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lunes, 13 de enero de 2014
Antes de que la embarre
Trafugario
Por: José Óscar Fajardo
Como todos
ustedes lo saben, estamos en época pre-electoral y, eso le mueve los cimientos
socio-culturales a todo el país. Entonces lo que quiero decirles es que es muy
importante participar en el proceso electoral, así sea votando en blanco porque
al votar, usted adquiere el sagrado derecho a protestar. Por eso mismo les advierto
que, antes de que la embarre, escoja
bien su candidato a la corporación que sea, pero repito, escójalo bien por las
razones que le voy a exponer.
Colombia es cuatro veces Japón en extensión
territorial aproximadamente, pero con sólo un tercio de la población que tiene
dicho país, uno de los más superpoblados del planeta. Colombia en extensión es
mucho más grande que cualquier país de Europa exceptuando a Rusia y a Ucrania,
y es como cuatro veces Alemania y España sólo le llega a la mitad. Igualmente Francia tan sólo es la mitad.
Colombia tiene todos los pisos térmicos y costas de más de dos mil kilómetros
sobre los dos más grandes océanos. Produce las esmeraldas más bellas del mundo
y el café más sabroso del planeta y es la cuarta biodiversidad en el orbe. En agua dulce es cuarto en el mundo y tiene el
río más caudaloso del globo: el Atrato. Con esos solos datos tenemos para
hacernos la siguiente pregunta. ¿Qué tal que tuviera buenos administradores y
buenos gobernantes? Porque a Colombia la
tiene matada es la corrupción endémica de un gran sector de la clase
política. No es toda la clase política, pero sí una abrumadora
mayoría de ella. Hay que hacer con ellos lo mismo que se hizo que con los
borrachitos al timón.
¿Culpa de
quién? De usted no, amigo elector, sino de muchos “miserables de Víctor Hugo” o
su equivalente, que el día de las elecciones, por una papa, un trozo de carne y
una cerveza, se monta en cualquier yegua vieja llena de tantos resabios que
cuando le ponen la silla para montar, lo
único que sabe hacer es pear y tirar pata. Por eso amigo elector, antes de que la embarre, abra bien el
ojo porque como dice en una de sus narraciones el escritor argentino José Ingenieros, “Los
pueblos se merecen sus gobiernos”. Haga
un análisis con buen criterio, con usufructo de la lógica racional y alto grado
de sensatez, y verá que a Colombia no le va tan mal si usted vota bien. Porque
si a Colombia le va mal, tenga la certeza científica que le va también mal a
usted. ¿Que no existen políticos buenos y honestos en este país? Sí señor. Políticos
buenos sí los hay y Santander no es una excepción. Lo que pasa es que hay que
abrir bien el ojo y detectarlos. Yo, por mi oficio periodístico de dos décadas
y media, conozco personajes de la política que han hecho mucho por Santander y,
por qué no decirlo, por Colombia. Mi cuarta novela tiene como título “El mentiroso
más elegante de este país”, pero ni me vayan
a preguntar quién es porque no se los voy a decir.
Es sólo una novela.
Lo que sí reitero es que en Colombia y en Santander, hay políticos que son
viables y rentables, necesarios y útiles para el desarrollo del país. Cuenta la
leyenda que el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba. También es cierto
que en Colombia y en Santander, hay políticos que convierten en bazofia todo lo
que lejanamente tocan. Por ahora no doy nombres de quiénes pueden y deben ser los verdaderos
representantes de Santander porque apenas empiezo una serie de columnas de
carácter político, y dar nombres por adelantado estaría colapsando la
estructura periodística que me he craneado para hacerlo.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 6:00 a.m. 0 comentarios
Etiquetas: Antes, embarre, Época, pre-electoral
lunes, 7 de noviembre de 2011
EL CANO QUE YO CONOCI
Horacio Serpa
Guillermo León Saenz se dió a conocer como dirigente
de la Juventud Comunista. Era la época de “las diferentes formas de lucha”, entre
ellas la subversiva, a la que se vinculó en los años setenta.
Con el nombre de Alfonso Cano lo encontré un día en
el que acompañando al Consejero de Paz Jhon Agudelo Rios y al Senador Alberto
Rojas Puyo, fuimos más allá del Sumapaz a encontrarnos con Jacobo Arenas (Luis
Morantes, Piedecuestano) buscando que las FARC pusieran en libertad al hermano secuestrado
del expresidente Mosquera Chaux. Allí estaba también Raúl Reyes.
Después lo vi varias veces en Casa Verde, durante el
proceso de Paz del Presidente Betancur, que acompañé conscientemente a pesar de
la reticencia de importantes jefes de mi Partido. Era un guerrillero diferente
a los que ya habíamos conocido en las conversaciones de paz, generalmente “cargados
de tigre”, con fusil en la mano, hablando de combates y estrategias guerreristas.
Cano era buen conversador, culto, bien informado del país, polémico, dialéctico,
político. De eso se hablaba con Cano, de política, siempre en el marco de
lograr la paz, sobre la base de la justicia.
Volví a encontrarlo en Caracas, pasada la
Constituyente. Había comenzado un proceso de paz con la coordinadora
guerrillera en el que Cano abrió los diálogos con una frase que me impactó: “Hemos
debido encontrarnos hace 5.000 muertos”. Yo integraba la Comisión de Orden Público
conformada por el Presidente Gaviria y dialogando con la guerrilla pretendí
sacarle partido al hecho de que Rafael Pardo hubiera sido nombrado Ministro de
Defensa, el primer civil en varias décadas. Cano, quien siempre reclamó esa
decisión, me contestó sin inmutarse: “Si lo hubieran hecho hace 30 años, no habría
guerrilla”. Así era, recursivo, tajante, siempre de su propio lado, sin ceder
casi nunca.
Después nos vimos frente a frente, en Tlaxcala. Fue un
contradictor de gran escala, por encima de sus compañeros, entre los que
estaban Màrquez, Catatumbo, Lince y otros importantes jefes. Me parecía que las FARC si querían la paz y que Cano era en
la guerrilla el impulsador de ese compromiso. No se logró. Algún día habrá que
escribir dicho capítulo, que le negó una posibilidad real de concordia a los
colombianos. Cuando se rompieron las conversaciones exclamé, dirigiéndome a
Cano: “Quien sabe dentro de cuántos muertos nos volvamos a encontrar”.
Cayeron colombianos por millares, antes de encontrarnos
nuevamente. Fue en el Caguán, en el proceso del Presidente Pastrana. Me pareció
radical. Al término de nuestra última conversación, me dijo: “Ustedes los
políticos no son nuestros enemigos, ni los militares; son la oligarquía y los
gringos”. Ya no lo vi con ánimo reconciliador y me regresé con la idea de que ese
proceso fracasaría.
Con Cano se cumplió la sentencia de Napoleón: “Las
guerras comienzan con soldados y terminan con cadáveres”. Ojalá su muerte
contribuya a abrir caminos de
reconciliación, pues caído el comandante en jefe puede ser que comience, de
verdad, el principio del fin.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 7:39 p.m. 0 comentarios
Etiquetas: Arenas, Cano, comunista, conoci, Época, Horacio_Serpa, proceso
miércoles, 24 de agosto de 2011
ÉPOCA ELECTORAL
Por: Pedro Gerardo Tabares C
Una situación especial se presenta en la época preelectoral. Los
políticos en general recurren al ataque a sus contrincantes, pero solamente
hacen señalamientos que las autoridades penales no tienen en cuenta para abrir
las investigaciones y llamarlos para que ratifiquen sus asertos, pues todas las personas pueden poner en
conocimiento de las autoridades la consumación de delitos. Se dice teóricamente
por quien necesita obrar de ésta manera
cuando se atropella un derecho, sufre un llamado viacrucis porque las
autoridades no lo atienden y si se trata de la pérdida de un celular o de la
cartera con valores mínimos la respuesta en todas partes es que no hay razón
para recibir la información y si se trata de un mayor de 60 años está exonerado
de pena, lo cual deja en la impunidad estas situaciones que no por lo nimias
dejan de poner en entredicho la seguridades ciudadanas por desconocimiento de
normas.
Pasadas las elecciones se olvidan los cargos que se hacen con
excepciones muy contadas, pues no es extraño que algún funcionario con
incompetencia, con espíritu inquisidor inicie investigaciones prescritas y las
adelante con acuciosidad hasta el momento en que establece que no había lugar a
tal investigación porque un anónimo que le dio origen, no tenía consistencia en
la realidad y todos los esfuerzos quedaron sin efecto porque de todas maneras
se administre justicia.
Estas situaciones hacen reflexionar sobre tópicos muy importantes, cómo
al cambiar el procedimiento penal hay amplitud en las llamadas casas por las
cárceles y estas quedaron para tener en su seno a los autores de graves
delitos, lo cual puede catalogarse de loable, en donde no tengamos las
costumbres que acompañan los pensamientos del raponero, el vendedor de estupefacientes en mínima cantidad, y
otros que finalicen yendo a la cárcel en forma múltiple, con el agravante que
quien haya arrendado un inmueble y quien lo usufructúa permitirá esas
actividades, con el llamado a la expropiación del inmueble del titular de los
derechos, que debe acudir a la defensa cuando lo notifican por tal hecho y el
regreso del bien después de varios años, le dejan sinsabor, porque el cúmulo de
trabajo impide la agilización en estos casos.
Como son situaciones que se van dando en el tiempo, se va creando en el
tejido social una forma diferente a lo consagrado en las leyes y es probable
que si no se alienta la educación para mantener ciertos valores morales mínimos,
estos comportamientos que parecen inocuos se tornan en el común comportamiento
de ciertas personas que transforman en una moral media que finalmente atenta
contra las instituciones de una manera imperceptible.
Acaso
quienes se lanzan a representar al pueblo no son personas en general de
reconocidas cualidades como para que le pongan la seriedad necesaria a todo
aquello que dicen, para que no se cambie la credibilidad popular. Creemos que
tienen esos atributos y por eso no se debe usar el descrédito al otro para que
crean en la persona que hace la afirmación, pues se deben cumplir primero los
deberes ciudadanos y luego entrar a pormenorizar todo aquello que se conoce
como defecto social y que se debe proteger sin tratar de sacar ventaja de esa
protección.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 6:20 a.m. 0 comentarios
Etiquetas: contrincantes, electoral, Época, políticos
jueves, 20 de enero de 2011
ÉPOCA PRE-ELECTORAL
---------------------------Por: Pedro Gerardo Tabares C
Una situación especial se presenta en la época preelectoral. Los políticos en general recurren al ataque a sus contrincantes, pero solamente hacen señalamientos que las autoridades penales no tienen en cuenta para abrir las investigaciones y llamarlos para que ratifiquen sus asertos, pues teóricamente todas las personas pueden poner en conocimiento de las autoridades la consumación de delitos. Se dice teóricamente por quien necesita obrar de ésta manera cuando se atropella un derecho, sufre un llamado viacrucis porque las autoridades no lo atienden y si se trata de la pérdida de un celular o de la cartera con valores mínimos la respuesta en todas partes es que no hay razón para recibir la información porque si se trata de un mayor de 60 años está exonerado de pena, lo cual deja en la impunidad estas situaciones que no por lo nimias dejan de poner en entredicho la seguridades ciudadanas por desconocimiento de normas.
Pasadas las elecciones se olvidan los cargos que se hacen con excepciones muy contadas, pues no es extraño que algún funcionario con incompetencia, con espíritu inquisidor inicie investigaciones prescritas y las adelante con acuciosidad hasta el momento en que establece que no había lugar a tal investigación porque un anónimo que le dio origen, no tenía consistencia en la realidad y todos los esfuerzos quedaron sin efecto porque de todas maneras se administre justicia.
Estas situaciones hacen reflexionar sobre tópicos muy importantes, como al cambiar el procedimiento penal hay amplitud en la llamada casas por las cárceles y estas quedaron para tener en su seno a los autores de graves delitos, lo cual puede catalogarse de loable, en donde no tengamos las costumbres que acompañan los pensamientos del raponero, el vendedor de estupefacientes en mínima cantidad, y otros que finalicen yendo a la cárcel en forma múltiple, con el agravante que quien haya arrendado un inmueble y quien lo usufructúa permitirá esas actividades, con el llamado a la expropiación del inmueble del titular de los derechos, que debe acudir a la defensa cuando lo notifican por tal hecho y el regreso del bien después de varios años, porque el cúmulo de trabajo impide la agilización en estos casos.
Como son situaciones que se van dando en el tiempo, se va creando en el tejido social una forma diferente a lo consagrado en las leyes y es probable que si no se alienta la educación para mantener ciertos valores morales mínimos, estos comportamientos que parecen inocuos se tornan en el común comportamiento de ciertas personas que transforman en una moral media que finalmente atenta contra las instituciones de una manera imperceptible.
Acaso quienes se lanzan a representar al pueblo no son personas en general de reconocidas cualidades como para que le pongan la seriedad necesaria a todo aquello que dicen para que no se cambie la credibilidad popular. Creemos que tienen esos atributos y por eso no se debe usar e descrédito al otro para que crean en la persona que hace la afirmación, pues se deben cumplir primero los deberes ciudadanos y luego entrar a pormenorizar todo aquello que se conoce como defecto social y que se debe proteger sin tratar de sacar ventaja de esa protección.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 4:16 p.m. 0 comentarios
Etiquetas: cualidades, defecto, descrédito, Época, Hay tiempo, pre-electoral, protección
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