“ESTUDIA Y NO SERÁS…
…CUANDO crecido el juguete vulgar de los tiranos”. Yo estoy seguro que el contenido sicológico de esta frase es prácticamente incalculable. Dice tanto. La leí por primera vez cuando era un pelagato de la primaria y ya nunca jamás se me olvidó. El jueves próximo pasado muchos periodistas fuimos al acto de graduación de los primeros profesionales de la Universidad del Pueblo en el Luis A Calvo de la UIS, y allí el alcalde Luis Fernando Vargas expresó: “Hoy es un día histórico para Bucaramanga y para Colombia; pues los pobres de mi ciudad por primera vez tienen derecho a la preparación y a la educación profesional de una forma totalmente gratuita”.
Después dijo algo más o menos así: “Ese era mi sueño de muchos años atrás”. Y era que al alcalde Fernando Vargas se le veían los torrenciales de alegría que fluían de su alma y tenía toda la razón para ello. Claro porque fue él, el diseñador y artífice de este invento sociocultural tan importante como la primera nave espacial. Quizá es la ignorancia el pecado capital más terrible del hombre. El ignorante es esclavo de los demás y es esclavo de sí mismo. Por esa razón, “Estudia y no serás cuando crecido…”
El analfabetismo laboral, le llamo yo así al hecho de no saber, por su culpa o sin ella, o sencillamente por aquellos avatares de la vida, desarrollar o hacer cualquier oficio calificado que le permita vivir la vida digna que se merecen los hombres por el sólo hecho de ser hijos de Dios. Y en nuestro medio, por ser hijos legítimos de este país que baña dos océanos y tiene las esmeraldas más bellas del mundo. Al analfabeta laboral en más de las ocasiones y de una manera humillante, “le toca prestarse para cualquier cosa”. Pues sus condiciones de inferioridad ante la gente preparada, no le permiten otra alternativa en la vida. Eso es lo que pretende combatir, intuyo yo, el doctor Fernando Vargas, y así a ese paso, ahí va que lo consigue. En horabuena señor Alcalde, porque lo bueno de la gente hay que escribirlo con letras de oro en las libros de la historia. Pero también en horabuena señor gobernador. Santander está de plácemes porque como si lo anterior fueran meras arepas de arcilla o puro sudor y detonaciones gasíferas, como dijo un ilustre filósofo de Guavatá del cual me reservo su nombre por cuestiones obvias, muy inteligente él, por cierto, la Secretaría de Educación de Santander acaba de recibir “ramos de olivo” de cubrimiento nacional por ser la más objetiva y eficiente de Colombia.
La Secretaría de Educación de Santander, con mucho honor y mucha gloria, fue la que arrojó los mejores resultados en su prolijo accionar, en lo largo y ancho que tiene este país y en este año que termina. Y eso, lograrlo en un país, que terrible decirlo, que invierte gran parte de su PIB en la guerra, donde una enorme cantidad de estudiantes de todos los niveles y de casi todos los estratos abandonan los claustros por situación de pobreza o por otras razones económicas y sociales, es un honor más grande que el cielo. Es como resucitarle su hijo a una madre que acaba de perderlo. Es como devolverle el alma. Por eso mismo, mis muy respetados doctores Horacio Serpa y Fernando Vargas, gobernador de Santander y alcalde de Bucaramanga respectivamente, que Dios les dé la suficiente lucidez para sopesar los problemas sociales, que los ilumine y los ayude en los magnos objetivos con la gente, y que finalmente les regale, junto a todos los suyos, una feliz navidad para gozarla. Algún día la historia se los reconocerá.
P.D. Se me había olvidado comentarles que el día de la entrega de prótesis dentales a un grupo de ancianos en la gobernación de Santander, un guache periodista de esos mamadores de gallo contó, el muy verdulero ése, que a un ancianito que ya caminaba muy despacio por aquellas cosas de la edad, el doctor Horacio le había regalado una caja dental automática de seis velocidades para que le rindiera más. Y que a otro que había trabajado toda la vida, le había donado un puente fijo de 365 días para que descansara el resto de sus días. Yo no sé si será cierto pero eso me contaron.
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