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sábado, 3 de noviembre de 2012

Problemas de Ciudad: Los menores infractores

 Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)*
En una encuesta realizada por la Alta consejería para la Seguridad Ciudadana y el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, (Dane), el 20% de la población de 15 años ha sido víctima de algún delito y uno de cada cinco bumangueses ha sido afectado por un delincuente.
La medición del delito o victimización en riñas, peleas, hurtos, nos muestran los encargados de prevenirlos que el tejido social está roto y crecen los problemas de los menores infractores en el Área Metropolitana y sobre todo la criminalidad.
Buscar la raíz de este gran problema que se desarrolla desde la niñez, tiene muchos factores colaterales que terminan en la violencia juvenil. Los comportamientos problemáticos en la primera infancia gradualmente se van agravando hasta llegar a formas más graves de agresión antes de la adolescencia y durante ella. ¿Por qué? la familia: el comportamiento de los progenitores y el ambiente familiar son factores que marcan el desarrollo de las conductas violentas en los jóvenes, a ello se les une los amigos, el licor, el cigarrillo, el sexo y las drogas psicoactivas.
La transición y los cambios educativos, como formativos, donde el abuso físico y descuido de los niños se vinculan con arrestos posteriores por actos violentos, independientemente de otros factores predictivos como el sexo, el grupo étnico y la edad.
Todos los estudios han obtenido resultados similares. La violencia en la adolescencia y hasta la edad adulta también ha estado relacionada firmemente con los conflictos entre los progenitores durante la primera infancia y con los vínculos afectivos deficientes entre padres e hijos.
Los comportamientos problemáticos en la primera infancia gradualmente se van agravando hasta llegar a las formas más agresivas, antes de la adolescencia y durante ella. Entre 20% y 45% de los varones y entre 47% y 69% de las muchachas que son delincuentes juveniles violentos a la edad de 16 a 17 años han tomado lo que se denomina un “camino de desarrollo que persistirá toda la vida”. Los jóvenes que encajan en esta categoría cometen los actos de violencia más graves y a menudo siguen teniendo un comportamiento violento hasta la edad adulta.
El incrementó de esta violencia, también tiene una causa: la televisión, y el libre desarrollo de la personalidad, la pérdida de los valores y la falta de autoridad de los padres que permitieron que permeara sus ambientes y costumbres, como también ha sido participe la misma educación. La mujer se volvió un atractivo sexual, le fue enseñada la liberación femenina y a suplir sus propias necesidades. O sea que ya no necesita esposo fijo y menos un padre para sus hijos y menos alguien con quien envejecer, siempre hay uno a la mano. La iglesia también hizo su parte en la misma búsqueda de intereses.
Mientras los niños y los jóvenes son consumidores importantes del material difundido por los medios de comunicación, tales como los programas de entretenimiento y la publicidad. Los estudios efectuados en los Estados Unidos han encontrado que el hábito de ver televisión empieza a menudo a los 2 años de edad y que, en promedio, los jóvenes de entre 8 y 18 años ven unos diez mil actos de violencia al año en la televisión.
Esta acumulación de factores es llevados al pandillismo, el sexo, las armas corto punzante, de fuego y las drogas. Una combinación potente que aumenta las probabilidades de que se cometan actos de violencia. La presencia en los vecindarios de estos tres elementos juntos, son el factor para explicar por qué la tasa de arrestos de menores por homicidio se eleva cada día y las pandillas con los enfrentamientos marcan territorios en una mayor parte por la venta de estupefacientes.
¿Y el Estado qué hace? Emitir leyes como el código de la Infancia y la adolescencia, crear centros de resocialización y muchas políticas públicas hacia los jóvenes, que no han solucionado nada hasta el momento y que echa muchas raíces. No existe una política que vincule a las familias de los estratos 1, 2 y 3 dentro de la cultura social participativa y receptiva para solucionar su entorno familiar y nuestra juventud vive al garrete dejando víctimas sin cuartel, peor que la guerrilla alimentada por sus mismos vicios destructivos.
*Poeta y Escritor.

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