SINDICACIONES, SEÑALAMIENTOS Y
ACUSACIONES
Horacio Serpa
Buenísimas las declaraciones de
Sigifredo López en Caracol el lunes pasado, entrevistado espectacularmente por
Darío Arizmendi. Emotiva, dramática, verosímil. Entendí que serviría como prueba
judicial.
El País está del lado del ex
Diputado secuestrado por las Farc. Muchos medios de comunicación, los
familiares de los asesinados infamemente por la guerrilla, miles de
colombianos, lo venimos acompañando. Este caso es lo que los penalistas de antes
llamábamos un delito imposible. Ojalá llegue pronto la solución definitiva
pues seguro se trata de un error
judicial.
Por distintas razones y desde
diferentes instancias las acusaciones se han puesto de moda. Unas serán
ciertas, otras infundadas, temerarias, injustas, calumniosas, de mala fe.
Al ex Gobernador Andrés González
trataron de meterlo hace pocos días en el cuento de las Farcpolítica, sin
fundamento.
Al Senador Luis Fernando Velasco
lo procesaron por una acusación falsa. En la misma situación están varios
Congresistas. Aún no me explico las sindicaciones que le valieron una sentencia
al ex Senador Juan Manuel López Cabrales.
Mancuso insistió recientemente en
señalamientos contra el ex Presidente Alvaro Uribe, por lo cual fue denunciado
como calumniador.
Igual pienso de las que un
exparamilitar, que antes fue guerrillero de las Farc, hizo contra el ex Senador
José Aristides Andrade, actualmente procesado por la Honorable Corte
Suprema de Justicia.
También fue señalado de colaborar
económicamente con los paramilitares en Urabá, el ex Senador y Director de El
Mundo doctor Guillermo Gaviria, de quien los que lo conocemos solo tenemos
sentimientos de alta consideración y palabras de elogio por su ejemplar
dimensión humana y profesional.
A propósito de este asunto recibí
observaciones, porque en una de mis columnas, indignado por el sentido de las
declaraciones de “Pedro Bonito” sobre financiación de ganaderos y bananeros al
paramilitarismo, pude estar refiriéndome al doctor Gaviria. No, de ninguna
manera. Para escribirla me atuve a las sindicaciones genéricas del paramilitar
sin intuir que hubiera hecho alusiones judiciales contra una persona tan respetable, de la que nadie
puede llegar a pensar semejante barbaridad. Con enorme pena presento disculpas
si ocasioné alguna molestia.
Para hacerme caer en cuenta que
es imprudente recoger sin evidencias acusaciones de delincuentes, me recordaron
que yo mismo he sido objeto de ellas. Cierto. La primera, acusado de haber
encubierto aspectos de la financiación irregular de la campaña presidencial de
1.994, de lo cual fui absuelto. Otra, la de haberme encontrado con Carlos
Castaño, también cierto y en tres ocasiones, dos en misión oficial y una con
criterio humanitario, con aprobación de las autoridades. Y la acusación de
“rasguño” de haber auspiciado el crimen contra el doctor Alvaro Gómez Hurtado.
Dije en el mismo escrito, eso
sí, que las acusaciones de la
delincuencia hay que recibirlas con precauciones y desconfianza, máxime si
existen beneficios y recompensas. Es lógico y jurídico. Por eso lo mejor es ser
prudente y confiar en la justicia. ¡Aceptado!
Bogotà D.C., 30 de Mayo, 2012