----------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO
EN BARBOSA CONDECORAN A DOÑA ROSITA
Hoy domingo hace ocho días estuvo el gobernador Horacio Serpa en Barbosa, en compañía de su esposa, doña Rosita de Serpa. La gente que se mostraba muy contenta salió a recibirlos con los brazos abiertos porque llegó con los bolsillos llenos para dar inicio a importantes obras sociales en la localidad. La más importante de todas: la plata para la construcción de un nuevo hospital porque el que hay, ya se quedó pequeñito con esa manera de crecer la ciudad y de llegar gentes de todas partes, y además, que ya funciona como un cuadrúpedo al cual ya no le sirven sus patas traseras ni mucho menos las delanteras. De esta obra prioritaria para la comunidad, se estará iniciando la construcción en un próximo inmediato puesto que, en una sesión solemne y a ojos vista de la gente, se firmó el convenio con el cual se legaliza todo el proceso. Es decir, la cosa ya no tiene reverso por si algún desencanto político produjera arrepentimientos.
El gitano Melquiades, alias Jorge Humberto Ardila Velandia, Sir Alcalde, estaba que no cabía de la dicha porque según él, había matado varios pájaros de una sola pedrada. Con el progreso de las armas de hoy se dice, de un solo rafagazo. Claro porque también logró el billete para el centro de acopio del transporte o terminal que llaman en términos cristianos, y de igual manera le dio cacería a los fondos para la solución del problema del agua potable para el consumo local, por lo menos por unos veinte años más. Hay que agradecerle también al arquitecto Ramiro González que está que empuja como un elefante político de Barbosa. Como ya no le hace falta sino la iluminación de lujo de la reconstruida carrera novena que entre otras cosas quedó la verraquera, y la culminación del parque ecológico en todo el centro de la ciudad después de recuperar unos terrenos que por la humedad parecían no tener futuro, entonces se puede decir que el gitano Melquiades se la echó, como se dice ahora en términos coloquiales.
Y no sólo Melquiades estaba muerto de la dicha como un negro en pleno carnaval, sino toda la gente de todas las vertientes políticas, sociales e ideológicas porque es que Barbosa es de todos los barboseños y no de tal o cual combo que está en el poder. Que “El manicomio más grande del mundo” no es solamente de los godos o de los cachiporros, de los judíos o los musulmanes, o de la izquierda o la derecha que allí habitan, sino de todos los que vivan en Barbosa y hayan sido capaces de poner un granito de arena para que hoy se vea lo que todos estamos viendo.
Pero como decía antes, además en sesión solemne hubo condecoraciones porque que la fiesta fue por lo alto. El doctor Horacio Serpa recibió la medalla Luis Carlos Galán Sarmiento, entre otras, y doña Rosita Moncada de Serpa, su esposa, recibió la medalla Blanca Hamira Fajardo Sánchez, creada por el concejo municipal mediante ponencia de la cancejal Tatiana Atencio en memoria de la educadora de ese nombre recientemente desaparecida, y otorgada por vez primera a un personaje de alta dignidad. Paz a la profe Hamira allá en su tumba. La recordaremos hasta el final de los siglos así no nos alcance el tiempo. Personalmente hago llegar mis manifestaciones de agradecimiento eterno al gobernador Horacio Serpa, sencillamente porque yo soy hijo legítimo de Barbosa y la siento en mi sangre como siento en mi sangre la literatura que escribo.
Porque Barbosa ha de ser eterna como Roma o Babilonia. Y por esta razón seguiré insistiendo a través de mis escritos literarios y periodísticos, que el próximo alcalde de la ciudad también ha de ser un hombre o mujer de la extracción social y de la corriente política e ideológica que ustedes quieran, bien grande ojala, de ideas, y de enorme estatura profesional, laboral e intelectual, porque eso exige el alto índice de desarrollo, y a la vez la complicada sociología de la ciudad.
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