HORACIO SERPA
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Creo firmemente en la inconveniencia de la reelección presidencial. No lo digo por el doctor Uribe Vélez. De tiempo atrás tengo ese convencimiento intelectual y político. En 1982 lo expresé siendo Representante a la Cámara, pero nadie me escuchó en el Liberalismo, porque no tenía ni influencia, ni audiencia. Lo expuse con vehemencia en la Constituyente acompañando a otros colegas y quedó prohibida por norma constitucional. Propuse que el período se ampliara a cinco años.
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Creo firmemente en la inconveniencia de la reelección presidencial. No lo digo por el doctor Uribe Vélez. De tiempo atrás tengo ese convencimiento intelectual y político. En 1982 lo expresé siendo Representante a la Cámara, pero nadie me escuchó en el Liberalismo, porque no tenía ni influencia, ni audiencia. Lo expuse con vehemencia en la Constituyente acompañando a otros colegas y quedó prohibida por norma constitucional. Propuse que el período se ampliara a cinco años.
Modificar la Constitución es posible y en ocasiones conveniente. Pero no es procedente hacerlo para definir situaciones con nombre propio, y menos aun para que las reformas tengan el efecto inmediato de favorecer posiciones de quienes las diseñan, proponen o impulsan. Tampoco es una posición contra el señor Presidente de la República. Más que una actitud partidista es una definición del constitucionalismo universal.
Entiendo que opinar al respecto personifica los argumentos, dado que el debate público tiene que ver con la persona del doctor Álvaro Uribe, de cuya reelección se habla todos los días desde hace por lo menos seis meses.
Para un funcionario público no es fácil comentar el tema, porque pudiera pensarse que está participando en cuestiones de política partidista, lo que no le está permitido. Mas difícil para mí, ejerciendo como estoy un cargo que tiene que ver en sus realizaciones con las buenas relaciones que existan con el ejecutivo nacional.
¿Por qué, pues, intervenir al respecto? Porque es un asunto de trascendencia nacional que puede y debe ser analizado públicamente desde la simple condición de ciudadano. Y porque el propio señor Presidente opinó públicamente cuando a la media noche del día en que se terminaban las sesiones del Congreso lo citó a sesiones extraordinarias para que se pronunciara sobre el cuestionado referendo reeleccionista. Mas claro no canta un gallo.
El debate es útil y debe adelantarse con tranquilidad y buen gusto. Conociendo al señor Presidente, estoy seguro que ve con satisfacción su realización. Ello entraña examinar la legitimidad del referendo y propuestas como la de incluir un mico en el proyecto sobre reelección de Gobernadores y Alcaldes. No veo al Presidente Uribe aceptando esa tramoya.
Desde luego no estoy de acuerdo con la reelección de Gobernadores y Alcaldes.
No tenemos una cultura cívica que permita confrontar democráticamente el poder gubernamental, ni se podrán inventar de la noche a la mañana garantías suficientes de igualdad. Siendo consecuente con mi experiencia personal dije que "es pelea de toche con guayaba madura". ¿Para qué proponer otras candidaturas? Es un convencimiento personal, alejado de cualquier interferencia a las decisiones de mi Partido, que siempre respetaré.
Vehemente y poco tolerante el revire de destacados copartidarios. No es la primera vez que lo digo. También he dicho que en estas materias quienes se muestran más bizarros y corajudos son generalmente los primeros que se meten debajo de la cama a la hora de luchar. ¡Casos se han visto! <>>