Por: John Freddy Meléndez Cárdenas
-----Comunicador Social-PeriodistaDibujo: ayudawordpress.com |
No importa la hora, el sitio, ni el clima, o incluso la concurrencia para que una cantidad creciente de desadaptados, practique una irresponsable disciplina que cada día se vuelve más común en la ciudad, el robo.
Sus acostumbrados “practicantes”, se han convertido en el temor de una ciudadanía que ya no encuentra un lugar de sana cotidianidad, gracias a la falencia de políticas claras que atajen éste fenómeno, que por desgracia se afirma cada vez más en los diferentes sectores del área.
Historias al respecto se padecen a diario, pero la reseñada a continuación plasma la realidad que debemos erradicar por completo.
Eran las 9:45 de la mañana en un paradero de bus de transporte masivo, cuando una mujer se acercó corriendo con su bolso de estudiante trepado en su espalda, buscando alcanzar al verde bus de moderno aspecto, que con sus puertas abiertas estacionado recibe a cerca de una docena de pasajeros; cuando estaba a un metro de llegar a la primera puerta, el bus que reemplazo el que se pagaba con efectivo al ingresar, de repente cerró sus puertas y arrancó, dejando a la mujer sin oportunidad de tomar la única ruta que pasa por el lugar.
Sola en la parada, a la joven mujer no le queda más remedio que esperar el siguiente bus, añorando de paso, a los días en que el bus urbano esperaba al pasajero, así éste se acercara caminando. No logran pasar 10 segundos cuando 2 personajes la violentan y le roban el celular que acababa de sacar para avisar que se demoraba, así como el bolso cargado de libros, apuntes y ropa que llevaba para el fin de semana.
Los ladrones son 2 menores de edad que algunos vecinos han visto en el sector, “ellos tienen eso de juego, se ríen, casi que compiten con éstas cosas”, dijo un testigo del hecho; cualquiera diría que no era el día de la víctima, quien de paso estuvo a punto de desmayarse, en medio del ataque de nervios producto de semejante situación.
Estudiosos, empíricos, apasionados, politiqueros y hasta niños han opinado sobre el origen de una actividad tan desagradable para una sociedad, como lo es el robar; lo cierto es que no puede ser posible que de las opiniones muchas veces críticas, no surja una solución responsable que se construye entre todos, de ahí la razón de éstas líneas.
Según definiciones el deporte “es toda aquella actividad que se caracteriza por tener un conjunto de reglas y costumbres, a menudo asociadas a la competitividad, por lo general debe estar institucionalizado y requerir competición con uno mismo o con los demás”; al registrar los robos permanentes en la ciudad, ésta definición es perfecta.