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domingo, 28 de abril de 2013

Aceptación del error judicial en Colombia

                                      Por: Pedro Gerardo Tabares
Los 12.657 procesos que se indican por la autoridad competente creada recientemente para la protección del Estado, y que acepta promedio de estimación de 1.700'000.000 de pesos por cada proceso, causa estupor, como también lo causó aquello que en el pasado constituyó la ingente desaparición de dineros que se desviaron de una entidad que en los últimos años  no ha manejado ese tipo de recursos.
El error judicial tiene una orientación que no se alcanza a definir.
Se determina la razón lógica de la condena a inocentes que deben acudir a demandar, no porque el daño deba resarcirse, sino porque en cada persona hay un mínimo de ética que le da valor para reaccionar ante el Estado cuando lo atropella.
Sin embargo, notamos que cuando se elabora una demanda de esa magnitud, nadie se preocupa por examinar el fondo de la situación que la produce, puesto que en verdad ya no interesa la persona que actúo, sino una demostración de que quienes manejan el Estado en este caso, la rama judicial no son  idóneos para hacerlo, y cada día se aumenta esta deficiencia. Por eso habrá necesidad de examinar así sea equivocadamente alguna razón para tan lamentable situación.
La creación del Consejo Superior de la Judicatura, fue una aspiración perfecta del constituyente, pero con sólo la aspiración frustrada de suprimirlo se puede deducir que no dio los resultados anhelados, puesto que en sus manos han pasado 20 años para dirigir a los administradores de justicia, en cabeza de jueces y las sanciones para abogados, al lado del manejo del presupuesto de la rama judicial.
Loable también fue considerar la carrera para funcionarios y empleados y a cada funcionario colocarle un buen número de empleados que hagan lo que le corresponde a aquel, desde el entendido que físicamente le es imposible evacuar las sentencias que se le imponen y en oportunidades surge la aplicación de caprichos tradicionales o también una ambición desmedida de poder, desconociendo las normas para resolver, de tal manera que en el primer caso se institucionalizó una posibilidad de dejar pasar, dejar hacer, en contrario a la dinámica que crean las leyes; en la segunda connotación con un reconocimiento profesional sin que interese cuál es la responsabilidad de quien presta el servicio gratis, se tornó en esa facilidad para tomar decisiones sin la mesura necesaria; pero a ello hay que agregar el cambio radical de la orientación de la justicia penal que de la investigación que hacia el Estado, pasó a la influencia del interesado en obtener una condena sin que interese a quien se la impongan, usando medios de presentación de prueba que le den fuerza a la acusación y luego, finalmente a la decisión del juez, con las consecuencias que se anotan. Seguramente que si se analizaran estas elementales situaciones, partiendo de la integridad moral de cada uno de los funcionarios habría horizonte.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Proyecto de Ley

Por: Pedro Gerardo Tabares
La orientación de protección mínima al pueblo colombiano, al hacer desaparecer las empresas para la salud,  es una necesidad que al lado de las leyes prioritarias que deben rectificar otras de carácter estatutario, como la Ley 100 de 1993, deberá tener apoyo en cada una de las personas, pero en especial por el Congreso, en donde cada uno de sus miembros cuando acude a hacer  proselitismo que lo lleva al fin primordial que se denomina hacer las leyes, conoce por boca de quienes mayor dificultad tienen en salud los problemas sentidos y ausculta las soluciones.
 Una de las inexplicables formas de atender la salud, es que se preste el servicio público, por empresas que en estricto sentido dejan de serlo, porqué la definición de las mismas para su creación y existencia conlleva que todas tengan capital propio y por tanto se hace inversión en infraestructura, para entrar a competir en la realización de una determinada labor que produzca dividendos porque con sólo señalar la prestación de estos servicios ya bajo señalamiento de capitales que se ingenian demostrarnos, tienen el apoyo del Estado y la autorización de los descuentos de origen presupuestal que corresponden al rubro por una cantidad que supera en mucho el porcentaje que cualquier empresario obtiene como ganancia por su inversión.
El manejo de cantidades considerables de dinero permite que los porcentajes que se pueden descontar desde la entrada del dinero perfectamente esas ganancias por la prestación de ese servicio, con sobrecostos en el manejo de lo que en otra época funcionó con el nombre de Hospitales, en donde las personas que los administraban lo hacían con un poco de sentido común, para utilizar con mesura los recursos que se les entregaban sin que entonces fueran entidades del Estado, calificación que posteriormente se le dio en general y con titularidad en los entes territoriales que lamentablemente sin que haya que hacer demostración estadística puede decirse que exista alguno que por sus excedentes de capital, como se indica para los fines de servicio público, tenga ganancias, sino que antes por el contrario se registran pérdidas a las cuales puede agregarse otro defecto que no se ha mirado relacionado con qué quienes han prestado servicio son objeto de demandas para que devuelvan parte de las caprichosas sumas que le fueron entregadas en compensación de pensiones y prestaciones sociales que también contribuyó a la pauperización de la medicina que se paga por cantidad y no calidad.
Tl vez no haya cantidad tan amplia de empresas intervenidas como las de la salud, que siendo de origen privado administran bienes del Estado, y se orientan hacia la liquidación, como las demás del mismo.
 Es importante el proyecto para que la administración de los recursos del Estado se inviertan totalmente y no vaya en un mínimo del 30% para prestadores de servicios que a costa de trabajadores de la salud y recursos estatales han presentado pérdidas millonarias que han devenido en lo que por ser común, su mención se llama el colapso de la salud. Es necesario que haya análisis en todos los sentidos para que se observen las realidades y no se mantenga una situación de permanente gasto de los presupuestos y cuando se va a examinar en que se han invertido sólo aparecen pérdidas.  No se trata de criticar, sino de solicitar a quienes deciden en el Estado que observen los resultados de lo que se creyó  lleno de bondad, pero no dio los resultados que esa aspiración orientó.

domingo, 10 de junio de 2012

Consideraciones sobre los adictos en Colombia

Las drogas – Salud pública – De las tinieblas a la luz
Por: JORGE GÓMEZ VILLAMIZAR
En Colombia, el más reciente estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas, en 2011, hecho por los Ministerios de Salud y Protección Social, Educación, y Justicia y Derecho, a población escolar entre los 11 y 18 años, dado que el inicio del consumo se presenta comúnmente en esta etapa de la vida; identifica que es un problema real, en aumento, sobre el cual hay que hacer prevención, y  arroja alarmantes cifras como: el 45% consume alcohol entre los 14 y 17 años, el 17% tabaco o cigarrillo; el 7% consume marihuana, el 2,8% cocaína, y otras sustancias como el éxtasis, pegantes, bazuco, energizantes, y la familia de las benzodiacepinas, que tienen un efecto directo sobre el sistema nervioso central y que clínicamente son utilizados como sedantes, ansiolíticos o anticonvulsivantes, 1.9%.
En comparación con el estudio realizado en 2008, por el entonces Ministerio de Protección Social, hecho a la población en general, que identificó al 56% de la población con problemas de alcoholismo, mayor vulnerabilidad hombres entre los 18 y 35 años, seguida de la marihuana 2.7%,  mayor vulnerabilidad jóvenes de 14 a 24 años; la cocaína y la heroína con el 2.3%, y otras sustancias con el 1.6%, no se ha hecho nada, y el paradigma aumenta velozmente, consumiendo ahora a nuestros niños y jóvenes, que en la adultez ya significan un estorbo socio-económico.
Sumado a este flagelo por efecto se asocian otros índices como la accidentalidad, conducta violenta y hasta la muerte, y en ese mismo sentido la OMS - Organización Mundial de la Salud-  reconoce la adicción, como la segunda causa de muerte en el mundo.
Por lo tanto, bajo ese escenario elevar la adicción a las drogas y otras sustancias psicoactivas como el alcohol, a enfermedad y problema de atención pública en Colombia, es darle el necesario e inmediato rostro de la educación preventiva, que se debe hacer de manera incluyente entre programas del Estado, sensibilización y socialización en los colegios, y concientización de los peligros en casa, y la precisa rehabilitación  orientada por especialistas.
Apoye la iniciativa en el Congreso, presentada por el compañero de partido y senador, Juan Manuel Galán Pachón, considerada la primera ley que obliga al Estado atender integralmente a todos los adictos, que pasa a sanción presidencial,  y coloca al país a favor de la renovación de las políticas antidrogas, que tradicionalmente se han enfocado en la restricción y la persecución de quienes consumen las sustancias; con esta norma superamos la represión y el castigo, reconociendo que los adictos tiene un derecho a la resocialización, y generamos un imaginario social dirigido esencialmente hacia la educación y prevención. Frente al tabaco ha habido avances legislativos, pero ante el alcohol y las drogas, teníamos esa deuda con los colombianos.
Pese a que otras iniciativas en el Congreso han afirmado que la rehabilitación de los adictos le puede costar al Estado entre 7 y 24 millones de pesos,  que la población de adictos supera los 300 mil enfermos, estoy de acuerdo con el senador Juan Manuel Galán, que le cuesta más al país no tener un sistema de tratamiento para los adictos y los consumidores, y óptimos programas de prevención; además las obligaciones vienen en concordancia con los pronunciamientos de la Corte Constitucional que en varias sentencias ha ordenado al Estado y al gobierno no desamparar a los adictos, y brindarles tratamiento.
Entendemos que esta norma va en dirección de incluir la adicción como una enfermedad que debe ser atendida dentro del POS -Plan Obligatorio de Salud-, en un tratamiento completo farmacológico y psicosocial, y que se considerara de manera gradual y progresiva, dado los altos costos de infraestructura y recurso humano especializado que requiere. También se que los dueños de las ESP, están en desacuerdo, porque les afecta el bolsillo, y hasta pronostican que la gente se atenderá en garajes improvisados, por la falta de dinero; pues los pocos centros que existen no tienen auditorías y la mayoría no están debidamente habilitados.
La ministra de Salud y Protección Social, Beatriz Londoño, afirmó esta semana que "además de que ya se han definido formas de tratar a estos pacientes con guías estructuradas, como la del alcohol, se están determinando criterios de habilitación para que los centros que se dediquen a esta tarea lo hagan con calidad". Esa batalla y riesgo debemos asumirla por el bienestar de nuestras presentes y futuras generaciones.






miércoles, 22 de junio de 2011

¿Quién mató a Álvaro Gómez?


Miércoles, 22 de junio de 2011
------------------------------Por Horacio Serpa
Un mafioso llamado “rasguño” dice que el asesinato del doctor Álvaro Gómez fue un crimen de Estado, instigado por el ex Presidente Samper  y su Ministro del Interior.
“Rasguño” es un narcotraficante preso en los Estados Unidos, responsable de muchos crímenes. “El más tenebroso de los delincuentes del cartel del norte del Valle”, leí en una reciente publicación.
Cada vez que este “personaje” declara sale mi nombre a bailar. Dijo “rasguño” que presenció cuando el paramilitar Carlos Castaño dijo  a unos mafiosos que los narcos habían matado a Gómez Hurtado para proteger al gobierno de Samper. Todos están muertos.
Esta semana el baile fue porque el narco declaró ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. Dijeron los medios que había denunciado a 5 personas, a mí entre ellas.
Ahora la situación se complicó con denuncias de amenazas a los familiares del doctor Gómez y a Congresistas,  exilio, una bomba en la estatua del doctor Laureano Gómez, la llegada de “la mano negra” y anuncio de un libro sobre el homicidio.
Siempre me he referido al caso con tranquilidad y discreción. Solo he dicho que es un absurdo y una mentira.
Acudí a la Fiscalía poniéndome a sus órdenes para responder por todos mis actos públicos y privados y para referirme al asunto cuando lo requiera. Declaré en el proceso y contesté las preguntas del señor Fiscal y la parte civil, un sobrino del doctor Gómez.
Entiendo la preocupación de la familia del dirigente conservador inmolado porque se esclarezca el crimen. Creo también que “Colombia tiene derecho a saber quién mató a Álvaro Gómez”. Es lo que yo deseo. Si lo saben, ¡denúncienlo!. ¿Quién o quiénes? ¿Por qué? ¿Para qué?
No tengo la más mínima relación con ese crimen horroroso, ni con ningún acto delictuoso, indigno o vergonzoso. Soy hombre de bien, lo cual respaldo con 45 años de vida pública transparente y vida privada ejemplar.
Estoy seguro de que tampoco tiene ninguna responsabilidad el ex presidente Samper. Lo conozco suficientemente y en su gobierno hubo garantías y democracia.
Se está montando un tinglado para producir efectos electorales, desprestigiar una gestión gubernamental, presionar a las autoridades judiciales, cambiar el rumbo de la investigación y promocionar un libro.
Este crimen se ha investigado durante 15 años. ¿Todos los Fiscales se equivocaron? ¿Todos fueron negligentes? ¿Todos prevaricaron?
¿Igual pasó con Comandantes Militares y Policiales, con los mecanismos de inteligencia en Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía, y con el DAS?
Si la Embajada Americana sabe, ¿por qué no lo denuncia?
La prensa anuncia que rendirán testimonio otros jefes narcotraficantes. Ya lo hicieron unos paramilitares ¿Solo testifican los rufianes?
¿La justicia únicamente se apoya en los carteles criminales, en los que financian a la guerrilla y crearon el paramilitarismo, en los que corrompieron la política y destruyeron nuestros valores éticos, en asesinos, en quienes “se jodieron en el País”? ¿Ya se les olvidó?
De nuevo acudiré a la Fiscalía. Demandaré garantías y protección a mis derechos. ¡No más bellaquerías!

lunes, 21 de marzo de 2011

¡Y..que no se crearían más impuestos..!

No hay bien que por mal no venga

Por: Libardo Gómez Sánchez 
Diario del Huila, Neiva, marzo 21 de 2011

A quienes sentimos un aire fresco cuando se cayó la reelección de Uribe, en razón a que podrían terminar las actuaciones ramplonas del vaquero del Ubérrimo, lejos estábamos de imaginar que pudiera existir un gobernante que jugara un papel más perjudicial para la Nación, más genuflexo con el imperio y dispuesto a entregarlo todo al gran capital, especialmente el financiero, es decir, no nos esperábamos que hubiera quien lo pudiera superar en acciones contra el interés nacional y contra sus gentes.

Rápidamente tuvimos que comprender nuestro error y apreciar con absoluto horror, como su sucesor lo ha superado con creces. Inició anunciando el despojo de las regalías a las regiones que perciben esta pírrica compensación por el despojo de sus territorios; luego aprobó una reforma a la salud que consolida el imperio de las EPS en detrimento de los usuarios del sistema; prosiguió con la política de sostenibilidad fiscal que ampara el servicio de la deuda con menoscabo de los derechos económicos y sociales de la ciudadanía; elevó el porcentaje sobre el que se continuará cobrando el impuesto predial; ha desarrollado contratos que adecuan las bases militares para los gringos que la Corte Constitucional prohibió, por no haberse tramitado un acuerdo a través del Congreso; aprovechando la tragedia ocasionada por la ola invernal movió el presupuesto nacional a su antojo y afinó el procedimiento para avanzar en la venta de la empresa que mayores contribuciones hace al fisco nacional: Ecopetrol; y ahora con la presentación del Plan de Desarrollo, introduce cambios en varios temas que requerirían por su importancia y complejidad debates completos en el Congreso, pero que aprovechando las mayorías legislativas, procura de espaldas a la opinión pública, despachar de un plumazo, tal como lo pretendía su predecesor: una política de tierras que facilite la entrega de enormes porciones del territorio a las multinacionales, la privatización de la educación superior colgada de la pérdida absoluta de su autonomía y el fraccionamiento presupuestal para la plantelización en el nivel básico, e incluyó una modificación al régimen de pensiones que por lo abusiva debió ser retirada del proyecto.

La aplicación de estas políticas de privilegio para el gran capital tiene odiosas manifestaciones en diversas materias; en salud por ejemplo, es notorio el descarado manejo de los recursos en beneficio de un grupo de EPS: SALUDCOOP, CAFESALUD y CRUZ BLANCA, a los que se les factura medicamentos muy por encima de los valores comerciales y se les acepta cobros de prescripciones por paciente muchísimo más altos que los de su competencia; sabemos que hay un latrocinio que ronda el billón cuatrocientos de recursos de la salud, con la complicidad del Ministerio de la Protección, mientras se les niega recursos a las instituciones hospitalarias del sector público.

En el refranero popular, existen dichos optimistas que plantean, que por difícil que haya sido algo en el pasado, el futuro debe ser mejor; con Santos habrá que incorporar un concepto nuevo: lo peor es susceptible de empeorar; para que este dicho no aplique en nuestro caso y si los Colombianos queremos cambios profundos en temas tan sensibles como el de la protección en salud o cualquier otro, deberemos seguir el ejemplo de los Santandereanos que movilizados y unidos obligaron a la Greystar a retirar su solicitud de explotación del Páramo de Santurbán en una mina a cielo abierto; esa es la única manera de torcer los torvos propósitos de la manguala nacional.

jueves, 20 de enero de 2011

ÉPOCA PRE-ELECTORAL

---------------------------Por: Pedro Gerardo Tabares C

Una situación especial se presenta en la época preelectoral. Los políticos en general recurren al ataque a sus contrincantes, pero solamente hacen señalamientos que las autoridades penales no tienen en cuenta para abrir las investigaciones y llamarlos para que ratifiquen sus asertos, pues teóricamente todas las personas pueden poner en conocimiento de las autoridades la consumación de delitos. Se dice teóricamente por quien necesita obrar de ésta manera cuando se atropella un derecho, sufre un llamado viacrucis porque las autoridades no lo atienden y si se trata de la pérdida de un celular o de la cartera con valores mínimos la respuesta en todas partes es que no hay razón para recibir la información porque si se trata de un mayor de 60 años está exonerado de pena, lo cual deja en la impunidad estas situaciones que no por lo nimias dejan de poner en entredicho la seguridades ciudadanas por desconocimiento de normas.

Pasadas las elecciones se olvidan los cargos que se hacen con excepciones muy contadas, pues no es extraño que algún funcionario con incompetencia, con espíritu inquisidor inicie investigaciones prescritas y las adelante con acuciosidad hasta el momento en que establece que no había lugar a tal investigación porque un anónimo que le dio origen, no tenía consistencia en la realidad y todos los esfuerzos quedaron sin efecto porque de todas maneras se administre justicia.
Estas situaciones hacen reflexionar sobre tópicos muy importantes, como al cambiar el procedimiento penal hay amplitud en la llamada casas por las cárceles y estas quedaron para tener en su seno a los autores de graves delitos, lo cual puede catalogarse de loable, en donde no tengamos las costumbres que acompañan los pensamientos del raponero, el vendedor de estupefacientes en mínima cantidad, y otros que finalicen yendo a la cárcel en forma múltiple, con el agravante que quien haya arrendado un inmueble y quien lo usufructúa permitirá esas actividades, con el llamado a la expropiación del inmueble del titular de los derechos, que debe acudir a la defensa cuando lo notifican por tal hecho y el regreso del bien después de varios años, porque el cúmulo de trabajo impide la agilización en estos casos.
Como son situaciones que se van dando en el tiempo, se va creando en el tejido social una forma diferente a lo consagrado en las leyes y es probable que si no se alienta la educación para mantener ciertos valores morales mínimos, estos comportamientos que parecen inocuos se tornan en el común comportamiento de ciertas personas que transforman en una moral media que finalmente atenta contra las instituciones de una manera imperceptible.

Acaso quienes se lanzan a representar al pueblo no son personas en general de reconocidas cualidades como para que le pongan la seriedad necesaria a todo aquello que dicen para que no se cambie la credibilidad popular. Creemos que tienen esos atributos y por eso no se debe usar e descrédito al otro para que crean en la persona que hace la afirmación, pues se deben cumplir primero los deberes ciudadanos y luego entrar a pormenorizar todo aquello que se conoce como defecto social y que se debe proteger sin tratar de sacar ventaja de esa protección.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

A reconstruir el país

Miércoles, 22 de diciembre de 2010

--------------------------------------Por Horacio Serpa 

La lluvia se ha llevado la esperanza de bienestar de más de dos millones de colombianos anegados en la incertidumbre. Solo dolor y desasosiego hay en el corazón de quienes lo han perdido todo por culpa de la naturaleza, que ha sido implacable, pero también de la corrupción, de la improvisación, de la pobreza y de la indiferencia.

Esa monumental cifra de damnificados resume la catástrofe nacional. Una tragedia que nos ha cambiado el presente y el futuro. Pueblos que ya no existen, otros que van a desaparecer, aquellos que deben refundarse. El patrimonio colectivo está hecho trizas. Las carreteras destrozadas por la lluvia, los campos enterrados, los pueblos bajo tierra, la memoria cultural al borde del olvido.

La agenda nacional ha cambiado drásticamente. El Presidente Santos fue elegido para gobernar el país y tendrá que reconstruirlo. Casi que palmo a palmo en muchos departamentos. Es la oportunidad de pensar en grande y sembrar una nueva cultura política y administrativa, de manejo del medio ambiente, de protección de los recursos, de respeto a la gente, de prevención de desastres.

El Plan de Desarrollo Nacional tiene que ser repensado, porque ahora lo prioritario es la reconstrucción: de la malla vial, acueductos, hospitales, escuelas, distritos de riego, industrias agropecuarias. La generación de empleos y subsidios para revivir el campo y las pequeñas empresas.

El país entero tiene que volcarse hacia la reconstrucción, que debe ser un propósito nacional. Todos debemos jugar un papel allí. Los gobernadores y alcaldes no podemos ser inferiores al reto que nos plantean los nuevos tiempos. Tenemos que hacer un balance de la desgracia, encontrar los lugares vulnerables, reubicar a los damnificados y asegurarnos de que el bienestar permita que resurja la vida en todas partes.

Pero es al gobierno nacional al que le toca la parte más importante del proceso. Rediseñando la agenda política, redistribuyendo los recursos del Estado, generando nuevas fuentes de financiación y atrayendo la cooperación internacional. Estoy seguro que el Congreso de la República legislará para salvar a las regiones de la crisis humanitaria que hoy las habita. Y que los empresarios y la comunidad internacional sabrán socorrer a Colombia.

El presidente Santos es un hombre de retos. Un empresario y un estadista. Y ha asumido esta crisis con responsabilidad y sensibilidad social. Sé que su mayor preocupación ahora es llevarle bienestar a cada uno de los damnificados, dotando a las autoridades locales y departamentales de nuevas herramientas para adelantar la tarea de la reconstrucción.

En Santander no dormimos. Listos “en paz o emergencia”, como dice la Defensa Civil, con las botas puestas para salir en ayuda de las víctimas de la lluvia, que se suman a las víctimas de la violencia fratricida. Nuestra agenda regional también se ha trastocado. Barrancabermeja y Bucaramanga están aisladas. Nuestras montañas se están desmoronando. Los ríos se llevan nuestro esfuerzo. Pero seguimos haciendo país, demostrando que somos una raza siempre luchando para ganarnos el derecho a vivir tranquilos en nuestra tierra. Así llueve, truene o relampaguee.

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