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jueves, 20 de enero de 2011

ÉPOCA PRE-ELECTORAL

---------------------------Por: Pedro Gerardo Tabares C

Una situación especial se presenta en la época preelectoral. Los políticos en general recurren al ataque a sus contrincantes, pero solamente hacen señalamientos que las autoridades penales no tienen en cuenta para abrir las investigaciones y llamarlos para que ratifiquen sus asertos, pues teóricamente todas las personas pueden poner en conocimiento de las autoridades la consumación de delitos. Se dice teóricamente por quien necesita obrar de ésta manera cuando se atropella un derecho, sufre un llamado viacrucis porque las autoridades no lo atienden y si se trata de la pérdida de un celular o de la cartera con valores mínimos la respuesta en todas partes es que no hay razón para recibir la información porque si se trata de un mayor de 60 años está exonerado de pena, lo cual deja en la impunidad estas situaciones que no por lo nimias dejan de poner en entredicho la seguridades ciudadanas por desconocimiento de normas.

Pasadas las elecciones se olvidan los cargos que se hacen con excepciones muy contadas, pues no es extraño que algún funcionario con incompetencia, con espíritu inquisidor inicie investigaciones prescritas y las adelante con acuciosidad hasta el momento en que establece que no había lugar a tal investigación porque un anónimo que le dio origen, no tenía consistencia en la realidad y todos los esfuerzos quedaron sin efecto porque de todas maneras se administre justicia.
Estas situaciones hacen reflexionar sobre tópicos muy importantes, como al cambiar el procedimiento penal hay amplitud en la llamada casas por las cárceles y estas quedaron para tener en su seno a los autores de graves delitos, lo cual puede catalogarse de loable, en donde no tengamos las costumbres que acompañan los pensamientos del raponero, el vendedor de estupefacientes en mínima cantidad, y otros que finalicen yendo a la cárcel en forma múltiple, con el agravante que quien haya arrendado un inmueble y quien lo usufructúa permitirá esas actividades, con el llamado a la expropiación del inmueble del titular de los derechos, que debe acudir a la defensa cuando lo notifican por tal hecho y el regreso del bien después de varios años, porque el cúmulo de trabajo impide la agilización en estos casos.
Como son situaciones que se van dando en el tiempo, se va creando en el tejido social una forma diferente a lo consagrado en las leyes y es probable que si no se alienta la educación para mantener ciertos valores morales mínimos, estos comportamientos que parecen inocuos se tornan en el común comportamiento de ciertas personas que transforman en una moral media que finalmente atenta contra las instituciones de una manera imperceptible.

Acaso quienes se lanzan a representar al pueblo no son personas en general de reconocidas cualidades como para que le pongan la seriedad necesaria a todo aquello que dicen para que no se cambie la credibilidad popular. Creemos que tienen esos atributos y por eso no se debe usar e descrédito al otro para que crean en la persona que hace la afirmación, pues se deben cumplir primero los deberes ciudadanos y luego entrar a pormenorizar todo aquello que se conoce como defecto social y que se debe proteger sin tratar de sacar ventaja de esa protección.

viernes, 30 de octubre de 2009

TRAFUGARIO




---------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

PSICOANALISIS DE UN CHISMOSO (A)

Por estas épocas preelectorales, no está de más hacerles las siguientes advertencias. El chismoso, de ambos sexos, es un resentido social que por culpa de sus frustraciones la emprende contra todos los seres de su misma especie. Como es profundamente hipócrita y adulador, pues se le facilita metérsele a todo el mundo por cualquier hueco con el fin de conocerlo en sus intimidades para luego proceder a destrozarlo porque se muere de la envidia que el otro es mejor en todos los sentidos. Los chismosos de por sí son mediocres y su nivel cultural por lo general se acerca al cero absoluto de las matemáticas. En psicoanálisis, un complejo se padece pero no se siente, es de la esfera del inconsciente y por eso se llama complejo. Pues el chismoso sufre de graves complejos de inferioridad y eso es lo que hace que su comportamiento sea tan ruin, mostrando en todas sus actuaciones las más rastreras perversiones de su corazón.
Los chismosos tienen muy baja autoestima y como en el fondo son un fracaso social, en la mayoría de las ocasiones se hacen ver como dechados de virtudes éticas y morales, manejan alta prestancia y mimetizan muy bien la falsedad de sus actos. Son verdaderos magos de la mentira y siempre la disfrazan con benévolas apariencias. Si se tiene en cuenta que el chisme es chisme, independientemente de que sea falso o verdadero su contenido, el enfermo chismoso sólo busca dañar a los que él ve como sus enemigos reales o potenciales sin un ápice de piedad, sin ningún asomo de remordimiento, sin un solo gramo de compasión. Pues la envidia lo calcina por dentro. Como siempre tiene en la mira telescópica de su mediocridad a los más inteligentes, a los más capaces, a los más preparados profesional e intelectualmente, entonces como compañero de trabajo es una peste blenorrágica y como trabajador retrasa, malogra, daña, o contamina cualquier proceso laboral o cualquier metodología útil para el desarrollo. Para completar la dicha de los ángeles y la euforia de los arcángeles, de una manera misteriosa y soterrada establece conexiones con todo género de informantes que van desde las vendedoras callejeras de chicles a plazos, hasta los más científicos parasicólogos y mentalistas, pasando de antemano por Lenguadeperra, Bocadediablo, Donfalsario, el FBI, la CIA y la DEA. En síntesis, maneja unas fuentes de información que no las maneja ni siquiera la CNN en el mundo ni Satanás en los infiernos.

Para mayor precaución se debe tener en cuenta que dicha peste social frecuenta fiestas de bautizos y matrimonios, despedidas de solteros, cumpleaños, y otros sitios de aglomeración social porque los citados especímenes son eminentemente comadreros. Esto es válido para ambos sexos. ¿Qué hacer para combatir semejante costra social? Como para los chismosos no existen los amigos del alma sino sus cómplices y sus alcahuetas, entonces la primera norma de prevención está en aislarlos. No los trate y por el contrario, ignórelos con sevicia. No les haga ni el más ínfimo comentario así sea de los últimos vuelos espaciales, porque de eso se agarran para desmigajarlo. Mínimo le inventan que usted se robó un cohete de la Nasa. Si de pronto se le ocurre tener una deferencia con alguno de ellos, invítelo a un mute bien sabroso pero échele una cucharadita de cianuro de hidrógeno, o en su defecto, bríndele unas empanadas pero repletas de dinamita. Otra precaución: por más daño que le hayan hecho, nunca hable mal de un chismoso y mucho menos vaya a hacerle reclamo dado que automáticamente se pone a la misma altura mental y sicológica de él, y eso es exactamente lo que busca el animalejo desde el fondo de su inconsciente. Dado que usted en un momento de ira puede perder el control, no le vaya a causar daños físicos a un bicho de esos porque ipso facto se mete en problemas, no con la ley sino con la junta defensora de animales. Trate por todos los medios de enseñarle esta frase lapidaria: "Señor, qué haré para no meterme en lo que no me importa". Y por último, hágale un bien a la patria: recorte este escrito y póngalo en un lugar donde, aunque sea un solo infeliz avechucho de esos lo vea. Con eso Colombia sale adelante. Volver a Inicio

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