Se conocen por el odio, la venganza,
violencia y deseos de catástrofe
Hasta cuándo los caballeros
del Apocalipsis aspiran a que Colombia continúe con la guerra que los relatos
históricos sostienen que lleva más de 60 años y que en ese lapso la guerra ha
dejado más de 8 millones de muertos por la confrontación y unos 5 millones de
desplazados que han contribuido al desorden de las ciudades.
Las personas sensatas se
preguntan, hasta cuando los caballeros del apocalipsis seguirán sembrando cizaña
entre los colombianos, discordia que es peor que las minas que la guerrilla ha
sembrado en esos 60 años de confrontación.
Lo que predican los caballeros
del Apocalipsis no tienen más que la intención de cultivar odio, venganza y ruina en una
sociedad que ha sido martirizada, no solo por la guerrilla, sino por unos
cuantos y disfrazados redentores que quisieron acabar con la insurgencia pero
se convirtieron en los peores verdugos sociales como lo fueron los
paramilitares que hoy algunos agazapados bajo el falso manto de la incredulidad
quieren atizar más guerra entre quienes quieren la paz y quienes se oponen a
ella.
Y hablando de paz, seriamos
ilusos pensar que porque se firma un tratado de paz, Colombia se convirtiera de la noche a la mañana en ese paraíso terrenal del relato bíblico,
donde tengamos todo. No; ese tratado es apenas un comienzo para seguir
trabajando por esa paz que por tantos años han deseado los colombianos; es solo
un paso que posiblemente se aceleraría si los caballeros del Apocalipsis
cambiaran su actitud negativa, arrogante, tendenciosa, ofensiva y carroñera, por ese espíritu amable, abnegado, de colaboración y de aprecio
por su país que a pesar del conflicto les ha dado todo y hasta unos con jugosas
pensiones y otros devengando en las Corporaciones públicas privilegiados emolumentos que les sirve hasta
para despotricar de su país, anunciándole
un futuro azaroso y menos halagüeño que lo que ha traído la guerra y la
corrupción de cuello blanco, males que parece empeñados en que sigan mortificando
a los Colombianos.
Que mejores oportunidades le
esperarían a una sociedad, si no actuaran
los predicadores del mal; los que pretenden hacerle creer a unos cuantos, que
continuando la violencia es como se van a encontrar las oportunidades de
progreso para Colombia. Que ironía de quienes lo tienen todo y pretenden con
falsas teorías llevar a un país a la ruina total, solo por mediar fuerzas
políticas para en un futuro pretender el primer cargo del estado volviendo a
las plazas públicas a seguirle mintiendo a los electores y a todo un país en el
que por fortuna solo unos pocos creen que continuando la guerra es como
Colombia va a encontrar salidas en busca de progreso. Cómo estos señores creen
que mintiéndole a Colombia es como se encontrará la solución a los problemas.
Y seriamos un país de ilusos si
pensáramos que ya con la firma del Acuerdo de paz, Colombia volviera a
recuperarse de más de 60 años perdidos en la guerra. Y es sensato también pensar
que seguirán habiendo hechos delictivos, máximo cuando otra guerrilla no se ha
desmovilizado y cuando hay unos reductos criminales que buscan la riqueza a
como dé lugar. Pero con la firma del
Acuerdo de paz de la Habana, se aporta
un granito de arenas a ese querer de la mayoría de compatriotas que si aspiran
a ver una Colombia en la paz, y que entienden que la firma de los Acuerdos
es solo un paso, pero no el retroceso de
quienes los que pretenden que continúe la confrontación.
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