viernes, 25 de febrero de 2022

El parroquialismo frente al aborto

Por Bernardo Socha Acosta
Para opinar sobre el siguiente tema, no se necesita obligatoriamente ser un médico, un abogado o cualquiera de las profesiones espléndidas, porque se necesita es mirar la realidad de lo que le ocurre a una sociedad, o concretamente al género femenino lamentablemente, cuando por un descuido, por una violación, o cosa por el estilo quedan embarazadas y ante el dilema de tenerlo o no, tienen que acudir a las clínicas clandestinas arriesgando su salud o su vida, para lograr un aborto.

Cuántos son los casos lamentables y dolorosos que se viven en Colombia por este parroquialismo  que todavía invade las mentes arcaicas de una buena parte de la sociedad.

En Colombia existe anualmente, según recientes estadísticas, unos 400.412 abortos provocados, de los cuales solamente 322 son procedimientos legales. Es decir que que el resto son clandestinos con el grave riesgo para la paciente y surge el interrogante,  dónde esta la PREVALENCIA  DE LA SALUD.

Y, en una sociedad donde el estado mantiene en el abandono a una alta franja de la sociedad, cada vez infortunadamente aumentan los embarazos no deseados y como resultado los abortos clandestinos, donde las jovencitas tienen que arriesgarse a morir en manos de inexpertos, porque así lo ha querido una alta franja de la sociedad  al oponerse a un sistema que proteja a las gestantes, facilitándoles acudir a una clínica legalmente establecida.

En una humanidad en constante evolución y cambios, nadie puede quedarse anclado viviendo del pasado con el riesgo del traumatismo o, de aquiriquir más enfermedades, de envejecer y morir prematuramente.

Y, que este tema, sea oportuno para recordar al científico que tuvo una visión extraordinaria del mundo sobre la evolución de las especies, el naturalista británico Charles Darwin, cuando escribió esta cita: "No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio".  Eso quiere decir que si no nos adaptamos al cambio estamos condenados a vivir en el pasado como los cavernícolas de la llamada era moderna. La decisión de la Corte al aprobar el aborto en Colombia es eso. Es adaptarnos a los cambios que exige el mundo de hoy. De lo contrario seguimos viviendo el tiempo de las cavernas cuando la atención de la salud se hacía únicamente con ‘rezos’ y prácticas rituales.

Y es risible oír a algunos de nuestros gobernantes rasgándose las vestiduras de manera hipócrita, y condenando aviesamente e irrespetuosa a la Corte, en una actitud disimulada o farisaica, sin detenerse a pensar que si continúan las prácticas clandestinas se amenaza la integridad de las jovencitas que lo hagan.

Los magistrados que lo aprobaron tienen una visión de cambio y no se quedan en el pasado esperando los cambios con palabras, sino con hechos. El ejemplo ya está en otros países desarrollados y no podemos con el prurito de que somos subdesarrollados negarles la atención en salud al género femenino que lo requiera.

bersoa@hotmail.com

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