Por Luis Eduardo Jaimes
Bautista (J.B.)
Escribir sobre un tema
especial de la realidad cotidiana, en estos momentos de efervescencia política,
donde se está escogiendo al burgomaestre que dirigirá los destinos de la ciudad
bonita: Bucaramanga. He tenido tantas coincidencias, en la lectura que llevo,
como es el magnífico libro de Edward Glaeser, titulado “El triunfo de las
Ciudades”, profesor reconocido en economía urbana.
Glaeser se dedica con pasión
al estudio de la dinámica de las ciudades y, al hilo de ese gran tema central,
la historia de la cultura, la economía, la tecnología, la ecología e incluso la
sociología y psicología. Como el mismo lo escribió: “las ciudades han sido
motores de innovación desde la Atenas clásica.
Si tomara como muestra dos
ciudades: Medellín y Bucaramanga, vemos la diferencia, la primera crece, se
moderniza, la segunda se estanca y crea conflictos, porque se necesitan
gobiernos enérgicos y pulcros. Competentes que garanticen seguridad, movilidad,
cultura e inclusión de sus mismos ciudadanos en el desarrollo, catalizando los
problemas sociales y sus habitantes sacándolos de la marginalidad.
He cavilado este aspecto
porque, al tomar en serio sus habitantes mayores de edad, qué candidato escogen
para que lleve los destinos de la ciudad, entrevisté a Carlos Ibáñez Muñoz,
formado en la ideas liberales y el derecho. Todo un caballero, para una ciudad
que se tiene que gobernar con acuerdos, ordenanzas y leyes. Aunque lo más
importante es su visión de ciudad, él ya tuvo en sus manos hace 20 años de la
que dice que por aquella época fue bastante difícil gobernarla por primera vez
con déficit presupuestal por la cantidad de obras que estaban proyectadas para
ejecutarlas, para él este nuevo reto, son gajes del oficio. Hoy cuando una
administración a tres meses de terminar tiene unos pasivos alrededor de 219 mil
millones, de un presupuesto que entrará en estudio por el Concejo de la ciudad
después de las elecciones regionales y se fijan de acuerdo a las rentas y
gastos del municipio de Bucaramanga para la vigencia fiscal 2016 por un valor
de $902 mil 235 millones 342 mil 370 pesos.
Una cifra donde están
incluidos los impuestos las trasferencias de la nación, para manejar dos
grandes rubros, gastos de funcionamiento e inversión. Pero qué piensa hacer
Carlos Ibáñez, apelar a la gestión de proyectos y dándole facilidades a los
contribuyentes en los impuestos y el pago de estos, en este caso el impuesto
predial, llegando a ser elegido, presentará un proyecto de acuerdo para que se
pague por cuotas como pagamos los servicios públicos.
En cuanto al manejo de los
recursos, la Secretaría de Hacienda, será administrada por un hombre o mujer
que conozca muy bien las finanzas públicas, que tenga imaginación, creatividad,
liderazgo para que entre el alcalde y su secretario diseñen estrategias para
desentramar procesos hacia el interior.
Un buen alcalde debe pensar en
Bucaramanga, solucionar la problemática en la movilidad del transporte urbano.
Si la miramos en sus dos comportamientos, Ibáñez manifestó que hace 20 años era
más culta, pero menos educada. Hoy es todo los contrario es más educada pero
más inculta y tiene que cambiar porque se necesita más cultura ciudadana,
sentido de pertenencia por la ciudad, que se respete la ley y la autoridad, ser
tolerantes, para poder convivir entre vecinos. Respetar las mínimas normas de
comportamiento. Se tenga cultura para manejar en la movilidad, cultura de
seguridad, cultura para cuidar los bienes públicos.
La alcaldía se descentralizará
hacia los cuatro puntos cardinales, para ver los factores sociales de la
comunidad, igualmente cumplir con la firma del pacto por la trasparencia,
manifestando que no existirá parcelación de las secretarías, la escogencia de
sus servidores serán jóvenes y mujeres con pergaminos.