O la guerra será la suerte que
merecemos
Por: Bernardo Socha Acosta
Luego de escuchar a eminentes
y destacados personajes del mundo hablando sobre la paz de Colombia, país al
que tienen sus ojos puestos alrededor de la paz, solo queda preguntarnos los
nacionales, si el mal se impondrá sobre
el bien.
No hay duda que respaldar el proceso de paz es el mejor camino para Colombia, y como lo
han repetido centenares de observadores y críticos que dicen, “más vale un
acuerdo imperfecto que salve vidas, a una guerra perfecta que siga sembrando
muerte y dolor”.
Y es que el Sumo pontífice,
(Papa Francisco) que no hay duda es uno de los seres más espirituales del planeta y con los mejores deseos para la
humanidad, vaticinó que si los colombianos rechazan el Acuerdo de la
Habana (es decir votan por el no) el país se va a enfrentar a peores rigores de
la guerra.
Y la Revista Ecónomist, uno de los medios de información más
importantes y analíticos del mundo, le dedicó un editorial positivo a la firma
del Acuerdo de Paz del pasado 26 de
septiembre en el que destaca los avances para Colombia. Y el director de ese
medio para América, Michael Reid en reportaje para la Cadena Caracol, consideró
que si los colombianos respaldan el
Acuerdo con el voto este 2 de octubre, habrá mejores oportunidades para el país,
diferente a, si los colombianos rechazan
esa oportunidad (audio: http://alacarta.caracol.com.co/audio/097RD130000000406136/.)
Bueno,
y si nos ponemos a hacer un repaso del respaldo que han ofrecido diferentes
instituciones del mundo, no terminaríamos; pero eso demuestra que la opinión universal generalizada orientada a
respaldar el Acuerdo de la Habana, sí sabe
sobre qué significado tiene un ACUERDO DE PAZ porque han asimilado otros casos similares en países donde ha habido guerra, diferente a
un minúsculo grupo político que impulsa el rechazo a la Paz.
Y
paradójicamente hay la insustancial o insulsa creencia de que quienes le dicen,
no a la paz, están ejerciendo un
derecho democrático, pero si la PAZ es un derecho de una sociedad consagrada en
la Constitución, qué delito estarían cometiendo quienes le meten zancadilla a
la paz. Y entonces quienes están en
contra de la paz, estarían causándole un mal a esa sociedad y en este caso a
Colombia.
Y
para decirlo de frente, si en el supuesto caso que ganara el NO en estas
votaciones del plebiscito, la suerte de Colombia con todos sus males que
sobrevengan en el futuro, serian lo que han querido los que tienen la obligación de defender o someter a un país a la peor suerte de la guerra.
Pero
sobre el tema queda mucho que comentar. Porque
es que una buena parte d quienes le ponen palos a la rueda de paz, son quienes
reciben emolumentos del tesoro público, es decir que esos algunos, son quienes reciben
dineros (más de 20 millones mensuales como
los congresistas) con los cuales adelantan una campaña contra la paz y algunos
colombianos son tan imbéciles, que
les ponen las cadenas y salen a darles las gracias a sus verdugos.
Y aquí las Farc tienen un gran
reto, y es el de hacer un fiel y estricto cumplimiento a los Acuerdos pactados,
para darle una gran bofetada a los opositores y ponerlos ante la faz del país y
el mundo como los gestores de las fórmulas del Mal y enemigos de una sociedad sufrida por el
maltrato de la guerra de la que ellos han sido corresponsables.
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