¿NUEVA CONSTITUCION CON REELECCION
INDEFINIDA?
Horacio Serpa (Columna semanal NuevoSiglo)
Hoy hace 21 años
promulgamos una nueva Constitución Política, al término de las deliberaciones
de la Asamblea
Nacional Constituyente. Fue un momento de gloria y de muchas
esperanzas para el País. Nunca antes funcionó una Corporación de esa naturaleza
elegida popularmente, ni nunca fue posible consolidar un constitucionalismo tan
democrático, tan de la gente, apoyado en la soberanía popular y sentidamente
comprometido con la noción de Estado Social de Derecho.
Más de cuatro
lustros no han alcanzado para poner en vigencia todas sus cláusulas. Al
contrario. En el Congreso de la
República , muchas veces bajo la inspiración de los gobiernos
de turno, se la ha reformado sin necesidad y sin misericordia. No obstante, se
mantiene su filosofía, gracias a la cual el País ha podido soportar estos 21
años de sobresaltos. Muchos critican a la Constitución de 1991;
pocos se han puesto a pensar lo que hubiera sido de la democracia y de la vida
y suerte de muchos, si se hubiera seguido gobernando al son de las normas
contenidas en la
Constitución de 1886.
Imagínense:
Estado de Sitio permanente; Consejos Verbales de Guerra para los civiles;
detenciones administrativas; Gobernadores y Alcaldes nombrados por el gobierno
nacional; Cooptación en Corte y Consejo de Estado; Inmunidad Parlamentaria;
Banco de la República
dependiente de la
Presidencia ; sin Planeación; sin Tutela; sin Justicia
independiente; sin Acciones Populares; sin Corte Constitucional; sin Fiscalía;
sin Defensor del Pueblo; sin regulaciones para los servicios públicos; con una
Procuraduría subalterna del gobierno; sin libertad religiosa; sin definiciones
sobre igualdad étnica y de género; con censura de prensa; con solo dos Partidos
políticos, en fin, algo realmente distinto a lo de ahora.
Pues esta
democracia, los derechos ciudadanos, la justicia independiente, no les gustan a
algunos que han comenzado a promover otra Constituyente para que expida una
nueva Constitución. Añoran el conservadurismo de Caro y la volteada de Nuñez.
Quieren un régimen autoritario con facultades extraordinarias al Ejecutivo para
poder mandar sin talanqueras, instituir un sistema rígidamente policivo, tal
vez instaurar la pena de muerte, controlar las noticias, declarar la guerra a
los vecinos que no comulguen con sus ideas; privilegiar una sola opción
partidista y colocar a los Jueces a sus omnipotentes órdenes. Ah…., también
instituir la reelección presidencial indefinida.
Este clamor
coincide con la creación de una organización contra el terrorismo, como si en
el País no hubiere autoridad y fuera cierto que se le ha dado vía libre a la
delincuencia en sus distintas modalidades. ¿Acabar el terrorismo con
terrorismo? Esta y la anterior son acciones de alto contenido político partidista,
con dimensión electoral, absolutamente sincronizadas.
Lo que debemos
hacer los colombianos es apoyar la Constitución y conformar un gran Frente de
Defensa de la Democracia ,
para que se respete la vida, se reconozcan los derechos ciudadanos, no vuelvan
ni las chuzadas ni los falsos positivos, funcione la libertad de prensa y
seamos respetados a nivel internacional. Como están las cosas, no es mucho
pedir.
Bogotà D.C., 3
de Julio del 2012