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viernes, 16 de enero de 2015

Arremetida Terrorista

                             Por Gerardo Delgado Silva
El ataque terrorista islámico, contra la Revista satírica Charlie Ebdó, en Francia, símbolo de la inteligencia, el humor y el arte occidental, es sin lugar a duda una colosal tragedia, que además constituye un deplorable ejemplo de la peligrosa disparidad entre el progreso de la cultura y el envilecimiento de los valores humanos.
Fanatismo vesánico del Islam, más dogmático y cruel, en una mezcla insidiosa por intencionada y malévola.
Es una práctica recurrente de la extrema derecha, en la que se halla subsumido el islam.  En palabras de Albert Camus, “El terrorista renuncia a la complejidad del hombre y se introduce en el territorio de lo inhumano”.  El terrorista degrada la condición humana, es una renuncia definitiva de la política.
Los paramilitares de nuestra patria, urdidos por mentes obscenas de extrema derecha, contra blancos escogidos, pero con personas campesinas inocentes y desprevenidas a su derredor, ha sido una horrible tragedia.  Crímenes contra la humanidad sincronizados con el proceder de los islamistas, de manos diestras, fanáticas y suicidas.  A esto se añade la personalidad psicopática de los conquistadores, después de siete siglos de guerra precisamente contra los árabes.
Es paradojal, pero se infiere lógicamente que los sujetos de Al - Qaeda, coautores del genocidio en la Sede de la Revista Charlie Ebdó, ignoraban que la palabra Islam significa resignación, el acto fundamental de la Fe Musulmana, que de ese modo afirmaba Mahoma, la predestinación del hombre, pero incluía subsidiariamente toda índole respecto a múltiples circunstancias de la vida cotidiana.
La gran transformación que sufrió el pueblo árabe fue obra de Mahoma, un predicador religioso que nació en el seno de la Tribu de los Koreichitas, quienes tenían el cuidado y administración del santuario  de La Caaba.
Temperamentalmente místico, Mahoma se vio obligado por las necesidades de la vida a ocuparse en el tráfico de las caravanas.  Esta actividad le permitió entrar en contacto con algunas comunidades judías y cristianas del Norte de Arabia y de Siria, de las que aprendió los principios del Monoteísmo.
Inclinado a la meditación, llegó a sentirse impulsado por una revelación divina que le ordenaba predicar.
La doctrina de Mahoma reposaba sobre la creencia en un solo dios, como ya se anotó al que conocía con el nombre de Alá.
Los árabes se sintieron movidos por las palabras de Mahoma a luchar contra sus vecinos infieles.  La lucha, además, no era difícil, porque los Estados que rodeaban al mundo árabe – El Imperio Bizantino  y el Imperio Persa – no parecían por entonces capaces de ofrecer gran resistencia a unos guerreros consumados.
Así fue como los sucesores de Mahoma -  que recibieron el nombre de Califas – emprendieron la conquista de las regiones vecinas, para afirmar la autoridad de los musulmanes sobre la Arabia, donde había aún infieles y muchos que, al morir Mahoma, habían abandonado la Fe.  Pero en dos violentas campañas pudieron echar las bases del Imperio  con la conquista de Palestina y de Mesopotamia, que quitaron  a los persas.
El Corán decía: “La Tierra es de Dios, quien concede su gobierno a los musulmanes”.  Este principio legitimaba la Conquista y daba fundamento suficiente a la autoridad de los Califas.
Las características particulares del atentado en Francia, no son desconocidas.  Se trata de una manifestación de terrorismo urbano, deliberadamente concebido para producir víctimas en diversas personas, en este caso los caricaturistas inocentes y así generar pánico colectivo.
Quienes fomentan un clima de terror en cualquier parte del mundo, deben saber que por ese camino no van a obtener sus propósitos ni a torcer el destino de la libertad, la democracia, la paz, y los principios básicos de la civilización e incluso contra los más elementales de toda convivencia que merezca llamarse humana.
El empleo del terror, se explica por la psicología judicial, como pulsiones subjetivas que obran en personas que experimentan enormes dificultades para adaptarse al entorno social.
Quiera Dios, conducir a éstos antisociales de extrema derecha, enemigos de la paz como los de nuestra patria, a una conducta civilizada, porque esas tendencias aniquiladoras de algunos pueblos orientales, llevarían al mundo ya al borde de una catástrofe total.  Escrito para bersoahoy.co   – sección editorial

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