Un senador santandereano
denunció a la Ministra del Transporte de perseguir a los congresistas
liberales.
Pero el señor congresista se
quedó corto. La persecución de ese ministerio es contra todos los colombianos.
Y, sino veamos cómo pretendió esquilmar a los dueños de vehículos, haciéndoles un
reajuste que se hallaba por fuera de todas las proporciones, para el pago de
impuestos. A quién le cabe en la cabeza que en Colombia se pretenda reajustar
hasta en más del 100% los avalúos de los
automotores, cuando la lógica es lo contrario, porque esa es la realidad. Pero como todo mundo salió a protestar y le
tocó echar el reversazo, ahora se desquitó creando un nuevo impuesto dentro de
la revisión técnico-mecánico.
Esas medidas demuestran que se
pretende crear un mal ambiente contra el gobierno y el presidente quizás no se
ha dado cuenta que, ésta no es la mejor
época para tomar medidas que no afecta solo a dueños de vehículos, sino a todo
los colombianos, porque lo que se gaste extra en el hogar, incide en la canasta
familiar. De tal manera que a buena hora
el señor Senador Jaime Durán hizo esa denuncia, pero al ‘cuento’ le faltó un
pedazo, porque la persecución no es solo contra los congresistas liberales, es
contra todo los colombianos.
Tomado del boletín del Senado |
El señor
Congresista le pide al presidente Juan Manuel Santos que intervenga para que no
los persiga. No, senador Durán. Hay que
pedirle al jefe del estado que intervenga pero para que no persiga a los
colombianos, porque además le está causando un grave daño a la desgastada
imagen del gobierno.
Esas medidas impopulares no
representan otra cosa que, un azote al pueblo que bordea la injusticia social y
que, es uno de los factores que ha desesperado a los sectores sociales que se
han declarado en rebeldía contra el estado.
Y hoy cuando el mismo gobierno negocia la pacificación del
país, no se pueden imponer las mismas medidas que han despertado la ira de esos rebeldes que se
fueron a buscar el cambio del estado con la rebelión.
Si el gobierno a través de
unos despachos, continúa con estas
políticas de garrote a los colombianos con nuevos tributos, todos creeremos que
unos cuantos funcionarios están borrando
con los pies, lo que el jefe del estado a través de sus negociadores en la
Habana, hacen con las manos.
Estos contrastes, dejan entre
ver, que al parecer en el gobierno hace falta una que otra
coordinación; o, de lo contrario creeríamos que el gobierno está
jugando a las dos cartas y así si estaríamos perdiendo el tiempo y el año. Es que a la paz no podemos llegar con el
sacrificio del pueblo, mientras los grandes potentados disfrutan de todos los
privilegios, o sino miremos cómo unos cuantos ejecutivos de los mejores cargos
del estado disfrutan de millonarios emolumentos, mientras unos
asalariados devengan un miserable sueldo de 689.455 pesos, comparados con más de $25
millones, de muchos privilegiados. Ellos son los que en una sociedad justa
debieran aportar para el posconflicto, pero no los sufridos colombianos que son la
mayoría del país.