Hoy la facilidad de acceder a
contenidos especialmente virtuales nos pone en alerta. Y este preámbulo es para referirme a una carta
virtual que tuvo a bien enviarme un destacado galeno, en la cual se refiere a
los medicamentos que por estos días escasean y tienen a muchos pacientes al
borde de su fin.
Mi colaborador hace varias
consideraciones sobre las medicinas que se han convertido casi en un principio
de vida para muchos que ya son dependientes de esas sustancias químicas, sustancias
que, en el mayor de los casos, mejora temporalmente una patología (enfermedad)
y con este resultado aparente de salud, (la mejoría) aparece un número mayor de
síntomas y enfermedades.
En esta comunicación me cuenta que, un
eminente médico japonés hace duras críticas a la forma como en países como
Colombia, donde las medicinas son la fuente de enriquecimiento de los
laboratorios farmacéuticos, es al mismo tiempo el karma que mantiene a los pacientes
dependientes, en la peor postración, para que cada día sean los mayores
consumidores de medicamentos.
El profesional japón deja entrever, -escribe
mi corresponsal- cómo en el mundo moderno la medicina no ha evolucionado con la
velocidad de la ciencia médica y hay un contraste entre los avances de práctica
médica, con la farmacología clínica que se quedó rezagada frente a la especialidad del facultativo para
la formulación de los medicamentos destinados a los seres humanos.
De igual forma el relator de la carta
agrega, para complementar las afirmaciones del japones, que los avances en la
atención de pacientes, tampoco evoluciona al mismo nivel de las ciencias,
porque para enfrentar las diversas enfermedades de hoy, no se han tenido en
cuenta, las diversas áreas de medicina alternativa y complementaria que en la
actualidad ha surgido, muchas de ellas tomadas de la antigüedad y otras que ya
están haciendo carrera con excelentes resultados. Entre las ramas de la
medicina alternativa y complementaria -señala- están las terapias energéticas, entre
ellas el biomagnetismo y la acupuntura; las terapias biológicas (con plantas); manipulación
corporal como los masajes y las ventosas; medicina de cuerpo y mente
(hipnoterapia y yoga) y la homeopatía entre otras. Agrega que la oportunidad
para llegar a esta clase de medicina alternativa es inaplazable, porque en estas
prácticas, en la mayoría son muy
efectivas, al aportar prevención, alivio
y sanación. Muy contrario a la medicina química.
El galeno japones cita concretamente –
agrega- una de las enfermedades arraigadas en el mundo como es la diabetes, que
según la Federación Internacional de Diabetes (FID), para este año 2024 la
cifra se estiman en 537 millones de pacientes y se prevé que en algo más de cinco años (2030) el número
de personas con diabetes aumentará a 643 millones.
El señor japones – dice mi
colaborador- recuerda que la diabetes tipo 2 es la más común, pero, lo peor es
que la ciencia médica calificó esta enfermedad como incurable, afirmación que
fue refutada por el especialista y atribuyó la calificación como una forma de
mantener cada vez más el enriquecimiento de las farmacéuticas, para que unos
medicamentos -sostiene- como la metformina y pramlintida puedan seguir siendo los aliados del consumo,
medicamentos como tantos otros que alivian (no curan) pero causan un sinnúmero
de enfermedades en el hígado, los riñones y el corazón.
Un consejo
La diabetes tipo 2 si es curable (como
muchas más) si los pacientes tienen voluntad y llevan una dieta controlada sin
bebidas azucaradas, y especialmente contra el exceso de carbohidratos. Una
buena dieta sin privación total de alimentos
y la realización de prácticas o disciplinas físicas, normaliza los niveles
de glucosa y por ende de azúcar en la sangre, afirma.
En otro aparte de la carta en
referencia, el galeno que me escribe, también apunta al tema de la salud que
gira alrededor de la tan cuestionada y obsoleta ley 100 que data de, algo más más de 30
años y sostiene que, está demostrado
hasta la saciedad, cómo el sistema de
salud, NO se construyó alrededor del paciente, sino ALREDEDOR del lucrativo
negocio. Y Eso es lo que han venido defendiendo a capa y espada las autollamadas
mayorías en el congreso
de la república, auto mayorías que muchos de los
colombianos eligen y luego se quejan y culpan a los demás de su suerte.
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