Por: Bernardo Socha Acosta
El tan publicitado y cacareado día sin carro en el Área Metropolitana de Bucaramanga, no deja de ser un afán más de protagonismo de esos que desde los puestos oficiales se programan para merecer la admiración popular.
Si nos ponemos a examinar qué beneficios deja
el día sin carro, concluimos, que ninguno; pero, sí le causamos un cúmulo de
inconvenientes a quienes trabajan y necesitan este bien (carro) para cumplir su
rutina diaria.
Y por qué se concluye que no hay beneficios
en materia de contaminación ambiental.
1º Porque los autos particulares no son los
que más contaminan.
2º Los vehículos de servicio público son los
que más inundan la ciudad de monóxido de carbono y ruido.
3º Los vehículos particulares no están rodando
todo el día por las vías.
4º El día sin carro tendrán que aumentarse
las frecuencias de buses, busetas, Metrolínea y taxis para cumplir con el
servicio y suplir la demanda de transporte.
Con solo estos cuatro puntos se desvirtúa que vaya a rebajarse la contaminación. Inclusive, podríamos decir que la contaminación aumenta,
tanto de gases como sonora, porque habrá más automotores de servicio público recorriendo las autopistas y los principales
ejes viales del Área metropolitana.
Habrá calles y carreras que se muestren
limpias, claro, porque el vehículo particular se encuentra guardado, pero los
principales corredores tendrán los mismos efectos.
Y
decimos que son más los perjuicios, porque ese día (ya lo dijo Fenalco) la reducción
de las ventas del comercio van a ser escandalosas. (¿Será que habrá una rebaja proporcional de
los impuestos de industria y comercio?)
Los talleres de mantenimiento de vehículo
estarán cesantes.
Las estaciones distribuidoras de combustible
padecerán el mismo efecto.
Los restaurantes y loncherías perderán muchas
de las provisiones.
Llevar a un enfermo a un hospital o una
clínica será un calvario
Y en fin son muchos los efectos negativos que ésta medida trae comparados con los
beneficios aparentes que se generan.
Hablar de esta medida (día sin carro) sobre
los pro y contras, daría para muchas páginas. Pero finalmente sabemos que quien
tiene el poder (respetable) lo aplica por encima de cualquier circunstancia.
Y con estas
consideraciones no es que seamos enemigos de mejorar el ambiente. Lo que creemos es que los vehículos particulares
no son los que contaminan, con monóxido de carbono, o con ruido; la contaminación proviene de la mayoría de servicio público.
Al finalizar la jornada del día sin
carro se irá a decir como siempre, que
fue muy positivo. Pero sabe Dios cuántas
dificultades pasaron en ese día (sin carro) muchas familias o muchas personas
que requerían hacer alguna diligencia en la cual necesitaban su vehículo, que
para eso se compró y ese día quedará como un lucro cesante.
Quien compra un automóvil, camioneta o
similares, no lo hace por deporte o porque le sobre la plata –algunos muy pocos
si les sobra- sino porque necesitan el
vehículo, pero éste no se utiliza todo el día como uno de servicio público,
sino por unas pocas horas diarias.
Para descontaminar el medio ambienta hay
muchas alternativas que ha traído la tecnología y no necesitamos de tomar estas
medidas que para muchos son negativas. Y con un día sin carro, qué alivio
tendrá el ambiente.
¿Será que las grandes fábricas (muchas obsoletas
que contaminan) también deban parar un
día para aportar mejor ambiente?
Bueno, solo nos resta desear que la jornada
resulte como la programaron los organizadores. Lo recomendable –si se puede- es
no salir a realizar diligencia alguna, quedarnos en nuestra casa.
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