Amigo Bernardo:
Es claro que los usos y las
rutinas de los ciudadanos están directamente relacionados con su realidad
social, sus ingresos, sus necesidades y, en parte, con su grado de educación.
Ab. Reinaldo Ramírez |
En el caso de los vendedores
ambulantes prima la economía del rebusque para paliar sus propias necesidades
más apremiantes y sostener a su familia; si esas personas que se dedican al
comercio callejero al menudeo tuvieran otra forma menos azarosa y angustiosa de
ganarse la vida seguramente abandonarían el ejercicio de esta actividad; crear
empleos dignos y bien remunerados es una tarea fundamental que debe cumplir el
Estado estimulando y propiciando en la sociedad el desarrollo de una economía
verdaderamente democrática. La existencia de este fenómeno social tanto en
Bucaramanga como en la mayoría de las ciudades de Colombia de ninguna manera es
una variante de las leyes económicas de la oferta y demanda; es precisamente el
resultado del sistema económico neoliberal que utiliza su posición dominante
para distorcionar el mercado y privilegiar el lucro del capital y la
acumulación de las ganancias en unas pocas manos mientras ignora las
necesidades de las mayorías y desprecia la dignidad de los ciudadanos.
El anterior razonamiento puede
explicar también la aparición del fenómeno del transporte informal o transporte
"pirata" como solemos llamarlo coloquialmente y el uso de las
motocicletas por muchos ciudadanos para su movilización y como medio de ganar
su sustento; estas situaciones "ilegales" que surgen como solución
popular a las necesidades apremiantes e insatisfechas de las gentes preocupa y
les quita el sueño a las autoridades municipales de Bucaramanga; es claro que
si existieran en nuestra ciudad empleos dignos y bien remunerados y un sistema de transporte público eficiente y al
alcance de los ingresos de las personas que deben movilizarse en la ciudad,
nadie en su sano juicio sería tan tonto y suicida para preferir otros medios de
transporte inseguros, peligrosos e incómodos.
El sistema de METROLINEA,
impuesto contra viento y marea a los habitantes de Bucaramanga y los municipios
del Area Metropolitana ni es eficiente ni es barato, es todo lo contrario.
Después de inversiones multimillonarias que seguramente enriquecieron a los
industriales y promotores de la corrupción, después de haberse apropiado
abusivamente de las vías públicas en perjuicio de la ciudadanía, y
transcurridos varios años de operación de esta modalidad de transporte, es
evidente que METROLINEA ha sido un fiasco; lo dicen las estadísticas que
demuestran que solo lo utiliza el 16% de los usuarios potenciales del
transporte público y el nivel de satisfacción es escasamente del 19% de sus
usuarios.
Las deficiencias del sistema
de METROLINEA parten del alto costo del servicio y de sus falencias
estructurales como son la inexistencia de rutas de transporte para los barrios
populares y más poblados de Bucaramanga como los Barrios del norte, el oriente
y el occidente de la ciudad; esta situación disparó la compra de motocicletas y
le dio via libre al transporte informal; a los ciudadanos les resulta más
barato este medio de transporte o adquirir una motocicleta para movilizarse con
su familia, que utilizar el sistema de METROLINEA, caro, incómodo e ineficiente
que esta lejos de satisfacer las necesidades de movilidad de los usuarios del
transporte público.
Por otra parte, las trabas y
la persecución que la Dirección de Tránsito ha montado contra los motociclístas
y el transporte informal rayan en la mala fe y el prevaricato por estar
dirigidas estas actuaciones oficiales a impedir o por lo menos desestimular la
operación y el uso de estos medios de transporte, especialmente la motocicleta,
para forzar a las personas que necesitan utilizar estas opciones de movilidad a
montarse obligatoriamente en METROLINEA con el fin interesado y poco cívico de
hacer rentable este sistema, incrementar su uso, generar ganancias para los
propietarios de los buses y, en últimas, tratar de evitar la quiebra que se ve
venir.
Atento saludo,
Reinaldo Ramirez