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lunes, 1 de enero de 2024

Mario González Vargas
El Defensor del Pueblo en un balance de la política de Paz Total en el 2023 dijo una verdad incuestionable: “Aquí los únicos que estén honrando el cese al fuego han sido nuestras Fuerzas Armadas. Los grupos armados ilegales han deshonrado esa generosidad del gobierno Nacional”.

Es el diagnostico que el “gobierno del cambio” y los embelesados por la paz se han negado a aceptar, a pesar de las evidencias que los supuestos fines políticos han desaparecido en medio de las disputas por los réditos del narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro, la extorsión, y hasta los del lucro que procura ya la migración desenfrenada. Las masacres, los asesinatos y la tipificación de todos los demás delitos han obedecido a la lucha sin cuartel por el predominio de sus fuentes de financiación, del control territorial y de sus indefensas poblaciones, que Eln, el Emc y el Clan del Golfo han venido consolidando.

Efímero resultó el compromiso del Eln de suspender los secuestros, acordado en la última ronda de dialogo. Días después, Antonio García, abruptamente, condicionó la suspensión del secuestro y la libertad de sus víctimas a la prórroga del cese bilateral al fuego y al acuerdo de financiamiento del proceso del proceso de paz. Un nuevo acto de felonía que se suma a los perpetrados en todas las negociaciones por esa organización criminal.

El recrudecimiento de los combates entre las organizaciones criminales en detrimento de las poblaciones inermes, obedecen a la inactividad de la Fuerza Pública por razón de los ceses al fuego generosamente concedidos a las hordas criminales, sin que ello inmute al presidente y a su ministro de Defensa.

La reacción de Petro provoca serios interrogantes sobre sus reales intenciones, o al menos, sobre su capacidad de retomar las riendas de un proceso en cuidados intensivos. Si bien proclamó que su política de seguridad “se basará cada vez más en la inteligencia”, resulta difícil de creer después del desmantelamiento de la misma. Las limitaciones del Ministro de Defensa y el desdén del presidente en emitir las ordenes requeridas, son factores que limitan la acción de la FFMM que, de resolverse, se hallarían en capacidad de alcanzar los objetivos estratégicos necesarios.

El país exige claridad sobre los medios y objetivos de la paz total, las estrategias del gobierno y su capacidad de llevarlas a cabo, en vez de los desatinados y confusos mensajes en su cuenta de X. Sin ellos resulta imposible ejecutar una política coherente con los intereses nacionales que sería recordada en los anales de nuestra historia.

El presidente y su gobierno pierden cada día capacidad de acción y confianza ciudadana. Al decrecimiento de la economía, al afán de estatización de la salud, a la descalificación del empresariado y a la obstaculización del emprendimiento productivo, se suman el incumplimiento del acuerdo de paz con las Farc-Ep y la condena a los colombianos a la violencia por una paz total que él hace imposible de lograr en tiempos de su mandato. Convertirá su legado en una constancia del descalabro de una ideología que no merecía revivirse. Triste balance de una ambición caduca, pero desenfrenada. Feliz Año para quienes hacen posible la edición del periódico y para sus lectores.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Como vuelve la campaña política, vuelven las mentiras

¿Otro proyecto de reforma a la salud?, esta vez de liberales se anuncia
Por: Bernardo Socha Acosta
Los colombianos ya detectaron la maniobra de un grupito de liberales manejados por el señor expresidente Gaviria que no puede soportar con su orgullo, que alguien diferente a sus tradicionales intereses pueda hacer algo mejor por actualizar la vieja estructura de la salud en el país.

Estos hábiles políticos incluyendo otros grupitos de esa misma estirpe, que también han comenzado a descender de sus viejas escalas o pirámides dominantes, se inventan cuanta triquiñuela encuentran, con el propósito de seguirle manteniendo los espacios a sus áulicos para tratar de ostentar vigencia, en medio de una sociedad que por fortuna ya asimila la realidad frente  a las mentiras.

Pero los ciudadanos  debemos desenmascararlos y como ya se aproximan las elecciones regionales y municipales para gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles o miembros de juntas administradoras locales, fijadas por la Registraduría para el 29 de octubre de este año, 2023, debemos estar listos para rechazar todos aquellos candidatos que los representen, porque ellos volverán a ser los verdugos de las clases populares, no los líderes como nos lo hacían cree para que les hiciéramos venia.

Ahora esos liberales que, de esa ideología tradicional y respetable, no tienen nada, se inventaron que van a presentar su propio proyecto de ley para reformar la salud. Que descaro, qué insulto al país y con qué ingenuidad, piensan que los beneficiarios de la salud  van a creerle a ese grupo de liberales que realmente van a legislar por el bien de los ciudadanos.  Eso es mentira. Por qué hasta ahora se acuerdan de buscarle algo mejor  en materia de asistencia médica al país. Cómo se ve que intentan manipular a los colombianos porque ya se viene una nueva campaña politiquera.

Pero lo peor, es que esos mismos liberales apoyados por algunos grandes  medios de comunicación, se aprovechan de la buena fe de algunos honestos ciudadanos, para decirles mentiras y tratar de indisponerlos contra el gobierno, de tal manera que los respalden para seguirlos esclavizando y  ellos continuar riéndose de los ingenuos, convencidos y sufrido pueblo, al que han mantenido dominado y explotado por muchos años de la historia  nacional.

Con estas anunciadas “REFORMAS” de ese grupo de liberales, estamos a punto de CAER de nuevo en las peligrosas TRAMPAS,  que los codiciosos y ávidos de poder  buscan tenderle al que ellos llaman abusivamente su pueblo.

(bersoa@hotmail.com)   

domingo, 15 de enero de 2023

¿Riesgos de improvisación en la transición energética?

Por: Bernardo Socha Acosta
La transición energética parece haberse convertido en un rompecabezas que nadie entiende, porque se supone, en el buen sentido de la lógica que, para ensillar, primero se deben comprar las bestias.

En el caso de Colombia se afirma que el gobierno le apunta a una Transición Energética Justa, con un plan sobre el cual el Ministerio de Minas y Energía diseña una hoja de ruta, que será publicada en mayo próximo.

Pero lo que el común de la gente opina, es que, se quiere reducir la producción y el consumo de combustibles fósiles como gasolina, Acpm, el carbón y otros, sin haber puesto en operación las fuentes que van a sustituirlos de forma equilibrada.

El programa se define como el componente de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía para hacerlos más sostenibles y su objetivo es transformar un sistema energético basado en los combustibles fósiles, en un sistema energético basado en las energías renovables.

Dicen los críticos que desde ya el gobierno viene adoptando medidas para desestimular la compra de vehículos, medidas que se patentizan con el encarecimiento constante y desmedido de los combustibles. Con los altos precios de la gasolina, Acpm y demás, se está demostrando una primera improvisación que va dejando la huella marcada entre la clase trabajadora que tiene un vehículo para su diario desempeño laboral con el cual busca lograr el sustento, pero con esos precios de los combustibles, qué ilusión le queda al trabajador hacer esfuerzo para medio sostener un hogar, ya sea como taxista, transporte colectivo, de carga y de hasta mochilero.

En este o, cualquier país de gente trabajadora, el 90% de quien tiene un vehículo no lo tiene por lujo, sino como un medio para ganarse la vida. Ese 10% restante si tiene vehículos por lujo y por tener en qué invertir las grandes fortunas que le llegan, buena parte proveniente de esa franja de trabajadores que para cumplir su misión debe pagar, como por poner un ejemplo de tantos que hay, donde el transportador intermunicipal e interdepartamental debe quitar de sus ingresos hasta 10 mil pesos o más, cada vez que pasa un peaje y cuando encuentra hasta 2 o 3 por departamento, a cuánto se elevan esos gastos. Con esta consideración quiero hacer ver que el encarecimiento de los combustibles tan exagerado, es la muestra de la improvisación de la transición energética, porque, dónde están las alternativas con las que no se golpee al trabajador. Es cierto que todos debemos poner en un proceso de cambio, pero que no se le recargue todo al pueblo.

Es que la transición energética no puede convertirse en un nuevo azote de la clase trabajadora colombiana. La transición energética, si es que el gobierno está verdaderamente interesado en hacerla una realidad, debe ser un proceso armónico en el que las comunidades no se vean lesionadas en sus exiguos intereses.

Este proceso, hablando de la reducción de combustibles fósiles, debe tener un desarrollo equilibrado para que los fabricantes de vehículos automotores reciban también incentivos del gobierno tanto para producir como para poner en el mercado los nuevos automotores eléctricos que estén al alcance también de quienes trabajan, y no solo para privilegiar los poderes económicos.

Si la transición energética es un proyecto ya sustentado en la ley, este paso o cambio de, utilizar insumos contaminantes, para llegar a utilizar energías limpias, no puede traducirse en látigo para la franja de la población que mediante su trabajo hace posible la evolución de la economía colombiana. El gobierno estará en la obligación de velar para impedir que ese paso, de unas energías contaminantes, a un sistema limpio de energía como la eléctrica en los vehículos y la que se utilizará en las industrias con la energía solar y eólica, no sean motivos para castigar a quienes siempre llevan las de perder en el desarrollo de una sociedad. (bersoa@hotmail.com)

viernes, 9 de septiembre de 2022

El verdadero liderazgo nacional de las mayorías del congreso

Por Bernardo Socha Acosta
Algunos congresistas (muy pocos) están adelantando una campaña con el fin de desprestigiar el proyecto que crea un impuesto progresivo para quienes reciben jubilaciones SUPERIORES a 10 millones de pesos.

Esos mal llamados padres de la patria demuestran que son unos egoístas y mezquinos que solo les interesa su bienestar, pero no quieren compartir una mínima parte de lo que devengan, para aportar al colectivo social que padece hambre en Colombia.

Esos Senadores y representantes que adelantan esa compaña aprovechando las redes sociales, junto con otros potentados privados que usufructúan millonarias pensiones, no muestran ni sentido de solidaridad nacional y menos de querer ver un país más justo, sino todo lo contrario hacen campaña pero para llenar sus bolsillos; en mala hora muchos electores los han elegido para que sean sus verdugos a través de sus acciones negativas desde el congreso.

Los electores deben tenerlos en cuenta (hay que revelar la lista de malsanos y equivocados contradictores) para que en una próxima contienda electoral los desprecien con su voto negativo y apoyen a quienes trabajen verdaderamente por el pueblo.

Y es que dentro de esta campaña negativa aparecieron las aves de mal agüero y los matadores de sueños de la población, porque se resisten a aceptar los avances en los periodos de la historia de un país que ha sido sometido al manejo caprichoso de quienes han pretendo imponer el gamonalismo a base de una falsa protección a sus incondicionales seguidores, concediendo unas veces cargos particulares y otros oficiales aprovechando su condición de mal llamados representantes del pueblo. Esos mismos son los que viven dando canonjías a los que le sirven y de esta forma mantener la atención y la miseria de incautos para que los sigan.

No se equivocan quienes los califican como exterminadores de la esperanza de un pueblo, porque con sus acciones intentan poner al pueblo en contra de los sanos proyectos del gobierno que busca de una u otra forma reparar lo que han dejado en el pasado, con el apoyo de esos mismos congresistas que no trabajan para el pueblo sino para sus propios intereses.

La reforma Tributaria que se encuentra en estudio les ha servido de equivocado caballito de batalla a esos arrogantes congresistas opuestos al bien general y luchadores por sus intereses.

Cuál es la razón para que un congresista pensionado devengando como mínimo más de 20 millones de pesos no aporte algo para el beneficio colectivo del país. Dónde está la solidaridad de la que posan y falsamente se ufanan de hacerle bien al pueblo. Esos mal llamados dirigentes políticos que se oponen al bien nacional son los propagadores de la incertidumbre que se están convirtiendo en la sombra del espejismo y la maldad que intenta sobreponerse al bien de los colombianos. Ojalá que las mayorías del congreso de la república que a buene hora se integraron y que demuestran con hechos su verdadero liderazgo nacional, logren hacer ese aporte que los mezquinos niegan y tratan de torpedear no solo en el Congreso, sino de crear la cizaña del odio contra quienes quieren hacer bien las cosas que reclama el colectivo social. Que vivan las mayorías del congreso de la república, el pueblo sabrá recompensarlos con su credibilidad.

miércoles, 27 de abril de 2022

El desespero de un jefe político por salvar su partido

Por: Bernardo Socha Acosta
Las luchas liberales por devolverle al pueblo colombiano los derechos imprescriptibles que habían arrebatado sus opositores por el afán de dominio y poder, quedaron este 26 de abril sepultadas con la decisión del llamado jefe del partido, de adherir a un movimiento en extinción para, seguramente sobrevivir.

Las luchas y buenas intenciones de esos patriarcas del partido, entre ellos de los más recientes, Rafael Uribe y Alfonso López Pumarejo quedaron sepultados para el liberalismo.

Pero afortunadamente que dentro de ese partido hay todavía verdaderos dirigentes con mentes abiertas y progresistas que no se dejan llevar como sumisos ejemplares al matadero, sino que se independizan y no se arrodillan, demostrando la verdadera filosofía liberal para velar por sus simpatizantes.

Hoy el llamado jefe del liberalismo quedó reducido y absorto por un movimiento que va en retroceso por sus mismas acciones equivocadas del pasado, de sus jerarcas, pero que, en una de sus “jagaditas”, puso de estandarte a un dirigente que al parecer se avergonzó de presentar su nombre de pila a consideración del pueblo y propaga sus propuestas bajo seudónimo. Eso no está muy claro y no es sino retornar a los actos de corrupción que tienen a  Colombia en la ruina.  Que tristeza a donde se quiere hacer llevar a un país y a su pueblo solo por el apetito de poder, o por el desespero equivocado de salvar un partido. Por eso y muchas cosas más el pueblo está ,asqueado de esos políticos. 

Con razón hoy tras hacer un sondeo con algunos cuidadnos que han militado en el liberalismo, no dudaron en rechazar la actitud del que pensaban –equivocados- que era un verdadero jefe del partido y no dudaron en señalar    que serán independientes a la hora de sufragar el próximo domingo 29 de mayo, seguros de tomar la mejor decisión, pero no por el que piensa el señor que acaba de traicionar el partido.

En ese ambiente, el liberalismo se sumaría a la historia (si logran el poder aliado) de los viejos fracasos que han llevado a Colombia a la concentración del poder y de la riqueza, con unos efectos simbióticos que se sumarían a las amenazas de hambre que se pronostican por las imprevisiones estatales administrativas, agregadas a la reciente pandemia. Sería mortal…  

Si esa alianza que el jefe del MORIBUNDO partido liberal tiene los resultados que esperan, Colombia infortunadamente seguirá avanzando hacia el desastre y qué será de esta sociedad.

Seguramente  los colombianos no nos hemos detenido hasta el momento a pensar, qué sería de un país con las desastrosas políticas de unos “jefes” que se disputarían el poder y la habilidad de manejar sus marionetas.  Pero bueno, la confianza que nos queda, es que los colombianos ya hemos despertado y asumiremos la responsabilidad de elegir bien el 29 de mayo. Así sea. (bersoa@hotmail.com)

martes, 24 de julio de 2012

¿Se le llenó la copa al pueblo?

CONGRESISTAS, NO SE SIGAN EQUIVOCANDO
------------------------------------Horacio Serpa
La enérgica reacción ciudadana contra el Congreso a raíz del exabrupto de la Reforma a la Justicia, no lo fue solo por esa actuación. A la gente se le llenó la copa, con tanto desgreño, con tantos errores. Uno de los más criticados ha sido el propósito sistemático de reformar la Constitución. Equivocación grande es creer que todo se remedia modificando las normas superiores. Además, nunca tendremos un sistema político equilibrado, coherente, estable, si nos la pasamos probando instituciones, modificando reglas, inventando procedimientos, experimentado soluciones.
Parece que no todos los Congresistas se dieron cuenta de lo que pasó. O creen ingenuamente que solo fue una censura pasajera a la que no deben pararle muchas bolas. Por ello iniciaron la nueva legislatura, de la que los ciudadanos esperan seriedad, responsabilidad, trabajo, presentando otras propuestas de reformas constitucionales. Disculpas ofrezco a los Honorables Congresistas, a quienes aprecio y respeto, pero me parece increíble que no cogieran experiencia. El País está esperando otra cosa. Ojalá  leyeran bien la entrevista del nuevo Presidente del Senado. Si él siendo de la casa dice así del Congreso, imagínense lo que dicen los de afuera. ¡No se sigan equivocando!
Un ejemplo ilustra las observaciones. Con los comentarios de rechazo que se hicieron hace algunas semanas a la propuesta, pensé que no se volvería a hablar de eliminar la Vicepresidencia de la República. Las noticias dicen que ayer se presentó la iniciativa con el objeto de volver a la Designatura, una figura arcaica, antipopular, que en ocasiones se prestó para jugarretas, trapisondas y componendas.
Una de las razones que tuvo en cuenta la Constituyente para rechazar la Designatura fue la de que no es democrático que al eventual reemplazo del Presidente, elegido popularmente, lo escoja el Congreso. No hay razón que lo justifique. Con el riesgo de que un Congreso cuyas mayorías no sean amigas del Presidente, bien puede crear la expectativa de sucesión en una persona opositora o enemiga. Ni más, ni menos.
El argumento de que es necesario ahorrarse el sueldo del funcionario, es peregrino. ¿Con lo que vale esa asignación o el funcionamiento de la Vicepresidencia vamos a salir de pobres? Ahora, si el Presidente no le quiere asignar funciones, no sería empleado ni tendría sueldo.
Atribuirle competencias por Constitución sería como crear una Presidencia chiquita, con poderes plenos para desarrollarlas. Absurdo.
Pero lo más absurdo es creer que el País permitiría a los Congresistas elegir al eventual sucesor presidencial. Lo dispuso la Constituyente para suplir la falta absoluta del Vicepresidente, después de mucho debate y cuando el Congreso no estaba tan desprestigiado. 
Dificultades, ¿cuáles? Se presentaron cuando el Presidente Samper. Con los doctores Pastrana y Uribe no hubo problemas. En este tampoco.
Sin duda fue desobligante la presentación del proyecto estando enfermo el doctor  Angelino Garzón. Por fortuna son gratas las noticias de su recuperación. Debe estar sorprendido de que tan pronto dio la espalda para ir a la clínica, le comenzaron a mover la silla.
Bogotá D.C., 25 de Julio del 2012

domingo, 24 de junio de 2012

El pueblo podría ir más allá de una Consulta

"El referendo podría terminar en la revocatoria del Congreso"
Si el ministro hace las cosas bien, los triunfos son del presidente, pero si le va mal, es un problema del ministro
Revista Semana
EN PLATA BLANCA El expresidente Andrés Pastrana habla del problema suscitado por la reforma a la Justicia, de sus relaciones con los conservadores y de la salud de Angelino Garzón.
Sábado 23 Junio 2012

MARÍA JIMENA DUZÁN: El presidente Santos, a última hora, decidió no promulgar la reforma a la Justicia. ¿Usted cree que por esa vía se desactiva realmente esta reforma?
ANDRÉS PASTRANA: La propuesta del presidente no resuelve el problema porque hay quienes aseguran que jurídicamente no es viable. Si quería frenarla pudo haberlo hecho durante los dos años que estuvo debatiéndose en el Congreso. Pero ya aprobada el tema es más difícil: como se trata de una reforma constitucional no requiere la firma del presidente. Es decir, estamos en una encrucijada y el país puede ser arrastrado hacia un limbo jurídico que podría ser aprovechado por varios de los funcionarios del anterior gobierno para salir de la cárcel.
M.J.D.: Según el presidente Santos, lo malo de la reforma fue la conciliación. Pero otros como el exmagistrado Hernando Yepes creen que lo malo es el espíritu de la reforma. ¿Usted en qué orilla está?
A.P.: La reforma es un esperpento y la considero un golpe de Estado a la Constitución. Y lo que estamos viendo es que ni los académicos, ni los medios, ni, lo que es más importante, el pueblo colombiano la han entendido. Además, no es una reforma a la Justicia, sino una contrarreforma al Congreso. Por eso, por primera vez los colombianos vamos a hacer uso del artículo 377 de la Constitución, que les da la posibilidad a los ciudadanos de convocar a un referendo para que sea el pueblo colombiano el que eche para atrás ese adefesio. Esa es la única forma.  Pase a Revista Semana

lunes, 18 de junio de 2012

Cartas del lector

A propósito del pronunciamiento de las reservas activas de las fuerzas militares
Amigo Bernardo Socha:
Es una verdad de perogrullo que el pueblo colombiano, el constituyente primario, el detentador del poder civil, eligió, en desarrollo de una elecciones libres y democráticas  presididas por el entonces primer mandatario de la Nación  ALVARO URIBE VELEZ al actual Presidente de la epública JUAN MANUEL SANTOS; es evidente que es deber fundamental  de las tropas y de sus comandantes aceptar y obedecer las directrices políticas del Presidente de la República que, en el sistema democrático en que predomina el poder civil sobre cualquier otro poder, es el Comandante Supremo de las Fuerza Militares.
La historia de Colombia ha sido dolorosa y trágica marcada por la violencia política y las luchas intestinas que nos han deparado pocos momentos de paz; en la guerra los ejércitos y las facciones se pasean airosos por los campos y poblados llevando su nefasto mensaje de miedo, muerte y desolación.
En los últimos sesenta o setenta años todos los generales de la República han prometido la derrota de las facciones y durante ese mismo tiempo, ante el fracazo de sus proyectos triunfalistas, todos entonan el mismo discurso: necesitan más tropas, más armas, más presupuesto y la eliminación de las ataduras legales y constitucionales para temer las manos libres para derrotar al "enemigo interno".  
Es indiscutible que durante los dos periodos del Presidente ALVARO URIBE VELEZ los militares tuvieron tropas, armas, presupuesto a manos llenas y un total respaldo político para sus acciones contra el "enemigo" sin obtener el triunfo prometido.  
Siempre he considerado que en menos dañino para la sociedad la equivocación en la búsqueda generosa de la paz que la persistencia equivocada en la continuación de la guerra. Entonces me pregunto por qué oponernos a la búsqueda de la paz; todos debemos apoyar al Presidente JUAN MANUEL SANTOS en este propósito.
Atento saludo,  

miércoles, 27 de julio de 2011

MIREMONOS EL OMBLIGO


Por: Horacio Serpa

El mundo sigue espantado por la masacre de Noruega. Setenta y seis personas fueron asesinadas alevemente en el doble atentado cometido por el ultraderechista Anders Behring Breivik, a quien señalan de loco, fanático, asesino, esquizofrénico, islamófobo y cien calificativos más.

Los colombianos vivimos como propia esta tragedia y de diferentes maneras hemos manifestado nuestra solidaridad sincera con el pueblo Noruego. “Fue un horror”, se ha repetido en todos los lugares.

Muy bien este sentimiento colombiano ante tamaño crimen. Pero muy mal, muy malo, que permanentemente pasemos de agache sobre lo que ocurre en nuestra propia patria.

El Tiempo informó el pasado domingo que los paramilitares “han confesado casi 180 mil homicidios en Justicia y Paz”. Espantoso, ¿verdad?
La misma información detalla la magnitud de lo que nos ocurrió en los últimos años bajo el imperio paramilitar: 3.983 cadáveres exhumados, 1.755 masacres, 36.011 desapariciones forzadas, 177.972 homicidios. Son cifras de la Fiscalía General.

¿En qué País? En el nuestro, en nuestra Colombia querida, aquí mismo donde vivimos con nuestros hijos y nietos. Es el mismo País por el cual sufrimos hace algunos días cuando nos derrotó Perú en la Copa América de Futbol. Hubo hasta lágrimas.

¿Alguien, aparte de sus familiares, ha llorado por alguno de nuestros muertos? ¿Hemos sentido angustia en el alma por estos hechos terribles? ¿Nos hemos avergonzado porque ello haya ocurrido en nuestra propia tierra? ¿Lo hemos criticado públicamente? ¿Hemos hecho algún comentario de desagrado, de rechazo, de indignación?

La inmensa mayoría de colombianos ni siquiera sabe lo que hemos vivido. A muchos no les importa, lo que es mil veces peor. A muy pocos preocupa que ni siquiera se haya aplicado justicia a los responsables. Imagínense, solo se han dictado cuatro sentencias condenatorias.

Y eso que se trata solo de los crímenes aceptados por los malhechores. Los asesinatos pudieron ser medio millón. Un número de muertos muy superior a todos los muertos de todas las guerras del mundo en los últimos treinta años.

¡De ese tamaño es nuestra tragedia!
Pero nunca saldremos de ella si no somos conscientes de lo que nos ha pasado. Eso es lo primero. Conocer, saber, mirarnos nuestro propio ombligo y ver con ojos bien abiertos lo que ha ocurrido, donde, cuando, como, por qué, por quienes.

También es importante reflexionar hasta que punto somos responsables. Me refiero a la indiferencia, a la impunidad, al nunca haber hecho nada, ni dicho nada, ni denunciado nada, al “nadie se meta conmigo, que yo con nadie me meto”, a la cobardía que significa pensar que todo es con ellos y no con los míos ni conmigo, mientras asesinaban a mansalva, todas las horas de todos los días, en todas partes, a cientos de miles de nuestros compatriotas.

Y, claro, un propósito de enmienda. De involucrarse en la vida nacional. Sin un “nunca más”, serio, responsable, definitivo, seguirán los muertos.

Muy grave lo de Oslo. En Colombia ha ocurrido mil veces y no nos hemos dado cuenta. Increíble. ¡Ya es hora de despertar¡

Bucaramanga, 26 de Julio, 2011

lunes, 14 de diciembre de 2009

El pueblo en el círculo vicioso del gobierno y los empresarios

Del editor (Circulo  vicioso en Colombia -Grafico tomado de recistencia, Caracas)

Los colombianos terminaremos siendo lastimosamente un país de indigentes



Colombia si bien ha sido un sitio atractivo para la inversión extranjera, por su posición continental, pasará a la historia y quienes se han esforzado por hacerlo trayendo capitales para montar empresas, se desilusionarán muy pronto, gracias al tratamiento cruel que a la clase obrera le vienen dando desde hace 7 años, el gobierno y los dirigentes empresariales.

Hoy cuando la realidad demuestra que más de 20 millones de de nacionales están desesperados en la física pobres y más de 8 millones sumidos en la indigencia, qué le espera a Colombia.

Viendo a tantos nacionales desesperados buscando infructuosamente la subsistencia, no es pesimismo pensar que el poder económico de unos pocos privilegiados esté preparando el peor camino nunca visto en la historia de este país. La situación futura será mucho peor que la violencia de los últimos 50 años. Y la historia nos lo confirmará muy pronto, si las cosas siguen manteniendo trágico ese ritmo.

Es que en Colombia ya comienzan esas oscuras predicciones. O sino cualquier ciudadano puede convencerse viendo y escuchando frente a un televisor en un horario de noticias, cuantos asaltos, cuántos asesinatos, cuántos atracos, cuántos robos, etc etc se cometen a diario y dónde está la llamada seguridad democrática. Esa seguridad no se consigue mientras no haya seguridad alimentaria. Esa seguridad se ha convertido en una teoría y una retórica que ya produce hasta alergia.

Se queja el gobierno rudamente como para hacer creer a su pueblo, que es necesario quitarles salario a los trabajadores para mejorar las finanzas nacionales y robustecer a los empresarios, pero esa gran apariencia no solo está afectando la credibilidad del gobierno, sino que está acabando por parejo a Colombia. En ese camino, el país terminará siendo un núcleo lastimosamente de uno 40 millones de indigentes si no hay un cambio de políticas que le den un respiro a Colombia. Ya los dirigentes obreros, sobre ejemplos de otros países, han demostrado hasta la saciedad que a medida que el pueblo no tiene medios adquisitivos, la producción de la industria se estanca cada día peor hasta quedar convertida en un cementerio de lo que fue el poder productivo de este país. Y todo eso por la miopía y la terquedad de creer que recortándoles el salario a los trabajadores, Colombia sobreviviría. Mentira, Colombia avanza a lo peor.

Lamentablemente sigue ocurriendo en Colombia lo irónico. Votamos por un gobierno dizque para salvar al país, pero no nos damos cuenta que esa aparente calma fue fugaz porque la violencia está volteándose y apareciendo ahora en las ciudades donde está el 70% de la población donde puede ser más trágica.

Y por qué ocurre esto. Sencillamente porque el problema de Colombia es de hambre, de falta de oportunidades, de que le permitan trabajar a todos, que haya comida y techo. Pero, cómo puede haber todo esto, si al trabajador se le niega el salario justo, mientras que unos pocos de adinerados reciben millones y millones, no en préstamo, sino dizque en subsidio, como fue con Agro Ingreso Seguro que ha sido lo más insólito en Colombia ocurrido en gobierno alguno y no pasa nada,… Por ahora esperemos qué resultados hay en los entes de control.
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miércoles, 6 de mayo de 2009

¡Cinco años….., y punto!


Colombia, miércoles 5 de mayo de 2009


HORACIO SERPA
________________________

En importantes declaraciones para El Nuevo Siglo, el exMinistro del Interior Humberto de La Calle Lombana dijo que “una nueva reelección genera unos desequilibrios importantes en el esquema constitucional del control de poderes”. Y agregó: “creo que lo que hay es que regresar a la no reelección o, incluso, al sistema de 1886 de la reelección alterna por una sola vez”.

El doctor De la Calle sabe muy bien lo que dice, como que fue pieza fundamental en la construcción de la Constitución Nacional en 1991. No lo manifiesta para hacer oposición al gobierno del Presidente Uribe, del que fue Ministro y Embajador, sino porque advierte que el llamado esquema de “pesos y contrapesos”, fundamental para que rija el sistema democrático, se concibió para períodos presidenciales de 4 años. Y cuando se hizo la reforma que permitió la reelección, no se modificaron los otros aspectos constitucionales que tienen que ver con el equilibrio de poderes.

Por eso piensa que debemos regresar a la no reelección, tema que se ha venido tratando más en los círculos académicos que en los espacios de la política.

Vale la pena reflexionar a fondo sobre el tema, e incluso llevarlo al Congreso de la República en un proyecto de Acto Legislativo que enriquecería el debate que se pretende dar a propósito del referendo reeleccionista. Sería provechoso para la democracia colombiana un análisis objetivo, desapasionado, tranquilo, que mas allá de la coyuntura electoral vislumbrara lo que la Nación requiere en esta materia.

Cualquier congresista puede presentar la propuesta, con infinidad de argumentos. Un liberal, respaldando la posición del Partido en la Constituyente, respetada por el Presidente de la época, doctor Cesar Gaviria Trujillo. O un Congresista del Polo Democrático. Incluso alguno de los importantes miembros de la coalición de gobierno que se están manifestando contra el referendo, pues de lo que se trata es de buscarle al país caminos apropiados de convivencia y democracia.

La propuesta podría incluir un aumento del período presidencial, por ejemplo a cinco años, sin reelección, claro, como algunos lo propusimos en la Constituyente. Sería para que la reforma operara hacia el futuro, a partir del nuevo Presidente electo en 2010, con lo que se daría respuesta a los que alegan que cuatro años son insuficientes para una gestión gubernamental seria y eficaz.

Los mismos cinco años se pueden aplicar a Gobernadores y Alcaldes, sin reelección, con los elegidos para comenzar a gobernar en 2012.

Con una reforma de esta naturaleza resultaría dable parafrasear la respuesta de don Miguel Antonio Caro, cuando le preguntaron por qué insistía en volver a los períodos presidenciales de cuatro años, después de que en la Constitución de 1886 los pusieron de seis años: Menos de cinco años es poco para cumplir una labor acertada; mas de cinco años, o el gobernante se cansa del pueblo, o el pueblo se cansa del gobernante.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

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