Por: Bernardo
Socha Acosta
Con gran sorpresa y para
muchos con notorio asombro, los medios
de comunicación registraron la lamentable caída de popularidad del presidente
de los colombianos, Iván Duque, a tan solo 100 días de gobierno.
Según la encuesta de Invamer
para Semana, Caracol, y Blu Radio, el
presidente Duque bajó su popularidad de 53,8% a 27,2%, en
un hecho inusual para los jefes de estado en Colombia comenzando su mandato. Esos resultados se han visto pero tras cuatro años de gestión, pero
repito, no para los primeros 100 días de gestión, cuando el pueblo todavía disfruta
de las mieles del triunfo. Pero en esta
ocasión no fue así. Los tragos amargos de lo que podría ser el futuro, desalentó
hasta sus más fieles seguidores y simpatizantes.
Es realmente lamentable porque
ya muchos colombianos que miraban la elección del señor Duque desde la otra
orilla, se habían ajustado con optimismo a las propuestas iniciales, antes del
anuncio de la Reforma tributaria en la
que se castiga severamente a las clases populares y se exonera de cargas impositivas
a los empresarios.
Si solamente el 27.2% de los encuestados aprueba el desempeño del gobierno, significa que ni quienes
lo eligieron están satisfechos en los primeros 100 días, a pesar de las
expectativas que habían.
No se equivocan, al parecer,
que el lunar de la inconformidad nacional, radica en un Ministro de hacienda
que por congraciarse con los grandes organismos financieros internacionales, y
asegurar plata para la fronda burocrática, preparó
un proyecto de Ley de Reforma ignorando todos los parámetros de la justicia
social y de equidad; es decir cargando de
más impuestos a la clase trabajadora y
exonerando a los más ricos. Claro congraciándose con su jefe, el presidente
Duque y toda la franja de su clase y burlándose descaradamente del pueblo
trabajador que no alcanza a sacrificar las 24 horas del día para devengar un mínimo
sustento para sí y su familia, pero ahora también a destinar más cargas
impositivas para alimentar las arcas oficiales que año tras año se han convertido en un estado alcabalero sin
contemplación, asemejándose a la era colonial del dominio de la corona.
Ilustración de la Revista Semana |
Es que pretender gravar el 80%
de los productos de la canasta familiar, incluir ese IVA para la compra de vivienda usada, para la
compra de un simple ladrillo, etc, ect. es por demás abusivo, atrevido e irrespetuoso del derecho ajeno. Esa es la razón por la
cual los encuestados, en un 73,8% afirmó,
que siente que las cosas van “por mal camino” y parece que no se equivocan.
Es que ese ministro con la anuencia del presidente Duque, quiere saltar por
encima de los 45 millones de colombianos y de los más de 18 millones de
ciudadanos que participaron para decidir
en las urnas quién debía de ser el presidente
de Colombia.
En este sentido, la voz y la decisión, la tendrá el Congreso de la
república que ya tiene en su
poder el proyecto del azote y el descalabro
del pueblo trabajador colombiano. Esperemos
cuál es la fuerza de los Padres de la patria, llamados a defender a sus electores
de los abusos que se pretenden legalizar con el nombre de financiamiento, cuando a la luz de la verdad en una Reforma TRIBUTARIA abusiva en detrimento del pueblo.
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