El ruido de las motos prepara
el peor escenario de tormento ambiental
Los motociclistas vanidosos e
irrespetuosos le están mancillando la cara a las autoridades que agacharon la
cabeza y olímpicamente están dejando que
estos señores violen las normas legales
que le pone controles al exceso de ruidos o contaminación ambiental.
Hay desde luego motociclistas
que son unos señores que respetan toda la normatividad, desde la no violación
de las reglas de tránsito, hasta contribuir con el buen ambiente sano al oído
de los moradores de las ciudades. Pero hay
motociclistas que a más de ser fanfarrones, son presumidos, jactanciosos
e irrespetuosos que parece que jamás se hubieran montado en un velocípedos de
estos y para hacerse notar con
equivocada vanidad, le han adecuado elementos ruidosos en el escape, ignorando el gravísimo daño que
le causan al ambiente y a toda la población a su alrededor, pero principalmente
a los niños, porque con el exceso de
ruido se está incubando
una población de sordos irreversibles, neuróticos y con
graves alteraciones en el cerebro que
conllevan a cambios en la ordenación del sistema nervioso central, alteraciones
en el proceso digestivo, trastornos
cólicos e intestinales, aumento de la
tensión arterial y la presión muscular, alteraciones del pulso en el
electroencefalograma y muchas otras secuelas que está causando el exceso de
ruido hasta llevar a la locura
generalizada. Los efectos sicológicos
que causa el excesivo ruido no tienen
límites, dicen los especialistas en temas en neurociencia.
Pero el ruido no solo está
afectando a la niñez, sino las mujeres embarazadas, los jóvenes, adultos y
población mayor, ruido que combinado con la contaminación del aire y otros
factores negativos, está preparando el hábitat
en el peor INFIERNO que nadie querrá vivir.
Y ante esta triste realidad,
que está incubando una población endémica
que puede resultar peor que ni la misma pandemia del Corornavirus, nos
preguntamos, qué están haciendo las
autoridades para impedirlo, porque, no es que las motocicletas sean construidas exclusivamente para que
produzcan esos aterradores ruidos que superan todos los decibeles. La mayoría
de las motos son unos verdaderos servicios de transporte que no causan sino el
sonido normal de un medio rápido, pero
hay un mínimo porcentaje de Motos que causan el ruido más infernal que jamás haya experimentado el oído humano.
Y es que las autoridades
pueden ser denunciadas ante instancias competentes para que respondan por VIOLAR las normas legales,
ya sea por ignorancia o por omisión, al no acatar lo dispuesto en la resolución
8321 de 1983 del Ministerio de salud respecto a los niveles máximos de
decibeles permitidos en Colombia.
Y no se puede desconocer que, en cuento a ‘Protección ambiental’
en relación con vehículos y concretamente de Motos, está el mandato para que lo cumplan,
consagrado en el capítulo IX, de la Ley
0769 de 2002 (código Nacional de Tránsito)
La normatividad relacionada con el tema ambiental vehicular no permite que quienes compran motocicletas cambien los conductos de escape y recámaras
originales por aditamentos artesanales que buscan elevar el volumen del ruido,
mucho más de lo permitido, que es de 86
decibeles para Motos. Los ruidos de las motos que están llevando al traste
la salud de las comunidades estará por encima de 150 decibeles, según opinión
de expertos.
Es necesario convocar a las
comunidades a solicitarle formalmente a las respectivas autoridades, a que
cumplan con estas disposiciones, pues no es impedimento que se hagan reclamos por
el bien de las mayorías, así se afecte el bien particular de quienes quieren congraciarse
poniendo en gravísimo riesgo la salud en general.
Ojalá que esta columna se
conciba como un delicado Derecho de
Petición, para que las autoridades respectivas actúen sin esperar mandatos
judiciales superiores con el fin de conjurar esa otra PANDEMIA del ruido de algunas motos que ya llenó la
copa de los moradores de las ciudades.