Islas Canarias - Correo: alejanico@yahoo.com
Hace once años cuando llegué a vivir a España, me sorprendía mucho la confianza de los propietarios de la mayoría de los pequeños y medianos negocios, en relación con sus sistemas de seguridad. Eran prácticamente inexistentes ó se limitaban a una alarma mínima que casi nunca era utilizada. En cambio, era muy frecuente la campanita que golpeaba en la puerta al abrir, para anunciarle al vendedor (ocupado dentro con mercancía o papeles), que alguien había entrado al negocio.
Sin embargo, esta costumbre de dejarlo todo en manos del buen hacer de los ciudadanos…de creer en la buena fe de las personas, que paradójicamente existía en un país desarrollado como España, lamentablemente, se está acabando. Ahora, es más común ver vigilantes o sistemas de seguridad bastante sofisticados; aunque esto de montar vigilancia constante sobre los negocios, siga siendo, para muchos, una costumbre de muy mal gusto procedente del tercer mundo.
Y es que las contundentes cifras relacionadas con las pérdidas por hurto, no dejan otra opción a los comerciantes.
Estas cifras, presentadas cada año por el Reino Unido, a través del Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, indican que los robos para el periodo de Junio del 2009 a Julio del 2010, dejan pérdidas globales por valor de 87.506 millones de Euros. En España dichas pérdidas se sitúan en 2.682 millones de euros. Afortunadamente, esta cifra demuestra un ligero descenso en relación con el periodo anterior de medición. En números, la comparación de los dos años anteriores, indica que hubo una bajada de 123 millones de euros, es decir del 4 por ciento.
Las mediciones se realizan cada año, en los comercios minoristas de 42 países, entre ellos España, cuya participación reunió a 5.960 tiendas, cuyas ventas del último periodo reflejan ingresos por 30.960 millones de euros.
El informe del Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, señala, además, que para el caso español, el 49.4 por ciento de los robos, son cometidos por los visitantes de las tiendas, mientras que el 29.8 por ciento de estos hurtos, son responsabilidad de agentes internos; el 4.9 por ciento de los proveedores y finalmente, el 15.9 por ciento es fruto de errores administrativos. Los sectores más afectados por los hurtos en este país son los de ropa, complementos, cosmética, perfumes, productos de belleza y farmacia.
En términos generales, la delincuencia en los pequeños negocios de España, supone pérdidas que le cuestan a cada familia española 203 euros con 54 céntimos..es decir, en promedio, 74 euros con 29 céntimos por persona, al año.
Y verdaderamente, este dinero, es recuperado, de alguna forma, por los comerciantes, ya que se ven en la necesidad de aumentar el precio de sus productos; con lo cual las cifras de costos para cada ciudadano, realmente terminan saliendo de sus bolsillos.
Ante este tipo de panorama, no es raro, entonces que las inversiones en seguridad hayan aumentado en 39 millones respecto al año anterior, alcanzando así una cifra global de 784 millones de euros. Esta práctica de poner vigilantes y sistemas de seguridad altamente especializados, es considerada, por algunos, como un ingrediente que aleja aún más la confianza de los clientes y por lo tanto, disminuye su intención de compra. Sin embargo, las cifras de pérdidas y recuperación (aunque mínimas, éstas últimas), dejan sin base la emotividad de antaño en lo referente a la relación estrecha entre vendedores y compradores y abre paso a la necesidad imperiosa de superar una problemática que les puede llevar al extremo de enfrentarse a posibles quiebras económicas.
Mientras tanto, muchos inmigrantes, como yo, no dejamos de recordar casos como el de mi querida Bucaramanga, en los que hace ya más de 15 años se implementó el sistema de altavoces para controlar la presencia de los “amigos de lo ajeno” en un sector neurálgico de la ciudad como es el de las calles 34, 35 y 36 con carreras 15 y 16. Desconozco si aún sigue funcionando...pero me gustaría saber qué pensarían los empresarios españoles de este sistema...no tan sofisticado, pero, como mínimo, sí bastante creativo y de fuerza colectiva.
Saludos para todos.