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sábado, 11 de febrero de 2023

El progresismo y los peligros del ideologismo

Mario González Vargas
El discurso del presidente Biden ante el Congreso de los EEUU responde a las nuevas realidades que afloran en las relaciones entre las superpotencias que hoy conforman el emergente escenario[U1] orbital, y que encontró en el derribo del Balón espía chino el abrebocas perfecto para reseñar la competencia febril que caracterizará al mundo en que vivimos.

Los acontecimientos que precedieron la invasión rusa a Ucrania obedecieron a un escenario desafiante de la hegemonía global que venía ejerciendo los Estados Unidos desde la disolución de la Unión Soviética, y puso en marcha apresurada la configuración de nuevas alianzas, que antes constituían hipótesis probables, pero no cercanas. Biden las asume como realidad, a pesar de las dubitaciones de algunas potencias de la Unión Europea, escépticas sobre la solidez de la alianza China-Rusia y de los cambios que comporta en la escena global., El desencanto fue inmediato, porque Pekin, no solo no condenó la invasión rusa, sino que acusó a los EEUU de “provocar la crisis y de alimentarla con la provisión de armamento a Ucrania con lo que únicamente logra la prolongación y extensión del conflicto”. Al unísono de las acusaciones a los EEUU y a Occidente, las relaciones sino-rusas se han visto consolidadas en el campo comercial con las exportaciones de petróleo, gaz y productos agrícolas rusos a China y la reciprocidad de ésta con la provisión de semiconductores y otros elementos tecnológicos que antes proveía occidente a Moscú, transacciones en rublos y yuans para emanciparse del dólar.

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania perdió su carácter limitado de “operación especial”, para convertirse en un amplio escenario de confrontación al que vienen sumándose otros actores, como Irán, que incidirán en otras regiones geográficas, y con ello en la exacerbación, de efectos aún indeterminados, pero no por ello menos ciertos y retadores de una paz en peligro de esfumarse. Así lo expresaron Xi Jinpin y Putin: “China está lista a unirse con Rusia y todas las fuerzas progresistas del mundo que se oponen al hegemonismo y a la política de potencia, y a rechazar todo unilateralismo, proteccionismo e intimidación”.

Sería imprudente, por decir lo menos, ignorar el contenido y alcances que semejante declaración puede significar en las Américas, en las que China, Rusia e Irán hacen presencia comercial y tecnológica en muchos países, pero también con provisión de armamento y asesoría militar. Todo ello hace parte de una estrategia que encuentra echo en los gobiernos “progresistas” en el hemisferio y que ya se traduce en el desinterés de la CELAC en sumarse a la condena de la invasión de Rusia a Ucrania.

La omisión de Biden sobre los efectos en el hemisferio de las realidades emergentes pudo ser circunstancial, pero no por ello dejará de ser tema fundamental de cara a las elecciones presidenciales en EEUU, como también lo será para el futuro de Latinoamérica y de sus democracias que por imperfectas no merecen desaparecer.

El exceso de ideologismo deriva en fanatismo, que siempre ha condenado a la especie humana a la violencia y la autodestrucción.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Fanatismo Vesánico y Cruel

                                 Por: Gerardo Delgado Silva.
En la década de 1930, surgió la doctrina del Nazismo. Hinderrburg nombró a Hitler Canciller, quien tenía el Partido más numeroso y fuerte de Alemania el Nacionalismo (NAZI), al morir aquel, Hitler se convirtió en Führer (Caudillo) del Tercer Reich (1934).  Hitler tenía una mente corriente, pero había sido dotado de las condiciones del demagogo y del trapacero, su inspiración, parece haber estado limitada a dos ideas que eran ambas producto de una mente y un corazón estrechos.  Anexionaría al Reich Alemán, la mayor cantidad posible de territorio conquistado que tuviese alguna perspectiva de ser capaz de asimilar.  El resto de Europa, – aliados, satélites,  y pueblos conquistados por igual – sería reducido a un Estado servil, infrahumano en sus categorías más bajas, dentro del hipertrofiado imperio colonial europeo del Reich Alemán.
La Ideología Nazi, con su espíritu de obediencia ciega al “Líder”, su odio a las minorías raciales y políticas, sus apetitos de conquista y dominación y su exaltación del Pueblo Alemán y de la Raza Nórdica, ejerció en los jóvenes, una atracción emocional poderosa, los ganó para la causa Nazi y los transformó en luchadores y creyentes apasionados.
El Estado Nazi se organizó sobre la base de la existencia de un Partido Único – el Nacional Socialista – cuya doctrina elaboró en gran parte el Doctor Rosenberg.  Para pertenecer a él, se requería ser Ario Puro, esto es, no tener ningún antepasado judío, y sus miembros debían obedecer ciegamente las órdenes del Führer, o Conductor, que no tenía que dar cuenta de sus actos a nadie.
Los Campos de Concentración y las Cárceles comenzaron a reunir a los que no querían convencerse rápidamente de la bondad del Régimen.
Mediante diversas organizaciones, el Frente de Trabajo y la llamada hacia la fuerza por la alegría, se aglutinaron las masas populares, sobre cuya infancia y juventud realizaron una sistemática labor de uniformización y otros organismos diestramente dirigidos.  La conducta de los Nazis superó todo lo imaginable en cuanto a brutalidad organizada.  Una ola de torturas brutales, ejecuciones, secuestros, deportaciones, trabajos forzados, y genocidios, en quienes no fueran Arios Puros.
 Ahora, paradojalmente la faceta más fanática y cruel surge de Israel, en un ciclo histórico iniciado con el terror y sus secuelas de una sociedad atrapada en las mallas del miedo, confundiendo a los niños en sus escuelas deliberadamente, con el mundo enemigo árabe, no obstante ser dos representantes sobrevivientes del pueblo semita, los árabes en mayor medida que los judíos.
Son desalmados, y la muerte horrenda que se ha desatado en Gaza, produce escalofrío.  Increíble en personas como los judíos que sufrieron como ya señalábamos, tantos vejámenes.  Es un abismo insondable.
Por eso creemos justo que el mundo pida una decisión que apacigüe las aguas, calme las iras y a la vez aclare el porvenir de la Paz Mundial.  Ojalá nos equivoquemos, pero está realmente en peligro.
Porque las furias del Averno, se han desatado con el impacto tenebroso que pretende arroyar la dignidad del ser humano con el impacto tenebroso de abrir las puertas a otra Guerra Mundial, una Hecatombe.
En Gaza, se está viviendo la faceta más fanática y cruel en una mezcla insidiosa, por intencionada y malévola.  Fanatismo de los Israelitas y Palestinos, de gentes dispuestas a morir matando, fruto a su vez del terror de las miserias e iniquidades con el mundo pobre.
En uno de sus preclaros pensamientos, referido a otro acontecer dramático, pero aplicable a esta tormenta, Saramago dijo en Bogotá: “… Lo que estamos viviendo no es un designio Divino de obligado cumplimiento: Es la consecuencia de políticas abyectas que hay que remediar…”.   

domingo, 6 de julio de 2014

Fanatismo e imbecilidad

                               Trafugario 
                               Por: José Óscar Fajardo
Estoy seguro que el tema del fanatismo lo he tratado en este espacio en múltiples ocasiones y con el mismo rigor. Sobre todo cuando se tratan asuntos de religiones, de fútbol o de política. Por qué digo de fútbol solamente y no de todos los deportes. Porque precisamente es este deporte el encargado de remover los instintos más primitivos del ser humano para convertirlo en fanático. Reitero, el fanatismo es una condición o un estado mental en el cual la persona pierde gran parte de su racionalidad representada en la lógica que tienen las cosas correctas y por lo tanto, sólo ella tiene la razón. Para el alienado fanático en el mundo solamente hay una explicación para todo lo que existe y ocurre en la sociedad, en el mundo y en el universo, y es exactamente la de él. Empeoran las cosas si se tiene en cuenta que el único animal que tiene dos herencias es el ser humano. La herencia genética mediante la cual hereda todos los caracteres físicos como color de piel, de pelo, estatura y demás, con enfermedades o taras genéticas como son algunas condiciones mentales. Incluso hay científicos de la materia que se atreven a decir que algunos tipos de depresiones como la sicótica, tiene origen hereditario, es decir que el individuo viene con ella dentro de su mapa genético y por lo tanto no tiene posibilidad de curación.
Los fanatismos religiosos, deportivos, políticos y otros, además de las costumbres en general, son herencias culturales que también vienen impresas en el ADN sociocultural de los individuos que son la verraquera cuando son buenas o que de la misma manera son la verraquera cuando son malas. En nuestro medio los campesinos son, o tienden a ser alcohólicos porque en su dieta alimentaria, heredada culturalmente, figura una bebida espirituosa que es el guarapo el cual ingiere desde su más tierna edad. Por eso los colombianos llevamos la  “bacanidad” metida en la sangre. Un fanático político godo, cachiporro o de izquierda, es equiparable a un Hooligan del fútbol inglés, irlandés o argentino, e igualmente peligroso a un fundamentalista Shiíta, Sunní o Kurdo.  Entonces ustedes pueden calcular cuáles son los resultados de una mezcla de fanatismo futbolístico colombiano revuelta con guarapo, chirrinche y aguardiente mataburros y adicionándole a eso una libra de basuco y/o marihuana, per cápita. Y todos encaramados como chimpancés en motos, carromatos o en mazdas y chevrolets durante tres o cuatro días sin sacarle punta. Igual que una señora política, importante ella, diciendo por medios de comunicación masivos que “En el infierno espero que se encuentren García Márquez y Fidel Castro”. Que intelectualidad.
Pero lo que me parece más aberrante todavía, es que personas que se supone tienen excelentes conocimientos de sicología de masas, por qué no de sicoanálisis, de sicología de la publicidad, de teoría de medios de comunicación, de persuasión y alienación y muchas otras asignaturas profesionales que vemos los que hemos estudiado Comunicación Social, anden gritando y vociferando por poderosos medios de comunicación expresiones como, “Amigos fanáticos del fútbol, de usted depende el triunfo de nuestra selección”; “Amigos fanáticos del fútbol, no se queden en casa; vaya al estadio y apoye a su equipo que de ello depende…”. Eso equivale a decir: “Queridos amigos, no hay cosa que produzca más placer que beberse uno unas botellas de aguardiente y luego clavarse un cuchillo en la barriga”. Me estoy refiriendo, eso sí con mamadera de gallo fajardiana, no garcía-marquiana, a los comunicadores en cuyos mensajes emplean con vehemencia y desvergüenza la expresión “fanáticos del fútbol”, porque me parece una aberración linguística y periodística aparatosamente extendida  por todo el país, sin calcular las consecuencias que al lado de ella subyacen. Para mayor información consultar en “El candidato de los difuntos”  311 209 81 46.

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