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sábado, 8 de octubre de 2011

TARFUGARIO


-------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

SER O NO SER MENTIROSO

Una de estas tardes aciagas llegó al consultorio de un parasicólogo psicomentalista del Manicomio más grande del mundo,  un señor que para nada era un discapacitado mental, sino que por el contrario era un avezado político que quería consultar y a la vez obtener los conceptos del profesor para su trabajo proselitista.  Buenas tardes doctor; yo soy candidato a la alcaldía de tal parte, le dijo con la seriedad de Santo el enmascarado de plata. Y quiero comentarle lo siguiente. Resulta que hace unas semanas el periodista autor de esta columna publicó en una de ellas un decálogo de sandeces que él afirma, debe ser el manual de un político en ejercicio. En el punto uno dice así: “Tenga en cuenta que la mayor torpeza de un político es creer estúpido a los demás”. Ahí tiene mucho güevo el tal periodista y cómo se le nota que el no es político. Porque uno de político no sólo debe creer estúpido a los demás políticos, sino además que si no lo son, entonces a punta de lengua podrida y de chismes, volverlo. 
No sea boludo periodista, que eso el que más tiene saliva más come harina. La política no se hizo para la Santísima Trinidad ni para las hermanitas de la caridad sino para las abejas de este planeta. Recuerde que en el mundo no mandan ni los intelectuales ni los científicos ni los pastores de almas sino los políticos. En el punto tres, dice. “No hable de Etica ni de moral  ni de sus impolutos actos a lo largo de su vida y de su profesión porque ipso facto despierta dudas”. No sea imbécil señor periodista, que si yo mismo no hablo bien de mí, a pesar de que sé que son mentiras, entonces quién carajos va a hablar bien. Si usted mismo no vende bien su imagen, quién diablos se la va a comprar. Eso más bien dese cuenta que usted está es en Colombia y no en el paraíso terrenal ni mucho menos en el cielo de dios. En el punto cuatro que dice. “No ataque a su contrincante u opositor político con agravios o palabras soeces, sobre todo de bajo coturno, porque con eso le está demostrando incapacidad mental  e indefensión profesional e intelectual”. Claro que en eso sí tiene toda la razón. Dele cuchillo o bala y todo el garrote físico  y a través de los medios de comunicación. 
Claro porque ¿se acuerda que al que le pagaron la cacheta y puso la otra para que le siguieran dando, lo crucificaron y lo tostaron y eso que ese era un man verraco para hacer milagros?. Y en el punto cinco que dice que “no grite a su oponente porque no habla más hermoso el que grite más duro.” Ese es un chiste que se inventó ese morrongo periodista porque él sabe muy bien que camarón que se duerme se lo lleva el putas, y además que la letra con sangre entra. Ese pobre hombre tuvo que haber estudiado Periodismo pero en un convento y le salió mal el invento. No hay cosa más efectiva y descapacitante que pegarle un berrido de militar borracho al que lo esté jodiendo a uno y fuera de eso hacerle un par de tiros a las patas. Se orina porque se orina y se calla porque se calla. Si eso falla, los siguientes dos tiros se los hace a la cabeza pero de medio lado para que no lo metan a la cárcel.  Respecto a lo que afirma en el punto seis, en el cual escribe que la magia de un político está en hacerse querer y que su fracaso está en hacerse odiar, y que hacerse odiar es demasiado elemental, es idiotez.  
Y por qué no le insinúa eso a Stalin que duró 28 años en el poder; a Hitler que duro 12 y a fulano de tal que duró 8. Para que no me vayan a meter en problemas, fulano de tal es un amigo mío que la esposa se lo aguantó, siendo un  atarván inédito, más de ocho años en el servicio marital.  Continuará.  

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