Amigo Bernando Socha:
Como abrebocas, vale la pena
leer el reportaje que hace el joven e inteligente periodista Manolo Azuero a
Juan José Reyes para introducirnos en el debate.
El paramilitarismo como conocemos
y lo sufrimos en Colombia forma parte del proyecto de dominación imperial de
Estados Unidos frente a la América Latina o mejor la América indígena; en Colombia se replicó el
proyecto de los contras que asoló y ensangrentó a Nicaragua y al resto de centroamérica
durante la década de los años ochenta.
El paramilitarismo se
desarrolló en Colombia como una estrategia del Plan Colombia, con el patrocinio
del Gobierno de la mano de los militares; fue auspiciado y apoyado por los
terratenientes, los empresarios y sus voceros naturales: la llamada clase
política.
Detrás de las matanzas y el
desplazamiento y expulsión de los campesinos estuvo la expropiación a sangre y
fuego de sus tierras; hoy, más de seis millones de hectáreas arrebatadas a los
campesinos, en su mayoría, están dedicadas a los cultivos industriales de
banano y palma aceitera para satisfacer
las necesidades económicas y asegurar las ganancias del primer mundo; el
capital trasnacional ha obtenido sus pingues beneficios de esta tragedia
nacional con las grandes concesiones mineras otorgadas a precios de quemazón; también,
el desmonte de Ecopetrol y la entrega del petróleo y los demás recursos
naturales a los intereses privados; en sintesis los colombianos hemos sido
expropiados mediante la violencia paramilitar patrocinada por nuestro propio
Estado que se ha plegado sin sonrojarse a los intereses imperiales de Estados Unidos.
Reinaldo Ramírez |
La "elección
popular" de alcaldes y gobernadores, la imposición de la Constitución de
1991, la violencia y la corrupción han sido parte fundamental de la estrategia
neoliberal de debilitar, quebrantar y fragmentar el Estado para impedir la
ejecución de un proyecto de desarrollo económico que defienda y promueva los
intereses nacionales.
Los colombianos no podemos
hacernos ilusiones: el paramilitarismo sigue vivo y goza de buena salud.
Atento saludo,
Reinaldo Ramírez