..................................................Por: JOSE OSCAR FAJARDO
SENSIBILIDAD Y PRAGMATISMO
Hoy ya hemos celebrado la navidad. Es muy probable que para la mayoría de colombianos haya sido una noche de mucha felicidad porque es a lo mínimo que aspiramos todos los animales dotados de racionalidad. Pero, no debiera recordarlo porque duele tanto, para otro sector de colombianos la noche tuvo que ser de horror porque la navidad no sólo se hizo para festejar el natalicio del niño dios ha muchos años según las creencias católicas, sino para hurgar lo más profundo de nuestro inconsciente y así exasperar todas las penas que nos han acribillado en los últimos tiempos. Claro que eso lo sabemos sólo los que tenemos una herida reciente en el alma. Cierto sí es que no podemos esperar que toda Colombia, sobre todo la que está feliz, rompa sus vestiduras y se dedique al llanto. Eso sería ilógico y hasta ridículo el sólo pensarlo. Lo que sí se debe esperar y dar es una enorme solidaridad que es exactamente en lo que la mayoría de las veces fallamos los colombianos.
Colombia en estos momentos aciagos está atravesando una situación que según parece, es la peor que ha tenido en su historia y la verdad es que parece que no ha habido otra como esta. Pero repito, no por eso tenemos todos que sentarnos a llorar sobre la leche derramada. Hago dichas consideraciones porque, sin querer, escuhé una entrevista que le hicieron a un alcalde y en la que, con sus respuestas desparramadas, estuve totalmente de acuerdo. ¿Usted va a hacer sus ferias y fiestas común y corriente, a pesar de la tragedia que está viviendo el país? le dijo el periodista. Claro hombre, le respondió el alcalde; si es que en mi pueblo no hay tragedias. Allá sí ha llovido pero el clima está demasiado bien. De allá lo que yo le puedo decir es que la gente está entusiasmada y espera impaciente que empiecen las fiestas porque es que nosotros vivimos de eso. En mi pueblo se mueve todo el comercio, la venta de servicios, la hotelería, el transporte intermunicipal y urbano y hasta “el camello de las chinas bacanas” porque es que ellas también viven de eso y además le repito que nosotros no tenemos tragedias, hermano. Pero es que en varias partes del país se están viviendo tragedias, le disparó de nuevo el periodista.
Y yo y mi pueblo que culpa tenemos de eso. ¿Acaso fue que yo ordené que lloviera como para un campeonato mundial, que se desbordaran los ríos, que se ahogaran los animales y la gente? Pero es que hay muchos muertos de por medio, le repitió el periodista. Pues que cada cual llore sus muertos, le respondió jocosamente el alcalde, e ipsofacto lo ametralló con una frase sentenciosa: “o es que usted es de esos que llora por cualquier muerto; porque, si no deje el periodismo que ya le tengo trabajo de plañidera”. Para la muestra un botón.
El miércoles en la noche se puso a la vista del público en el parque San Pío de la ciudad capital un precioso volumen simétrico, como se debe decir, representado en el cuerpo de una mujer, o una “gorda” de Fernando Botero como dice el común de las gentes. Lo sui generis del hecho es que ese gustico de tener una escultura de tan refinado calibre mundial, no se lo dan sino los Campos Elíseos, de París, La Gran Avenida, de Nueva York, El Paseo de Recoletos, en Madrid, La Plaza del Comercio, de Lisboa, y La Plaza de la Señoría, en Florencia, entre otras.
De esto se puede colegir que Bucaramanga ha dado un paso enorme, aunque usted no lo crea, hacia el renombre mundial, porque esas esculturas de un icono universal del Arte como es Fernando Botero, el artista de origen latinoamericano más prestigioso del mundo en este momento, no están expuestas en la plaza de mercado de Guavatá, ni de Matemora ni de Somondoco. Además, es supremamente saludable recordar que sólo el Arte y las Ciencias dan la dimensión real de la grandeza de los hombres.