la autoridad de los Califas.
Las características
particulares del atentado en Francia, no son desconocidas. Se trata de una manifestación de terrorismo
urbano, deliberadamente concebido para producir víctimas en diversas personas,
en este caso los caricaturistas inocentes y así generar pánico colectivo.
Quienes fomentan un clima de
terror en cualquier parte del mundo, deben saber que por ese camino no van a
obtener sus propósitos ni a torcer el destino de la libertad, la democracia, la
paz, y los principios básicos de la civilización e incluso contra los más
elementales de toda convivencia que merezca llamarse humana.
El empleo del terror, se
explica por la psicología judicial, como pulsiones subjetivas que obran en
personas que experimentan enormes dificultades para adaptarse al entorno
social.
Quiera Dios, conducir a éstos antisociales de
extrema derecha, enemigos de la paz como los de nuestra patria, a una conducta
civilizada, porque esas tendencias aniquiladoras de algunos pueblos orientales,
llevarían al mundo ya al borde de una catástrofe total. Escrito para bersoahoy.co –
sección editorial