LA BUCARAMANGA COSMOPOLITA

Por: Pedro Gerardo Tabares C.

Hay tendencias que insisten en mantener aspectos culturales que desde luego tienen fundamento cuando repasamos el devenir del mundo conocido por las documentales obras que nos dejaron  al menos imitación con la vocación que tuvieron esos puebles llámense Fenicia, Grecia, Egipto… Nosotros con tradición germana y española  en Santander, influenciados con cierto beneplácito por supuesto, por la cultura germana que en principio intentó dejarnos un entorno arquitectónico, de costumbres y lo más importante de economía que no deja de tener sus críticas, pero que ha desarrollado importantes proyecciones no solo en el departamento sino en otras ciudades del país. 

Como producto de ello, se debió  que Bucaramanga se convirtiera en una ciudad cosmopolita,  acaso reconociendo las falencias con más énfasis, pero de todas maneras, que han contribuido a su desarrollo; por eso los políticos ya no hablan de Santander exclusivamente sino que hacen su publicidad con ballenatos y ritmos de otras regiones, los comerciantes  no aspiran producir para el consumo y la exportación sino que  comerciantes adinerados llenan las calles del productos extranjeros de procedencia lícita o ilícita sobre lo cual no puede haber escrúpulos porque las connotaciones del país no lo permiten. Por eso cuando el avión despega o aterriza cada pocos minutos, no puede hablarse que debamos conservar una entidad aislada. 

No habrá en la ciudad vestigios de lo que fue una cultura  porque todo aquello que perdura desde hace  más de doscientos años, tienen cobertura a su protección puesto que declarados monumentos nacionales   bienes que pertenecen a propiedad privada, así su situación jurídica  no sea la real  puesto que deviene de cuando las familias desaparecen, al cabo del tiempo  creemos que si existe un Ministerio de Cultura, debe señalar  cuántas edificaciones tengan recuerdo,  se declaren monumentos nacionales sin que sean adquiridas por el Estado. No hay equívoco, que la ciudad cosmopolita arrase el pasado y perdamos la identidad porque los particulares no cuidaran lo representativo.