jueves, 13 de septiembre de 2007

VACILACIONES DEL FISCAL



Por: Gerardo Delgado Silva


Es fundamental para la comprensión de la masacre diabólica de la conquista, el hecho evidente de la personalidad psicopática de la mayoría de los conquistadores, fruto de la guerra de siete siglos, que invirtió los valores de la nación española llamando hidalgos a sus antisociales y villanos a los hombres que amaban la paz.

Se trasmitió un genotipo por generaciones, con todos los vicios y deformaciones propios de la guerra, atizados por los prejuicios de casta y de sangre; las injusticias; la explotación humana que se hizo y se hace del indio, del negro, de los humildes hasta la catástrofe humanitaria, increíble realidad de nuestra patria de hoy.

La violencia salvaje, abominable y primitiva, bien se sabe, ha sido el común denominador de nuestra historia. Las madrugadas amanecen temprano cargadas de odios, desenfrenos y abusos; de genocidios canallas de paramilitares, guerrilleros, delincuencia común y de algunos miembros de la fuerza pública. Madrugadas de desesperanza y agonía.

Y dentro de esa interminable perversión, hace 22 años, se produjo el holocausto bárbaro del Palacio de Justicia, que comenzó con el asalto del M19, a ese templo de sabios magistrados, que velaban por “lo bueno y lo justo”.

No es necesario describir esos horrores. Empero, si los subversivos delirantes desconocieron los derechos humanos y la preceptiva del Derecho Internacional, el gobierno también estuvo al margen de sus postulados, pues la protección de los civiles ajenos a un conflicto fue uno de los propósitos de la Convención de Ginebra de 1949, y los protocolos anexos.

Con la refulgente cola del Estado de sitio, insensiblemente el General Samudio expresó: “R. Entiendo que no han llegado los de la Cruz Roja. Por consiguiente estamos con toda libertad de acción y jugando contra el tiempo. Por favor apurar, apurar a consolidar, y acabar con todo” (La negrilla fuera de texto. “El Espectador”, 24 de junio de 1986).

Así se llevó a cabo la cruenta recuperación del Palacio, con la muerte de once magistrados y la desaparición de numerosas personas que se hallaban dentro.

Por eso, el Capitán (R.) Elías Escobar Salamanca, conceptuó: “El ejército actuó improvisadamente… olvidando que lo más importante era la vida de los rehenes. ¿Qué timbre de orgullo puede ser para un cuerpo armado, decir: Ahí entrego esos cadáveres?”

“Las malas acciones, - nos dice Shakespeare – aunque toda la tierra las oculte, se descubren al fin a la vista humana”.

El caudal probatorio permitió a la Fiscalía señalar inequívocamente, la forma como se cometió el crimen de lesa humanidad contra el Magistrado Carlos Horacio Urán, asesinado luego de salir vivo del Palacio y retornado a éste, para que el fuego destruyera las pruebas portadoras de certeza. Mientras tanto, los desaparecidos, comparten el rincón oscuro de la injusticia.

De tal suerte, que causa perplejidad que el señor Fiscal General de la Nación, tenga dubitaciones acerca del imposible jurídico de la prescripción de la acción, en el atroz episodio contemplado, como si la injusticia fuese un mal natural.

Y no puede titubear, porque con antelación dijo este alto funcionario: “La Corte Interamericana nos recordó que los crímenes que estén relacionados con delitos de lesa humanidad no prescriben” (Semana Junio 18 a 25 de 2007 Edición 1311).

¿Es el camino del olvido, que conduce al cieno de la impunidad?.

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miércoles, 5 de septiembre de 2007

Carnaval del ridículo y la mentira


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Por Alirio Gómez Martínez

He tenido la ocasión en los últimos días de estar en tres de los cuatro municipios del Área Metropolitana y por ese motivo leer muchos afiches, pancartas, murales y cosas similares puestos por los aspirantes a los cargos públicos por elección popular. Algunos causan hilaridad por el slogan que utilizan. Van desde temas del más allá y términos esotéricos, hasta ofertas mentirosas y rimbombantes como acabar con los impuestos de un solo tajo.

De un fulano, desconocido totalmente, leí que aspiraba a la Asamblea de Santander con el apoyo directo e incondicional de Jehová/Yahvé, Creador del universo, en coalición con Jesucristo y los 12 apóstoles. Otro que por ser médico, daría salud gratis todos sin distingos ni clases. Todos los afiches con lo que ellos consideraron su mejor perfil facial. Pareciera que estuvieran vendiendo morcillas y colocándose muy lejos de lo que es “política sana”. (Sin falsedad ni mentiras)

En ninguno leí que su aspiración tuviera el respaldo estructural de una concepción politico filosófica propia o comunitaria. Los que más se acercan a esto, simplemente le arriman al aviso el símbolo de un partido como Polo o Partido Liberal, pero sin comprometerse con sus postulados. En otras palabras, es más importante el “muñeco”, que el criterio politico. Por eso los vemos hoy aquí y mañana en un partido filosóficamente opuesto después. Saltan con gran facilidad de la izquierda a la derecha.

Todos los colombianos sabemos, que un solo abogado, por ejemplo, es imposible se pueda convertir en la “conciencia jurídica” de un departamento o un municipio si es que alcanza el cargo de diputado o concejal. Lo conseguiría, si acaso, un partido con muchos integrantes empujando en el mismo sentido. Esos slogan solo obedecen a una tendencia (moda) de los “publicitas” para poder hablar de creatividad y cobrar, pero es algo alejado de la realidad.

El Floridablanca a un candidato, le llevaron 50 frases para que escogiera. Las colocó sobre una mesa, se tapó los ojos y con un bolígrafo, marco. Le fabricaron los afiches y le cobraron la creatividad del publicita, cuando vio el trabajo impreso se iba arrepintiendo, pero ya no podía echar para atrás a no ser que pagara de nuevo. Esta historia con sus variantes es la de por lo menos el 90% de los candidatos.

Que la moda no incomoda, dice el adagio popular, ¿pero cuando esa moda incluye engaño, mentira y el ridículo? ¿Quién va a creen que Dios está interesado en un escaño en la Asamblea de Santander? Esas son las cosas que ponen a dudar a la gente. De ahí viene el desprestigio de los políticos. ¿Son las elecciones son un evento serio para escoger nuestros dirigentes o un carnaval de engaño, ridiculeces y mentirosas ofertas?
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sábado, 1 de septiembre de 2007

MI PAISAJE SANTANDEREANO

La gráfica muestra la belleza natural del paisaje al que hace mención el escritor y periodista autor de la siguiente columna.


Por: Germán Valenzuela Sánchez


En Santander se baja y se sube tal como lo hacen las golondrinas picoteando el aire y mirando al cielo. Tiene paisajes por donde se quiera mirar, unos son verdes, otros grises, amarillos, aterciopelados y de sangrados arreboles donde se nace y se muere a la vez, donde se ríe, se grita y se llora porque la vida es sacrificio, dolor, alegría y triunfo.
Prendido de ilusiones he subido sus montañas una a una, he atravesado riachuelos, cordilleras, ríos, quebradas y hasta el Magdalena y sus afluentes de oro, pescando y saboreando nicuro, bagre y bocachico fresco, saludando campesinos y doncellas trigueñas y mestizas de risa limpia y tierna.
Sobre una plataforma en Barrancabermeja, vi borbollones de agua venidos del fondo haciendo grandes remolinos que estallaban en bocanadas de viento y arena húmeda, en chalupas volar sobre el nivel del agua con el vértigo metido en el alma y la canoa de madera me enseñó a conocer los caminos acuáticos, a verlos diluir y a canotar con el sol vertical en la espalda y a atravesar el rio en forma lenta, remando rápido para no ser arrastrado por la fuerza de la corriente.
Santander es tierra agreste, es guerrera, es humana, es sencilla, es hermosa, es hermana del hombre trabajador, del hombre luchador, herencia de leopardos, de jaguares pintados de colores en los picos de los cerros.
El canto de las aves se extiende y se escucha en el corazón de las ceibas, de los robles, de los caracolíes, samanes untados de historias y leyendas que recuerdan los caminos marcados de herradura, de golpes de látigo y de gritos de los arrieros centenarios persiguiendo sus ecos y nostalgias vividas en la jungla de la madre selva.
Santander es de terrenos quebrados el que posee una raza bravía, única, hecha de arcilla y arrecifes, cocida en los tejares del sacrificio con hornos ocres donde se moldea el coraje de la raza criolla de un pueblo guane multiplicado en otras etnias con caracteres de la herencia que siguen creciendo en el espíritu y el corazón de la casta. Santander es una cantera de flores adornada por las mujeres santandereanas que saben dar amor al hogar, a la familia, a la vida, a la sociedad y ondean con su paciencia y constancia los sinsabores que traen los días del porvenir.
Santander es un mapa de papel duro, de blandas piedras filudas, cuadradas, y redondas, de caminos largos, cortos e interminables, de águilas y otras especies volando el firmamento azulado en busca de su presa para alimentar sus polluelos, con sus alas salpicadas al óleo rozando los picachos y riscos saludándose con los frailejones y se extiende en su mirada aguda, ligera, cortante y salvaje por los páramos y montañas relentes donde esconde su plumaje en su nido cuando la noche llega.
Santander es lumbre, es cumbre, es legumbre, es arado, es petróleo, es esmeralda, es finca, es casa grande para todos, es tabaco, es caña de azúcar, es trapiche fértil para el alimento campesino, es rascacielo, es campo florido donde la vida arde todos los días como arde y gime el amor en una niña núbil, así es Santander bastión de hombres ilustres y gallardos.
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jueves, 30 de agosto de 2007

Los Estilos De Chávez, Trujillo, Fidel Y Otros.

Actualidad


La reciente historia de Hugo Chávez en el ejercicio de su autocracia en la sufrida Venezuela permite comparar su esquema de “construcción de poder” con el prototipo de de los dictadores latinoamericanos del Siglo XX: el célebre “Benefactor de la República Dominicana” general Rafael Leónidas Trujillo Molina.

No vale la pena incursionar en los estilos y matices de aquella siniestra pléyade de personajes totalitarios -de distintos signos ideológicos- que infectaron la región durante lapsos afines. Con sus más o sus menos los Somoza, Vargas, Duvallier, Pérez Jiménez, Rojas Pinilla, Ubico, Odría, Stroessner, Batista, Castro, García Mesa, Velazco Alvarado -y tantos otros- accedieron al poder utilizando la violencia o las mañas más arteras, buscando aniquilar las instituciones republicanas e intentando perpetuarse en el mando hasta que la muerte los separe de sus esperpénticas “obras públicas” y sus empinados monumentos en vida. Deliberadamente dejaríamos al margen de este análisis a la Argentina y el Uruguay, nos comprenden las generales de la ley y por ello se complicarían las reflexiones.

Antes de acceder al poder Trujillo y Chávez conspiraron a ojos vistas contra gobiernos constitucionales ejerciendo altas jerarquías en las fuerzas armadas. Usufructuaron situaciones complejas con los gobiernos norteamericanos y aprovecharon los conflictos internacionales en sus respectivas contingencias. Ambos fracasaron en anteriores conatos de conspiraciones violentas. En sus comienzos hicieron la suficiente buena letra para ganarse la consideración de los gobiernos legítimos. Rafael Trujillo llegó a arrodillarse, implorar y llorar al presidente Horacio Vázquez en el año 1929 ante lo cual logró mantener ciertas posiciones militares.

Después de un golpe artero y cruento contra el presidente Carlos Andrés Pérez, el coronel Hugo Chávez logra el indulto del presidente Rafael Caldera y aparece en la escena política como si no hubiera hecho nada malo, hasta mostrándose exultante por su pasado golpista. De ahí a incidir en la campaña despiadada contra la presunta corrupción de Carlos Andrés Pérez no le costó gran cosa. ¡Cuántas veces se ha visto en esta triste Latinoamérica a los delincuentes con antecedentes violentos travestirse en rígidos fiscales de los hombres de la democracia…!

Ambos personajes -Trujillo y Chávez- han sido maestros en concentrar fuerzas políticas a su favor con el eufemismo de la “concertación democrática”, borocotizando dirigentes de la oposición, demonizando gobiernos anteriores, eliminando a los que los habían ayudado anteriormente, imponiendo su dominio personal sobre legisladores, jueces y periodistas; creando un movimiento o frente político a la medida del déspota, haciendo desaparecer los antiguos partidos políticos, dominando férreamente a las fuerzas armadas, debilitándolas y creando guardias de choque a la usanza de las S.A. o las S.S. de Adolf Hitler. Fundaban monopolios de prensa y perseguían la libertad de palabra solazándose como si fueran deportes lisonjeros. Bendecían estos dictadores a la burocracia estatal como al Ogro Filantrópico que describiera Octavio Paz. Consagraban al “imperialismo yanqui” -con variopintas tácticas- en el protagonista de todos los males y el victimario número uno de la humanidad. No por casualidad con estos mismos métodos llegaron tan lejos la Italia Facsista, la Unión Soviética, la Alemania Nazi, la China de Mao, el Japón belicista, la Cuba de Castro con su medio siglo de muerte, mentira y mazmorras y el terrorismo de la Jihad islámica que hace temblar de pánico a los habitantes del planeta.

LAS JUGARRETAS DE LOS DICTADORES.

No solamente Mussolini, Stalin, Mao, Hitler, Tojo, Fidel Castro o Bin Laden han jugado sus pasos de comedia con los Estados Unidos. Algunas veces con cercanos o melosos rodeos y en la generalidad con un inusitado fervor de diatriba lacerante contra sus “feroces prácticas imperialistas”. Llevando a actitudes de hostilidades ilimitadas por vía de conflagraciones cruentas , guerra fría, bombardeos sorpresivos, guerrillas, atentados, conflictos diplomáticos, políticos y económicos. Desde las grandes potencias hasta minúsculos países u organizaciones civiles, políticas o religiosas -bilateralmente o en foros internacionales- se ha acusado al “imperialismo yanqui” con reproches de toda índole cuya sustancia no son del caso analizar por la complejidad de su historia.

Los dictadores latinoamericanos cimentaron su poderío en sus respectivos países mediante un juego de mancha y contra mancha con los Estados Unidos. Se acercaban a Washington o se alejaban de esa metrópoli según su conveniencia. Con el fin de buscar popularidad en sus pueblos alegaban gran indignación contra el hegemonismo financiero de la potencia del norte, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, la instalación de bases militares en diferentes regiones del planeta, la polémica intromisión en los asuntos internos de otros países, el armamentismo de la paz armada, la dependencia o el predominio en el comercio mundial, la difusión cultural a través del Reader Digest o el cine de Hollywood, el envío de los marines para defender la seguridad de los americanos en peligro y otros tantos actos de predominio reales, exagerados o inventados.

Trujillo y otras dictaduras militares en la época de la segunda conflagración mundial y parte de la guerra fría recibieron alguna protección de los Estados Unidos por considerarlos “our sons of a bitch” (“nuestros H. de P.” - F.D.Roosevelt dixit). Sin embargo el dominicano sostuvo graves enfrentamientos con la potencia, recuérdese el secuestro en pleno Manhatan y la posterior tortura y muerte en Santo Domingo del escritor español Jesús de Galíndez y los oprobiosos crímenes de las tres distinguidas hermanas Mirabal que indignaron al mundo contra el audaz tirano. Pero las atrocidades de aquellos dictadores maléficos se consumaban en los límites de sus propios territorios, salvo el caso citado de Galíndez sádicamente asesinado por escribir el libro “La Era de Trujillo”.

Fidel Castro y Hugo Chávez se diferencian de aquellos por abarcar un cínico matiz internacional. Castro exportó y difundió su sistema de violencia guerrillera por Latinoamérica y África. Convocó personajes de la cultura y la política para enviarlos como cruzados armados por las distintas latitudes de ambas regiones mencionadas. Decaída su dependencia rufianesca de la URSS continuó Castro la actividad saboteadora y terrorista mediante una técnica más barata inspirada en el pensamiento de Antonio Gramsci. La influencia de este astuto proceder fidelista -apoyado en su incansable y machacona retórica- la estamos sufriendo en carne propia los argentinos. Evaluamos la instrumentación de un muro ideológico compuesto por periodistas, docentes, artistas, gremialistas y políticos desprevenidos actuando como un ejército disciplinado. Aún siendo claramente minoritarios, estos centuriones gramscianos han demostrado un talento suficiente para confundir la filosofía de la comunidad. Al liberalismo lo han disfrazado de conservador. Los que condenan al pobre a padecer sus carencias eternas los llaman “progresistas”. La seguridad de los seres humanos la atrofian evitando o combatiendo las normas represivas del delito. Los terroristas son los únicos susceptibles de garantías en el respeto a sus derechos humanos. Los emprendedores de la economía son lúdicos expoliadores de la riqueza ¿? de los pobres. Los que nunca en su vida pagaron de su bolsillo un salario son los heroicos titulares de los gremios representativos de los trabajadores, a cuya costilla viven. Se premia y alienta a los empresarios renuentes a la competencia y los riesgos, a su vez amantes ardorosos de los subsidios y la protección prebendaria. Se cultiva la industria de una apasionada moralina para tapar la corrupción estructural.

El fenómeno Chávez aparece con otro estilo de proxenetismo. El ex militar golpista utiliza los abundantes petrodólares del hambreado pueblo venezolano para financiar su imitación de los presuntos métodos utilizados por el odioso “imperio”. Todo lo que Chávez despotrica falazmente en sus kilométricos discursos contra los EE. UU. es exactamente lo que él practica para someter a los gobiernos torpes que “protege” “apoya” “ayuda” “orienta” en sus luchas chauvinistas contra la supuesta dominación yanqui. Sus amigos de Cuba, Bolivia, Argentina, Ecuador, Nicaragua, Irán, Rusia, Belarús, Siria, Uganda, Nigeria y distintas naciones caribeñas o antillanas reciben sus dádivas a tasas asombrosamente altas; sus embajadores son meros militantes y agitadores, intercambian y adiestran activistas; las empresas del estado de sendos países profundizan la repartija espuria de fondos ilícitos; cultiva el venezolano el sostenimiento de grupos u ONGs ideologizados, ejerce desde ahí una descarada intromisión en las elecciones foráneas, organiza eventos deportivos al estilo Nürenberg 1938, actos públicos en estadios grandes o en escalinatas universitarias del exterior de su país; aparece con circenses desplantes o vedettismo incansable en los foros internacionales; despilfarra en el orbe gastos de propaganda enfermiza a favor de su pintoresco socialismo del siglo XXI que no es otra cosa que un grotesco bonapartismo, intentando destacarse con las ínfulas de una primera potencia.

¿Quién ha sido el modelo impecable de este estilo de dictadores que ensuciaron la historia del siglo XX y años sucesivos…? Hay que recordar al histriónico Duce de mandíbula exuberante, gesto presuntuoso, habilísimo propagandista que desde el exterior abundaba en discursos arrogantes para inflamar el ego de un pueblo nostálgico de Julio César y Augusto. No hay que olvidar, ese mismo pueblo colgó su cadáver “patas arriba” junto al de su pareja exhibiéndolos largamente en la Piazza Loreto. El mismo pueblo que se entusiasmaba confundido con sus arengas alocadas, vociferadas desde el balcón del Palazzo Quirinale.

epoblet@fibertel.com.ar

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martes, 28 de agosto de 2007

Que Cuba se Abra al Mundo

Por Martín Simonetta

Director Ejecutivo, Fundación Atlas1853
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Contacto de prensa: 15.5119.6640 - msimonetta@atlas.org.ar

El ritmo de la transición cubana hacia un régimen institucionalmente más abierto parece acelerarse. El 31 de julio del 2006, el estado de salud de Fidel Castro y la asunción de su hermano Raúl, como presidente provisional de Cuba, marcó un nuevo paso en este lento pero firme proceso de cambio.

Las últimas décadas han sido testigos de deterioros en dos de los cimientos que dieron origen al régimen castrista y relevancia política a la isla. Por un lado, la desintegración de la Unión Soviética en el marco de un mundo bipolar. Por el otro, el ocaso de Fidel Castro.

90 Millas a la Libertad

Fidel asumió de facto la autoridad de la isla en 1958. En el contexto de aquel mundo bipolar, posterior a la Segunda Guerra Mundial, alineó a su país hacia el lado de la Unión Soviética. En ese juego, el valor de Cuba como socio estratégico y bastión del comunismo en el Caribe, fue clave para los comunistas en el mundo Este/Oeste.

Durante la “guerra fría”, la isla significó un énclave fundamental para la Unión Soviética situado como un estratégico “patio trasero” de los Estados Unidos, a apenas 90 millas. Hacia fines de la década del 90, la crisis financiera soviética puso fin al “rubloducto”, es decir al sistema de financiamiento soviético hacia Cuba que era fundamental para subsistencia de ese modelo. [1][1]

La caída del comunismo en los países de Europa del Este dejó a Cuba y a Corea del Norte como “eslabones perdidos” en el mundo. Como un extemporáneos dinosaurios sobreviviendo en el lago Ness.

En el nuevo contexto, la Cuba de Castro debió hacer involuntarias modificaciones y permitir el ingreso del virus de la Libertad. La necesidad obligó al gobierno cubano a transar con el supuesto el enemigo: el capitalismo. Debió alimentarse del flujo de fondos generado por el turismo (según cifras extra-oficiales representa ¾ de los ingresos fiscales) y también, de forma limitada, abrirse a la inversión, predominantemente europea.

Los ciudadanos cubanos, a pesar de los altos riesgos de violar las prohibiciones, desarrollaron pequeños negocios, muchos de ellos orientados hacia el turista, en el marco de los mínimos márgenes de acción existentes. En el contexto más hostil, la informalidad fue, una vez más, una forma de Libertad conquistada por los ciudadanos sobrepasando a un gobierno “todo-poderoso”.

El Muro de la Información

La desconexión del pueblo cubano del mundo exterior era un requisito sine qua non para que el discurso oficial fuera creíble y la represión sistemática justificable. El contacto con ciudadanos extranjeros les hizo a ver a los cubanos que “afuera” no se vivía tan mal, como argumentaba Castro.

La necesidad fiscal llevó a derribar ladrillo a ladrillo el “muro de la información” que separaba al cubano de la realidad. Entre estas barreras que pretendían vender al “paraíso cubano” como cierto, podemos mencionar el acceso de los ciudadanos únicamente a periódicos oficiales –entre ellos, Granma-; la existencia de sólo dos canales de televisión, obviamente oficiales; las interferencias generadas por el gobierno para bloquear las ondas de radio Martí, transmitida desde Miami; el acceso restringido a libros, bibliografía no oficial y a Internet; la prohibición expresa para los cubanos de contactarse con turistas, sólo por mencionar algunas.

El contacto con los turistas extranjeros permitió a los isleños comenzar a tomar conciencia plena de la aterradora brecha de ingresos entre su inhumano nivel de vida y el del resto del mundo, inclusive de otros países latinoamericanos.

Sólo con un muro de información entre los cubanos y el exterior podía ser creíble el amplio listado de logros del régimen que Fidel enunciaba en cada uno de sus numerosos actos públicos masivos a través de interminables discursos, ante una audiencia caracterizada por una generalizada mala nutrición y cuya vida diaria no conoce otros productos como el arroz, el azúcar, los frijoles, el aceite y los huevos, provistos, de tanto en tanto, a través de su libreta de abastecimiento.

Claramente, el efecto no deseado para el gobierno, de esta apertura al turismo ha sido la perforación del muro de información -construido y preservado por décadas- existente entre el pueblo cubano y el mundo exterior. Este desbloqueo ha puesto en evidencia, ante los ojos del pueblo cubano, el abismo existente entre ellos y los extranjeros en términos de nivel de vida, derechos civiles, económicos y políticos.

La sustancial diferencia de poder adquisitivo, la ropa, las cámaras de video, mp3, laptops, el desolador contraste en términos de nutrición y, especialmente, la libertad de entrar y salir de sus respectivos países son, ante los ojos del pueblo cubano, embajadores silenciosos de los valores del mundo occidental que, a todas luces, contradicen abiertamente la imagen vendida por Fidel sobre el "paraíso cubano".[2][2]

Estamos viviendo tiempos de cambio. En contraste con la imagen de Fidel, nos viene a la mente la imagen del balsero, aquel que arriesgó su vida en busca de Libertad. La riesgosa balsa es una apuesta a todo o nada, es elegir entre la posibilidad de perder la vida ante la opción de tenerla ya perdida. Es el hartazgo y la rebeldía en busca de ejercer el derecho a la felicidad.

En este proceso que está viviendo la isla recordamos las palabras de Juan Pablo II quien –considerado junto con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, como padres de la derrota del comunismo en el mundo- durante su visita a la isla: “Que Cuba se abra al mundo. Que el mundo se abra a Cuba”.

El comunismo fracasó, generó más pobreza y muertes en el mundo. Estamos presencia el histórico momento del fin del último bastión latino de esta ideología contraria a la naturaleza del hombre.
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[1][1] Martín Simonetta, “Los Pies de Barro del Régimen Cubano”. Fundación Atlas1853, 1999.

[2][2] Martín Simonetta, op. cit.

domingo, 19 de agosto de 2007

Los peajes más caros se pagan en Colombia, un país rezagado en infraestructura

Coordinación de Publicación: Humberto Vanegas



Artículo tomado de

eltiempo.com / economia
Agosto 18 de 2007

Por: Bernardo Bejarano González, Redactor de El Tiempo, con información de Sergio Gómez (Washington), Luís Esnal (Sao Paulo), Valentina Lares (Caracas) y Paola Pinedo (Lima).

Los derechos de tránsito por kilómetro entre Bogotá y Villavicencio ($253 para autos, camperos, camionetas y microbuses), cuestan el triple de lo que se paga por conducir de Washington a Nueva York.

En el caso de Estados Unidos, las cuentas son en el supuesto de que un conductor use las turnpikes (autopistas de peaje), pues la diferencia sería mayor si la comparación se hiciera con las interestatales tradicionales.

La Vía al Llano, que entre enero y el 17 de agosto registró 26 horas de cierre, no solo es la ruta más costosa de Colombia en términos de peajes, sino que dobla el promedio de los países en desarrollo: 5,1 centavos de dólar (108 pesos) por kilómetro, según el Banco Mundial.

Incluso supera el promedio de las naciones desarrolladas, que oscila entre 5,5 y 11,1 centavos (entre 117 y 236 pesos), según se excluyan o se contemplen los 'venenosos' peajes japoneses (20 centavos de dólar por kilómetro, en promedio).

Solo el año pasado, cada uno de los 61 peajes manejados por el Instituto Nacional de Vías (Invías) recaudó un promedio cercano a los 7.000 millones de pesos, mil millones más de lo que cuestan cuatro años de mantenimiento del tramo Buga-Buenaventura (117,9 kilómetros).

Las 58 casetas de la red concesionada, administradas por particulares, recogieron casi lo mismo (6.845 millones cada una) entre enero y julio, o sea en apenas siete meses.

'Cuestión de geografía'

"Aquí se ha hecho el desarrollo más difícil del continente", les dijo el presidente Uribe a los empresarios esta semana, durante la instalación del Congreso Internacional de Actualidad, Negocios e Impacto en Logística Global.

El mandatario argumentó que mientras San Salvador y las demás capitales centroamericanas están junto al mar, "o cerquitica", privilegio que comparten con los centros de poder de Ecuador, Perú, Chile e inclusive Bolivia ("escasos 100 kilómetros"), entre Bogotá y el océano hay 550 kilómetros y tres cordilleras, en el mejor de los casos.

Eso, sumado al gasto de combustible que se deriva de la dificultad del trazado, al prolongado tiempo de espera en puerto y a la escasa generación de economías de escala de las transportadoras, podría explicar por qué, según trascendió hace dos años en un foro de Fedepalma, llevar una tonelada de carga de la capital a Buenaventura cuesta más que transportarla desde el puerto vallecaucano hasta Japón.
Aunque no existe un estudio detallado sobre el tema, la vía Bogotá-Buenaventura es quizás la más costosa de mantener. Por ella transita la mitad de toda la carga que sale del país, lo que se traduce en un intenso desgaste de la calzada.

La tesis presidencial podría aplicársele también al oneroso corredor hacia la capital del Meta. "Desde el punto de vista geológico y técnico, es la carretera más compleja de Colombia", asegura María del Rosario Carrillo, secretaria general de Coviandes, la firma que la administra.

Por eso, dice ella, no es justo comparar sus tarifas de peaje con las de otro tramo cualquiera, nacional o extranjero, pues la Vía al Llano atraviesa la Cordillera Oriental, de gran inestabilidad geológica, y cuenta con costosas obras de infraestructura, como túneles (más de 7 kilómetros bajo tierra) y largos viaductos.

Pero las altas tarifas de los peajes no tienen que ver solamente con las particularidades del terreno. Dependen también de la estructura financiera de cada proyecto, sobre todo cuando se trata de carreteras entregadas en concesión a particulares, las cuales suman ya 3.375 kilómetros (más de la quinta parte de toda la red primaria).

"El Estado se ha preocupado más por el concepto de obra pública que por las variables financieras. Hace 6 años no había un peso para nada, pero hoy hay mucha liquidez. Optimizar ese apetito inversionista permitiría cobrar menores tarifas de peaje", opina Francisco Suárez, vicepresidente jurídico de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, que defiende los intereses de los empresarios del sector.

¿La tercera será la vencida?

De hecho, reconoce Suárez, aunque los actuales contratos con el sector privado (concesiones de tercera generación) tienen falencias, se acercan más que los anteriores a lo que él llama "creatividad financiera".

Por ejemplo, dice, permiten desarrollar gradualmente los proyectos más ambiciosos, de manera que las obras avancen a medida que el tráfico aumente, sin forzar inversiones en plazos cortos, con sus consecuentes necesidades de retorno.

Lo de tener peajes cada vez más baratos está por verse. Mientras tanto, lo que no parece tener marcha atrás es la multiplicación de puntos de recaudo. Para los próximos diez años están proyectadas al menos seis nuevas casetas, asociadas a iniciativas de mejoramiento de los corredores actuales: las dos de Cúcuta, que han generado los bloqueos de protesta en la frontera; una entre los departamentos de Córdoba y Sucre, un par en la Ruta Caribe (Barranquilla-Cartagena) y otra entre Girardot (Cundinamarca) y Cajamarca (Tolima), que empezaría a funcionar una vez se ejecuten las obras de una variante.

"El Estado se ha preocupado más por el concepto de obra pública que por las variables financieras. Hace 6 años no había plata para nada, pero hoy hay mucha liquidez. Optimizar ese apetito inversionista permitiría cobrar menores tarifas de peaje".

* Francisco Suárez, vicepresidente jurídico de la Cámara Colombiana de la Infraestructura.

viernes, 17 de agosto de 2007

DEMOCRACIA SIMULADA




Por: Gerardo Delgado Silva

La concepción griega del Estado, como entidad compuesta de todos los ciudadanos, exige una participación activa y libre de cada uno en la vida política. De ahí, que la teoría griega sobre el Estado condujera, lógicamente, a la democracia.

A pesar del carácter idealista del pensamiento de Platón, afirmó que el fin de la política es la educación para que florezcan la virtud y la justicia.

Empero, la tendencia en nuestra patria, es el envilecimiento, el desprecio, el repudio manifiesto, al concepto de democracia, que adquirió un significado social, además de político. No es una forma de gobierno, sino la esencia misma de todos los gobiernos republicanos o instituidos por los ciudadanos para el bien de la comunidad. Sin el ordenamiento jurídico fundamental, que es la Constitución, no puede existir la república, que es una estructura y mucho menos la democracia, que es un contenido ético.

Existe una predisposición en nuestra patria, a excluir los espíritus más selectos de la dirección de la vida pública, permitiendo que muchos de los detentadores del poder político, sean personajes mediocres y confusos, sin ninguna preparación en el manejo del Estado, pero disfrazados con la máscara de la respetabilidad, valiéndose de la opinión publicada desorientada. Traicionan a la patria, considerando que el fin justifica los medios, con ostensible aquerenciamiento con el delito, como testaferros de los paramilitares. La descomposición moral de un buen número de padres de la patria, diputados, concejales, gobernadores y alcaldes, definen la decadencia de una clase dirigente y la degradación en que han caído. El país en los próximos comicios, debe reaccionar, asumiendo la personería de su destino histórico, rescatando los valores éticos quebrantados por quienes no han asumido con dignidad sus deberes patrióticos. Es el momento de denunciar los hechos punibles.

Existen aspirantes que no pueden pregonar la decencia y la moral, porque no la han practicado. Pero reclaman los votos de la ciudadanía, comprándolos directa o indirectamente, con desafiante felonía y cinismo, exhibiendo el poder del dinero mal habido, que sepulta como un alud a los aspirantes honestos, cuando no, el constreñimiento ominoso de las armas. Es decir, delitos contra los mecanismos de participación ciudadana, que comprende entre otros, el fraude a la inscripción de cédulas, el llamado “trasteo de votos”, que ha sido una práctica vitanda. En otras palabras, están proclamando lo sentenciado por los antiguos: “La corrupción es lo mejor de lo peor”.

Se ha considerado que lo inherente al sistema democrático, es que se realicen elecciones, que funcionen los órganos deliberativos, siguiendo la expresión de Georges Burdeau. Pero en nuestra patria, de tantas amarguras y abominaciones, de desmesurada injusticia social, ¿existen condiciones para la expresión de la “voluntad popular”?

La clase dirigente, exalta las instituciones democráticas, pero se basa sobre las instituciones de “jefes naturales”, “gamonales” y “parapolíticos”; predica la libertad de opinión, pero practica el control efectivo de la prensa, la radio y la televisión.

Los partidos carecen de filtros que permitan la selección y la educación del personal político.

Así pues, un gobierno como el de Uribe, que no empieza por resolver el problema de los desplazados; el de los niños famélicos que no encuentran ni siquiera la alegría de existir, que luchan por “tiras de piel, cadáveres de cosas”, como cantaba Valencia en Anarkos; que mueren al fin como en el Chocó y otras regiones del país, que ostenta catorce millones de seres sumidos en la miseria, calificada por la ONU como crisis humanitaria; que continúa con el paranarcomilitarismo y la narcoguerrilla; que no resuelve el problema del desempleo y de la enseñanza; el de la vivienda digna; que no respeta el constitucionalismo, no puede llamarse un gobierno democrático, así posea el Estado, las más hermosas instituciones políticas.

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Léa sección de propuestas de candidatos a gobernaciones y alcaldías, en relación con elecciones en Colombia en http://www.bersoa8w.blogspot.com/

Lo que el Rugby me enseñó



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A días del Mundial Francia 2007


Por Martín Simonetta*
Contacto de prensa: 15.5119.6640 - msimonetta@atlas.org.ar

Cuando era chico no me interesaba el rugby. A pesar de la insistencia de mi padre, quien lo había practicado, yo decididamente prefería el popular y televisivo fútbol. La realidad evidenció que no era bueno para el deporte de la redonda y, en consecuencia, fui rechazado en el equipo de mi colegio. En esas circunstancias, casi no me quedó otra opción que –alrededor de los 8 años de edad- probar con el otro deporte que se practicaba en la escuela: el de la “guinda”.

Cerca de treinta años después, me alegra decir que la elección parece no haber sido tan mala ya que el rugby me ha enseñado mucho, y no sólo en el campo de lo deportivo.

El rugby me enseñó que se puede jugar siendo gordo. Que hay un lugar para cada uno y que debemos luchar hasta encontrarlo. También me enseñó que el gordo puede enamorarse del deporte, entrenar, ir al gimnasio, potenciarse, jugar y ganar. Y que puede transformar su supuesta debilidad en una incontenible fortaleza.

Me sorprendió cuando, por primera vez, un compañero tapó mi cabeza con su espalda para impedir que el botín del contrario la pisara. A partir de allí, aprendí y ejercí –como todos- esa práctica que refleja el espíritu de equipo, de amistad y, sobre todo, de lealtad, esencial al rugby.

También me hizo ver que en determinados momentos es necesario bajar la cabeza como un toro, concentrar toda la energía e ir para adelante buscando el in-goal contrario, aún sin saber exactamente las consecuencias de tal decisión.

Me mostró que el juego termina cuando suena el silbato, que se debe abrazar al rival tras la pitada final y disfrutar relajadamente un tercer tiempo de reconciliación con los jugadores del equipo contrario. Me enseñó a construir relaciones fructíferas más allá de las dificultades de corto plazo.

Me hizo saber que el árbitro es sagrado, y que, a pesar del eufórico entusiasmo del juego, las reglas deben ser cumplidas y que las decisiones del referee, independientemente de su pequeño tamaño, son inapelables e indiscutibles.

Me mostró que una espalda ardiendo bajo las duchas del club significa haber dejado todo en la cancha. Que se debe disfrutar de la sensación del deber cumplido, más allá del resultado. Que jugar y dejar todo en la cancha, ya es ganar.

Me enseñó a que la vida es “todo terreno” y que, a veces, nos lleva a jugar en verdes canchas con delicadas pasturas, y otras, en áridas superficies de tierra seca. Que la meta es la misma pero la estrategia, para jugar y triunfar, puede cambiar.

Me hizo comprender que no importa ganar ni perder sino jugar, jugar mucho y divertirse. Que jugando se aprende de los errores, se modifican las estrategias, se incrementa la autoestima e indefectiblemente se gana más de lo que se pierde, en este u otros campos de la vida.

Me demostró que es compatible el trabajo duro con la mayor diversión. Que, cuando uno se enamora de lo que hace, pocas barreras pueden frenarlo. Me alentó a celebrar los éxitos, pero también los fracasos cuando se deja todo en la cancha.
Nuestro rugby es un reflejo de los “buenos viejos tiempos” de la Argentina, cuando éramos un país abierto y atractivo al comercio, a las inversiones y a las personas de todo el mundo. De la época en que Gran Bretaña arriesgaba el 65% de las inversiones que realizaba en toda América Latina en este país. Vías férreas, puertos, frigoríficos y por qué no decirlo, el rugby, son algunas de las herencias recibidas. Como un fiel y persistente reflejo de aquel legado, la Argentina es el único país latino que se encuentra –con firmeza y autoridad- entre los 10 mejores equipos del mundo, jugando de igual a igual –y en muchos casos derrotando- a las 5 naciones donde el deporte fue dado a luz.

Faltan pocos días para que comience la Copa Mundial de Rugby Francia 2007. En medio de este clima de alegría no puedo evitar pensar en cuánto valor este deporte ha agregado a mi vida y a la de mi familia. Me enseñó a crecer, a animarme a ir para adelante, a tomar riesgo y a sentirme respaldado confiando en mis compañeros, en mis amigos, pero -sobre todo- en mí mismo.

* Dedicado a mi “viejo”, Julio A. Simonetta (h).

martes, 14 de agosto de 2007

La economía del populismo



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casino online Tomado de El Tiempo.
eltiempo.com / editorial / columnistas

EL PRESUPUESTO DEL 2008

Pedro Medellín Torres. Columnista de EL TIEMPO.

El costo de la popularidad presidencial.
En mayo de 1990, preocupados por las políticas de los gobiernos populistas de América Latina, un grupo de economistas (coordinados por R. Dornbusch, de MIT, y S. Edwards, de la Universidad de California) emprendieron el estudio de lo que llamaron la "economía política del populismo". Trataban de establecer las implicaciones de los programas económicos y sociales que, basados en políticas fiscales y crediticias expansivas, buscan crecimiento y redistribución del ingreso, pero sin considerar los riesgos de la inflación y el financiamiento deficitario.
El famoso Réquiem para el populismo, escrito en 1982 por Paúl Drake, les permitió a los economistas entender que un gobierno populista es aquel en el que un líder de rasgos personalistas (o paternales), para mantener las adhesiones políticas y la movilización social, promete un crecimiento simultáneo de la economía y el bienestar social. Y para lograrlo no tiene problema en aumentar el gasto, aun a costa de elevar el déficit fiscal y el endeudamiento público. Para Dornbusch y Edwards, la imposibilidad de sostener esas políticas llevará a la economía a una vulnerabilidad extrema que solo puede ser corregida con un programa de estabilización "drásticamente restrictivo y doloroso".
Esa reflexión sirve para analizar la negativa del gobierno Uribe a asumir una rigurosa disciplina fiscal. Sobre todo, ahora que ha presentado el proyecto de presupuesto nacional para el 2008, por 125,7 billones de pesos, en el que propone un aumento del 15 por ciento en gastos de funcionamiento y 26 por ciento en inversión, principalmente concentrados en el gasto militar, que sube a 3,6 billones, y protección social, que supera los 5 billones.
Esos incrementos, que a primera vista parecen indiscutibles, en realidad deben alarmar. No solo porque implican un déficit del Gobierno central de 3,3 por ciento del PIB. También, porque el aumento en la inversión va a ser financiado en su totalidad con impuestos temporales (como el impuesto al patrimonio) y endeudamiento, que no son sostenibles a mediano plazo, sobre todo para unos gastos que sí se van a mantener a largo plazo.
En el gasto militar es evidente. Aun bajo el supuesto de que no hay infiltración mafiosa o guerrillera, ni problemas de estrategia, el gasto en este sector tiene la traza de un barril sin fondo. Ya no solo son los 250 mil millones de pesos de aumento en bonificaciones a los militares, aprobados en la mitad de un debate de moción de censura al Ministro. También es el mayor peso que tienen las pensiones en el gasto total. En el 2002, cuando llegó Uribe, por cada peso de gasto militar, más de 40 centavos debían ser transferidos al pago de pensiones. Ahora, que subió a 3,6 billones, es probable que por cada peso de gasto militar se deban transferir algo más de 47 centavos para cubrir las pensiones. Por eso, el Gobierno está condenado a depender de la ayuda norteamericana, si quiere tener resultados.
Por su parte, en el gasto social, el Gobierno tampoco puede asumir una rigurosa disciplina fiscal. Es el costo de haber institucionalizado, a través de los consejos comunales y los encuentros de empresarios, una práctica perversa: asumir compromisos que implican gastos, a los que luego se les deben buscar los ingresos que los financien, de manera que aseguren los apoyos políticos que necesita para mantenerse en el poder.
El presupuesto del 2008 le va a aportar al Presidente más de 3,5 billones para entregar cheques en los consejos comunales a beneficiarios de programas de acción social de Presidencia, a poblaciones atendidas por el Ministerio de la Protección Social o a los favorecidos con subsidios de vivienda; 1,6 billones de pesos para negociar vías con los políticos regionales y locales; y 500 mil millones del programa Agro Ingreso Seguro, con el que espera compensar las pérdidas de haber negociado mal el TLC.
El país entró en una economía del populismo. Y aunque diga lo contrario, el Presidente sabe que el clientelismo es insuficiente. Y que para mantener su popularidad tiene que aumentar el gasto, sin importar que sea al debe o volviendo permanentes impuestos que solo tenían un carácter temporal.
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Léa la actualidad política en Santander en http://www.bersoa8b.blogspot.com/

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