Acogiéndome a la
Declaración de Chapultepec de la SIP y firmada por los mandatarios regionales,
de tener una amplia compresión pública acerca de la libertad de prensa para una
democracia sostenible y el bienestar social, me acogeré a los 10 principios de
la declaración para esta columna.
¿Cómo defender
el espacio público recuperado para el peatón? A través de la cultura ciudadana,
y no de espectáculos circenses, disfrazados de una cultura del culebrero. El
Alcalde Luis Francisco Bohórquez Pedraza, ganó mucho, pero lo puede perder,
porque todas improvisaciones y laboratorios que se impongan en la Calle
peatonal del comercio, puede convertirse en otro dolor de cabeza.
La cultura de
masas nos es fácil de manejar, ahora que se acabó el mercado persa y se
comienza a imponer la cultura persa. Si analizamos el concepto de cultura como
una categoría para quienes amamos la sociología, teoría de interacciones
comunicativas en grupos de trabajo culturalmente diversos, es denotar las
memebresías de los grupos, definidas por las identidades étnicas-raciales y de
género; porque en sí, el término cultura, se etiqueta como el conjunto de
valores y actitudes y creencias concurrentes, compartidas por las personas, el
cual determina los estándares de conducta y que forman parte de investigaciones
de la Cultura Ciudadana.
Si miramos la
administración Antanas Mockus, él fue uno de quienes montó este laboratorio
social, con fundamentos conceptuales, en ley, moral y cultura. Elementos que
debe tener un investigador, donde la cultura provee a las personas no solamente
normas básicas de conducta, sino también un sentido de identidad y continuidad
que es pasada de generación a otra y/o grupos raciales.
Y no como lo
está haciendo el Ingeniero, gestor cultural Francisco Centeno Osma, quien ha
vivido inmerso entre la politiquería, la cultura-espectáculo y contratos, donde
muy poco le ha aportado al colectivo general de la sociedad. Prueba de ellos
han sido sus quemadas para llegar al Concejo de la Ciudad.
No necesito
colocar el espejo retrovisor… por sus
acciones se reconocerá el trabajo, una prueba es el Instituto Municipal de
Cultura, hijo de la Biblioteca Pública Municipal Gabriel Turbay, que durante
muchos años, gracias a su creador Rodolfo González García marcó el hito
cultural de Bucaramanga y hoy se piensa reivindicar (la cultura) con los
espectáculos circenses, cosa que no es así.
Sacar 500
“artistas” al paseo del Comercio, es llenar nuevamente de “mercaderes del
espectáculo”, para que lleguen nuevamente los vendedores ambulantes con sus
vituallas para los espectadores que se apuestan a la observancia del
espectáculo, e inclusive la delincuencia que como buenos camaleones saben
camuflarse para desarrollar su arte del cosquilleo.
Para los
espectáculos, hay escenarios: Teatros, parques, medias tortas. No calles para
interrumpir el libre tránsito de las personas que quieren la tranquilidad,
lejos del bochinche y el ruido que está en plena recuperación.
No soy un
enemigo de la cultura, porque llevo gozándomela 50 años desde que tengo uso de
razón y participé en mis años mozos de ese desarrollo, diferente al de los
niños y jóvenes de ahora que piensan en otra cultura: El ruido, el chat, como
lo menciona el Nobel, Mario Vargas Llosa: “Civilización del espectáculo”. Cultura
de masas. Una frivolización de lo banal.
Una enseñanza con reflexión: “el necio aprende de los hechos”.
Qué bueno que
empezáramos, con lo propuesto por el señor Alcalde Lucho Bohórquez sobre las
escuelas de Cultura Ciudadana, para recuperar la Ciudad Bonita y sus gentes, dentro
de la Visión Colombia II Centenario: “Fomentar la Cultura Ciudadana” Documento
de la Dirección Nacional de Planeación. Y no la “Cultura del atajo”. …Te veo mal Pacho.
*Poeta
y escritor