La voracidad excesiva conque el Ministro
de Hacienda y algunos otros funcionarios prepararon el texto del proyecto, creó
el execrable ambiente social y político que mató de entrada la gallina de los
huevos de oro, proyecto en el cual creía ciegamente el gobierno, así se convirtiera
en la gestión más impopular y tirana
de este país, pero no se sabe con qué oscuros propósitos.
Ese proyecto
que se ha convertido en la mayor amenaza y azaroso temor de los colombianos es
hasta ridículo, odioso e ignominioso porque pretende, como está el texto, acabar
con franjas de la economía media y alta con los gravámenes propuestos, pero
llegando incluso al atrevido atentado contra asalariados de hambre. En qué cabeza de un
ministro normal le cabe, que una persona,
por ejemplo, para citar uno de tantas extravagancias, que una persona con 2 salarios mínimos
mensuales pague impuestos. Que descaro de sentido verdugo y perverso tiene una propuesta de esta naturaleza que no
merece sino el rechazo, el repudio y el vilipendio de una sociedad, contra autores de semejante
injusto castigo.
Nadie puede
entender, en qué país soñó el gobierno cuando diseñó semejante propuesta de
látigo contra el pueblo colombianos trabajador, mientras las mafias de la corrupción se apoderan
anualmente de algo más de $50 BILLONES, y contra este cáncer maldito, nada hace
el gobierno para buscarle una verdadera solución y un verdadero castigo contra
sus autores, quienes antes son privilegiados por el estado.
Todo el mundo
se pregunta por qué este gobierno buscó al pueblo trabajador y medianas fuentes de desarrollo económico, para pretender hacer de FALSO Samaritano,
llevando eventuales migajas y sobras de los más poderosos para engañar los
sectores menos favorecidos.
Si hubiera
sido un proyecto de Reforma Tributaria verdaderamente estructural, no se habría
metido con la clase trabajadora, y los sectores medios de la producción que son
los que le aportan riqueza al país para su funcionamiento e incluso queda para
que los delincuentes de cuello blanco atesoren
millones, ante la mirada complaciente
de la pirámide gubernamental, que no quita, en cambio, los ojos buscando cómo
esquilmar a los más débiles y dejarles camino abierto a los corruptos.
Es que ante
un proyecto de Reforma Tributaria de
tanta incidencia social y económica, y las gravísimas amenazas de TIRANÍA, nadie
puede quedarse tranquilo hasta que el congreso de la república lo sepulte o
como mínimo le cercene al menos el 60% de su infame y atemorizante propuesta.
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