Colombia, miércoles 8 de septiembre de 2010
HORACIO SERPA
El nuevo gobierno nacional comenzó bien. Lo señala la gente. Lo dicen las encuestas. Se nota en el ambiente, mas tranquilo, sin pugnacidades innecesarias, marcado por el signo del optimismo. A un mes del comienzo se puede asegurar que el país está contento con el doctor Santos y su importante equipo de colaboradores.
El lunes pasado se presentó la política pública contra la corrupción. Una propuesta de importantes figuras que buscan cerrar los espacios a los defraudadores de los presupuestos oficiales, tan asediados por toda clase de pillos. La iniciativa fue bien recibida, porque nada hay mas inconveniente, ni mas odiado por la gente, que las actividades cumplidas en la función pública para quedarse con los recursos económicos que el Estado en sus diferentes niveles e instancias asigna para atender los requerimientos ciudadanos y las necesidades comunitarias.
Bien, entonces, que se vigile el comportamiento de los funcionarios públicos, especialmente en materia de contratación. Y que vengan inhabilidades y condignas sanciones. Hay que extender la severidad de los reproches a los particulares que con sus asedios y ofrecimientos logran quedarse con los contratos y las licitaciones. Recordemos el famoso verso de Sor Juana Inés de la Cruz: “Y quien es mas de pecar, aun cualquiera mal haga; la que peca por la paga, o el que paga por pecar”.
Importante es que actúe la Administración de Justicia. La impunidad estimula el crimen. Sin desatender las garantías propias de los procesos judiciales, respetando la presunción de inocencia, pues somos un Estado Social de Derecho, ha de cumplirse el adagio según el cual, “quien la hace, la paga”.
Actualmente se adelanta un importante debate sobre el tema de las regalías del petróleo y los minerales. Un recurrente argumento en contra de los territorios, es la corrupción. “Se están robando las regalías”, se argumenta con estridencia. Pero cuando se miran las estadísticas del año 2.000 al 2.009, según la Fiscalía, se han dictado 25 Resoluciones de Acusación contra Alcaldes y funcionarios departamentales. Y en sus oficinas están registradas 6 sentencias por mal uso de regalías. No hay razones para tanta algarabía.
Duro, pues, con los corruptos, pero con razones y sentencias en la mano.
Los políticos debemos hacer mucho en la lucha por la transparencia. Principalmente, dando buen ejemplo. Algunas veces con fundamento, muchas otras sin razón, los políticos tenemos fama de corruptos. Pero no es cierto que política sea sinónimo de corrupción. Por eso cada actuación de un político, debe ser limpia, pública, contundentemente seria y transparente. Y cuando tengamos la oportunidad del servicio gubernamental, realizar una gestión pulcra, sin mácula. Reivindicar ante los ojos de la ciudadanía la función política, es tarea de los políticos. Para que la gente vuelva a creer.
Demos todo el apoyo al gobierno nacional en esta importante cruzada ética que favorece el interés social. Desde las gobernaciones y las alcaldías es bastante lo que podemos hacer. Lo requiere el país. Lo exige la gente. ¡Adelante!