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sábado, 3 de abril de 2010

TRAFUGARIO

---------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

LOS CANDIDOS CANDIDATOS (II)

Venía diciéndoles que, sin que vaya a ganar y sin ningún sesgamiento ideológico como lo afirmé en la columna publicada el miércoles anterior, el más preciso y el más brillante de los cándidos candidatos fue Gustavo Petro. Les dio sopa y seco a todos. Sus respuestas categóricas a la no poco petulante Vicky Dávila, a quien dejó noqueada con sendos “derechazos” al mentón y tal cual “jab de izquierda”, son más que categóricas: “Si el Estado no hubiera asesinado a Carlos Pizarro, en este momento él les contaría toda la verdad”. (Plop, Vicky a la lona). Y esta otra qué les parece: “Los del M-19 que participaron en la toma del palacio no están en la cárcel sencillamente porque están muertos; ellos pagaron con la vida”. (más Plop y otra vez Vicky a la lona). Y así sucesivamente, como dice un modesto profesor de vereda. Este hombre de origen político izquierdista demostró, con lujo de detalles, que es uno de los colombianos que más conoce el país desde el punto de vista histórico, económico y socialpolítico.
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 En todas sus respuestas le quedó tiempo de sobra después de contestar y hasta puso a los periodistas a reflexionar. Exacto, categórico y preciso. Si la oligarquía colombiana le perdonara el pecado, para mí no lo es, de haber sido guerrillero, estaría pensando y contando con el hombre adecuado para ponerle freno al desbarajuste económico y social por el cual atraviesa el país. Ya en la columna anterior dije que el problema en Colombia no es tanto la riqueza estruendosa de los ricos sino la pobreza paupérrima de la mayoría de los colombianos. Y ese puede ser el principio del fin porque la guerra es el fracaso de la inteligencia.

Germán Vargas Lleras es otro candidato típico de la política colombiana pero se cae de su estrado precisamente por veintejuliero. Me explico. “Yo no soy antiuribista; lo que pasa es que soy anti-reeleccionista”. Chanfle. Qué autocalificativo tan aparatoso. Y sigue diciendo: “Voy a continuar con la política de la seguridad democrática”. Yo colijo que, como el orden de los factores no altera el producto, entonces se trata de más de lo mismo y entonces eso es continuismo y además eso es uribismo. Verriondo con la marrana pero con la choriza si no. Cómo les parece este parasicólogo mentalista de la política. No puedo negar que el doctor Varguitas, como se autodenomina Vargas Llosa en “La tía Julia y el escribidor” en que él es el personaje central, tiene una facilidad de expresión y un discurso fluido y pegajoso que le permite convencer a todo el que se le ponga de frente. Eso no quiere decir que todo el mundo se coma su cuento porque, entre otras cosas, está incitando a la guerra y las guerras no se hacen con pétalos de rosas ni con bellos poemas de amor. Las guerras se hacen con bombas, balas y muertos y de eso estamos ya mamados los colombianos. Lástima que una columna fuera tan corta para tantas cosas que tiene uno para opinar. Por ejemplo: que el doctor Varguitas también tiene una enemistad bastante tuberculosa con los vecinos de Venezuela y Ecuador y esto para nada le conviene el país por lo menos desde el punto de vista económico y por lo menos a la oligarquía que es la dueña del billete. A los pobres qué carajo.

A mi “primo” Sergio Fajardo le fue bien en el debate y demuestra que le cabe Colombia entre los sesos. Pero como es otro candidato atípico, le fue como a los perros en misa en las parlamentarias. No tiene maquinaria oficial y el peor de sus “defectos” es que no reparte plata y eso lo lleva al desprecio político de los más jodidos que son los que a la hora de la verdad eligen. Da grima decirlo pero esa es la mera verdad. Si deja la prepotencia política y se foguea más en la realidad colombiana, es decir, si le aprende algo a los liberales, no tanto por lo buenos sino por lo abejas, puede llegar a ser presidente y cómo le caería de bien al país que ya está remamado con la misma perorata de siempre. Para eso debe unirse con Antanas y Petro y verán cómo se pone la fiesta. Santander hoy

martes, 30 de marzo de 2010

TRAFUGARIO

--------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO


LOS CANDIDOS CANDIDATOS

Del interrogatorio a los candidatos a la presidencia con los periodistas, que más parecían agentes de la Gestapo en la segunda guerra mundial, yo saqué las siguientes conclusiones que expreso sin ningún ánimo personal, y lo digo sinceramente, de herir susceptibilidades. Muchísimo menos de asumir una posición política o algún sesgamiento con intereses personales.
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Nanai cucas, como dijo Emmanuel Kant. Del primero que tengo que hablar, eso sí con el mayor respeto, es de uno que casi me hace estallar de la risa con una aparatosa respuesta. ¿Si usted supiera que con los votos del PIN gana la presidencia, hace algún acuerdo con ellos? Respuesta sicalíptica, hematopoyética y circunstafláutica: “Prefiero perder”. Oído esto, ipsofacto entré en un éxtasis de risa por lo cual todavía “tengo el gaznate más seco que estopa y me aprieta mucho esta nueva ropa”. Ese doctor Santos es chirriadísimo para los chistes. Ojalá Lucifer no lo “tiente” y tenga que irse a pedir cacao de rodillas cuando se dé cuenta que uno es berraco hasta cuando no le demuestran lo contrario y que en la puerta del horno se quema el pan. También pude darme cuenta que mi doctor Santos es un berraco para irse por las ramas porque no concreta nada de nada. Sus respuestas sobre los falsos positivos fueron genialmente pueriles. Y por su enemistad y su odio personal con Chávez de Venezuela y con Correa del Ecuador, su gobierno puede ser fatal para el país. De esto tiene que darse perfecta cuenta la oligarquía nacional, es decir los dueños del billete. Porque son socios comerciales casi que irremplazables, o muy difíciles de reponer.

A Noemí Sanín no le faltó sino decir “Yo para no copiarme de Alvaro Uribe digo lo mismo”. Copietas panderetas. Como el Agrimensor de la novela El Castillo, de Kafka, no hizo sino dar vueltas como un corcho en un remolino en torno a la seguridad democrática como si no existieran más problemas en Colombia. Además la noté demasiado gaseosa, y tanto o más nerviosa que una reina de belleza ante el jurado. Tiene el terrible defecto sociopolítico que se pierde del país a usufructuar sus enormes cargos burocráticos olvidándose de su tierra y de sus enfermedades sociales, y sólo regresa cuando hay elecciones de importancia a revisar con pulcritud su morrocotudo CVY. (Cómo voy yo). Con esto quiero decir que le falta mucho trabajo social en Colombia porque, rico es hablar de la pobreza cuando se vive en un castillo de oro. O bacano que es parlotear uno de la guerra cuando ni siquiera le han hecho un tiro de escopeta a las patas, o cuando sólo ha visto la guerra en las películas o a través de la Televisión. Doña Noemí, si quiere ser presidenta de Colombia le aconsejo recolombianizarse. Al doctor Pardo lo vi bacano pero más confundido que un palestino con la novia judía. Aunque me pareció muy coqueto (políticamente, no? con Vargas Lleras, le faltó más profundidad para responderle sus preguntas capciosas y dejarlo fuera de combate. Se le nota la experiencia política típica para gobernar a Colombia, tarea nada fácil, pero no demuestra precisión en cómo va a enfrentar los verdaderos problemas del país como son los altos índices de desempleo, violencia callejera e intrafamiliar y demás conflictos sociales producto de la pobreza paupérrima. Porque el problema grande es la pobreza de los pobres y no la riqueza de los ricos.

Antanas Mockus es muy académico y demasiado profesor universitario. Sería un excelente presidente en Noruega, por ejemplo. Es muy atípico como político colombiano y eso lo hace atractivo a sectores universitarios, artísticos e intelectuales. Afirmo que es atípico porque sus argumentos, muy limpios por cierto, agradan a esa franja, pero no les dice nada a los pobres que son una abrumadora mayoría y que son los que, en últimas, eligen en Colombia. Pues a ellos les gusta es que les den tejas, cemento piquete y cerveza, pero por necesidad. Y son los que eligen, repito, porque la oligarquía nacional no tiene votación propia. Me gustaría que fuera presidente de todas maneras puesto que, tarde que temprano las aves como las naves, tienen que aterrizar.

Continuará

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