Paro de cafeteros y
cacaoteros: justo, necesario y conveniente
» Oficina de Prensa | Bucaramanga | 1 de Marzo
de 2013
El lunes de esta semana bien
temprano, inició en 22 puntos de
los departamentos cafeteros y cacaoteros
un paro nacional agrario, que se ha sostenido por más de 96 horas, en una
demostración de organización, unidad y lucha ejemplar para exigir al gobierno
del presidente Juan Manuel Santos, soluciones reales a la grave situación que
sufren productores por una política agraria que los viene arruinado de manera
inexorable.
El paro es justo porque la
disminución en la actividad cafetera ha llegado al punto de que: habiendo
producido Colombia más de 17 millones de sacos en 1993, en 2012, solo produjo 7
millones 700 mil y se importó casi todo el café para el consumo interno; el café en el año 2011 la carga tenía un
precio de $1.100.000 para finales de
2012 estaba en $650.000, hoy ya está en $490.000, precios con los que no se
alcanzan a compensa los costos de producción y
la revaluación del peso frente al dólar hace que los ingresos en pesos
sean inferiores. Todo esto ha ocasionado pérdidas por más de 2 billones 100 mil
millones de pesos a los productores nacionales. Estos factores unidos son los
que tienen a la caficultura atravesando la más grave crisis de toda la historia
y a 550.000 familias productoras en un proceso acelerado de ruina, con las
consecuencias funestas para los demás sectores de las zonas cafeteras.
Los productores de cacao
afrontan exactamente la misma situación. En diciembre de 2011 la producción
ascendía a 44.000 toneladas anuales y a finales del 2012 bajó a 34.000
toneladas como consecuencia de las enfermedades de la mónilia, escoba de bruja
y otras plagas. La introducción de un paquete tecnológico que desmejoró la
calidad del cacao provocó más importaciones y contrabando. El precio que en el
año 2011 era de $5.700 el kilo, bajó hasta $2.900 algunos casos y hoy está en $
3.000, una reducción de más del 48%, mientras los costos aumentaron a $4.400.
La revaluación provoca disminución del ingreso en pesos, los insumos crecieron
más que la inflación y el IVA en las herramientas y fertilizantes aumentaron
considerablemente.
En concreto cafeteros y
cacaoteros son los primeros sectores del agro colombiano que empezaron a sufrir
los estragos de la apertura comercial y los Tratados de Libre Comercio TLC
firmados por los gobiernos de turno y que el de Santos intensifica en su
administración
Ante ese oscuro panorama los
cafeteros y cacaoteros, promoviendo por iniciativa propia reuniones en los
departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Antioquia y Valle del Cauca los
primeros, y en Santander, Huila, Sur de Bolívar y Meta los segundos. Todas
estas reuniones concluyeron en la
necesidad organizaran a los productores para presentar al gobierno reclamo de
solución al problema y a la vez iniciar movilizaciones hacia Manizales,
Bucaramanga y Bogotá.
Luego de asistir a varias
reuniones con el ministro de agricultura y los representantes de las
federaciones tanto de cafeteros como
cacaoteros, los productores que son los que sufren las consecuencias aquellas
políticas y ante la evidente intención del gobierno del presidente Santos de
poner pañitos de agua tibia a una situación tan grave como la descrita arriba,
tomaron la decisión de realizar el Paro Nacional agrario que empezó el lunes 25
de febrero.
El Paro Nacional Agrario es
conveniente porque la exigencia de un precio de sustentación permite mantener
activa la economía que generan más de 600.000 familias en esos municipios y
departamentos productores de café y cacao. La eliminación de las importaciones
innecesarias y el contrabando logra mantener
jornales de trabajo en el campo. Una efectiva asistencia técnica ayuda a
resolver los problemas sanitarios de los cultivos lo que mejora la calidad y
cantidad del café y cacao para el logro de un proceso de industrialización
nacional, si es que se quiere enfrentar la competencia con apoyo del estado.
Los insumos ajenos a la especulación auxilian la producción nacional de
fertilizantes con precios al alcance de los productores colombianos.
Todas estas protestan se
presentan y despiertan simpatía porque la
gente está sintiendo en carne propia las consecuencias de los TLCs, por lo que
si bien, los cafeteros y cacaoteros hoy están luchando por sus propias
reivindicaciones, estas al final serán las mismas que estarán reclamando la
suma de todos los sectores de la economía y la sociedad en general, cuando el
país sienta que está perdiendo los puestos de trabajo, los mercados internos y
los recursos de la nación la gente se levantará siguiendo el digno ejemplo de los cafeteros y cacaoteros de Colombia.
Roberto Schmalbach cruz
Diputado de Santander