DE NUEVO EL SOCIALISMO EN FRANCIA
Columna de elnuevosiglo
Columna de elnuevosiglo
Horacio Serpa
Después de cinco años de
ejercer un gobierno controvertido y arrogante, cayó Nicolás Sarkozy “el niño
malcriado de la política francesa”. Ganó Francois Hollande, quien desde la Secretaría General
orientó la mecánica del Partido Socialista durante una década y con paciencia y
audacia ganó la candidatura de su Colectividad. El domingo se impuso en las
elecciones presidenciales, demostrando que en política todo es posible si se
trabaja con seriedad, dedicación y persistencia.
El Partido Socialista venía
pasando por una mala racha. El Presidente Miterrand gobernó durante 14 años,
hasta 1995, cuando el señor Chirac derrotó a Leonel Jospin, el carismático
líder izquierdista que pregonó la compatibilidad entre el intervencionismo y el
mercado. Fueron 17 años durante los cuales la cuna de la democracia fue
gobernada con criterio conservador. Un duro peregrinar de los socialistas que
vuelven al poder con el mandato de resolverle al país sus dificultades sociales
y la esperanza de que ayuden a encontrar soluciones a los graves problemas
económicos de Europa.
El nuevo Presidente,
tranquilo, sencillo, cerebral, con un estilo muy diferente al de su histriónico
antecesor, como le corresponde según sus convicciones políticas, luchará por la igualdad y la justicia
social. Ha prometido mejorar la educación, lo que indica que irá por el camino
acertado. Y en su condición de Socialdemócrata defenderá los logros del Estado
de Bienestar. No será fácil, pero tiene capacidad y compromiso.
Europa, en su peor momento,
espera mucho de Hollande. La austeridad, dijo refiriéndose a los convenios que
venían liderando Alemania y Francia, “no puede ser una condena”. Para el nuevo
Presidente el crecimiento económico debe generar satisfacciones sociales y
empleo. Una actitud de esta naturaleza, asumida desde la segunda economía de
Europa, cae “como pedrada en ojo de tuerto” en millones de europeos que sufren
ya las dificultades de la crisis y se sienten explicablemente asustados frente
a las medidas que se vienen aplicando para tratar de superarlas. Ahora tienen
la esperanza de que el elegido mandatario francés no deje que la señora Merkel
imponga sus criterios fiscalistas ni permita que la ajustada de cinturón
termine estrangulándolos.
El mensaje progresista de
los Franceses se escuchó en la eurozona. El triunfo de Hollande acabó con el
cuento de que solo las derechas podían gobernar en esta época de neoliberalismo
a ultranza y constituye un toque de corneta para que los Partidos Socialdemócratas,
Socialista y Laboristas de la región se rearmen ideológicamente, recuperen la
confianza perdida y con orientación humanista impongan la consigna de que el
Estado y la economía deben estar al servicio de la comunidad.
Entre nosotros también se
escuchó la Marsellesa
cantada con emocionado compromiso desde la Plaza de La Bastilla. Los
Colombianos sabemos y sentimos que somos el quinto país más desigual del mundo.
Para superar tamaña vergüenza requerimos aplicar políticas económicas y
sociales progresivas, incluyentes, equitativas, que busquen lo que con júbilo
esperan de Hollande los franceses: crecimiento sí, prosperidad sí, pero con
educación, vivienda, justicia rural y
empleo.
Madrid (E ), 9 de Mayo, 2012