Por: Pedro
Gerardo Tabares C.
La
orientación de protección mínima al pueblo colombiano, al hacer desaparecer las
empresas para la salud, es una necesidad que al lado de las leyes
prioritarias que deben rectificar otras de carácter estatutario, como la Ley
100 de 1993, deberá tener apoyo en cada una de las personas, pero en especial
por el Congreso, en donde cada uno de sus miembros cuando acude a hacer proselitismo que lo lleva al fin primordial
que se denomina hacer las leyes, conoce por boca de quienes mayor dificultad
tienen en salud los problemas sentidos y ausculta las soluciones. Una de las
inexplicables formas de atender la salud, es que se preste el servicio público,
por empresas que en estricto sentido dejan de serlo, porqué la definición de
las mismas para su creación y existencia conlleva que todas tengan capital
propio y por tanto se hace inversión en infraestructura, para entrar a competir
en la realización de una determinada labor que produzca dividendos porque con
sólo señalar la prestación de estos servicios ya bajo señalamiento de capitales
que se ingenian demostrarnos, tienen el apoyo del Estado y la autorización de
los descuentos de origen presupuestal que corresponden al rubro por una
cantidad que supera en mucho el porcentaje que cualquier empresario obtiene
como ganancia por su inversión. El manejo de cantidades considerables de dinero
permite que los porcentajes que se pueden descontar desde la entrada del dinero
perfectamente esas ganancias por la prestación de ese servicio, con sobrecostos
en el manejo de lo que en otra época funcionó con el nombre de Hospitales, en
donde las personas que los administraban lo hacían con un poco de sentido común,
para utilizar con mesura los recursos que se les entregaban sin que entonces
fueran entidades del Estado, calificación que posteriormente se le dio en
general y con titularidad en los entes territoriales que lamentablemente sin
que haya que hacer demostración estadística puede decirse que exista alguno que
por sus excedentes de capital, como se indica para los fines de servicio
público, tenga ganancias, sino que antes por el contrario se registran pérdidas
a las cuales puede agregarse otro defecto que no se ha mirado relacionado con
qué quienes han prestado servicio son objeto de demandas para que devuelvan
parte de las caprichosas sumas que le fueron entregadas en compensación de
pensiones y prestaciones sociales que también contribuyó a la pauperización de
la medicina que se paga por cantidad y no calidad.Tl vez no haya cantidad tan
amplia de empresas intervenidas como las de la salud, que siendo de origen
privado administran bienes del Estado, y se orientan hacia la liquidación, como
las demás del mismo.
Es importante el proyecto para que la
administración de los recursos del Estado se inviertan totalmente y no vaya en
un mínimo del 30% para prestadores de servicios que a costa de trabajadores de
la salud y recursos estatales han presentado pérdidas millonarias que han
devenido en lo que por ser común, su mención se llama el colapso de la salud.
Es necesario que haya análisis en todos los sentidos para que se observen las
realidades y no se mantenga una situación de permanente gasto de los
presupuestos y cuando se va a examinar en que se han invertido sólo aparecen
pérdidas. No se trata de criticar, sino
de solicitar a quienes deciden en el Estado que observen los resultados de lo
que se creyó lleno de bondad, pero no
dio los resultados que esa aspiración orientó.