Los
electores no podemos seguir siendo cómplices y espectadores pasivos de la
propia desgracia del país, mientras las castas de la anticuada política se
burlan cada vez que eligen a sus títeres en el primer cargo de la nación y
tratan de manipularnos desde el Congreso de la república, aprobando una que
otra ley que medio alivian la suerte de los millones de colombianos, mientras le
dan la estocada por la espalda a quienes los eligieron aprobado reformas tan
absurda como la que despertó la ira de Colombia cuando en medio de una pandemia
el gobierno pretendió sacrificar aún más a los contribuyentes con una reforma
que por fortuna el pueblo cansado de tanto abusos, se alzó y se hizo sentir. Nade
sensato desconoce que esas reformas se deben
hacer pero en su justa proporción. Pero lamentablemente es que hay colombianos
que talvez olvidamos muy rápido y seguimos cayendo en las TRAMPAS que nos tienden
esos “grandes políticos” para hacernos votar por los mismos, pero disfrazados habilidosamente por otros
que se muestran como los redentores, pero, sabe… movidos por quienes siempre pretenden burlarse
del país en su propio beneficio. No. Colombianos… No seamos más borregos de
silla y de carga porque ese no es nuestro destino, como algunos ya resignados piensan
y siguen cayendo en las palabrerías de la ULTRADERECHA, que pretende amedrentarnos,
trayendo cuentos de países que han caído en la desgracia por efectos dejados precisamente
por los pequeños MONARCAS criollos que gobernaron antes y ahora pretenden
traerlos a cuento a los colombianos para buscar el apoyo en las urnas con miras
a la primera vuelta presidencial.
Los
colombianos debemos reaccionar vigorosamente contra esos autodenominados
caudillos que parecen más unos culebreros publicitando pomadas y menjurjes para
domesticar a sus víctimas con miras a obtener sus votos. Ya es hora de que los colombianos hagamos
respetar la dignidad de personas herederas de los grandes libertadores de nuestra Patria, desmejorada luego por los
politiqueros que se han apoderado del sentimiento popular para usufructuar sin
medida de las grandes riquezas nacionales, mientras más de 20 millones de
personas se encuentran en la pobreza y unos 8 millones en la indigencia.
Llegó la
hora de que los buenos ciudadanos seamos testigos del desplome de las viejas y
amañadas estructuras políticas que tanto daño le han causado a Colombia, con la
concentración de bienes y capitales en una mínima clase de PODEROSOS, mientras
una gran franja aguanta hambre y luchas por sobrevivir.
Y finalmente
recogiendo las impresiones ciudadanas, se afirma que los resultados de este 13
de marzo es el comienzo de una luz, para que los colombianos avancen por el
camino de la ley Suprema que los llevará a ese espacio de la tierra prometida
que reseñan la historia Bíblica.
bersoa@hotmail.com
Este asrtículo es la pura realidad de Colombia. Y si el pueeblo sigue votando por los mismos amañados de la fotuna nacional, pues el futuro será oscuro para los 50 millones de colombianos, pero esa serrá la suerte que quieren.
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