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miércoles, 10 de junio de 2015

La ciudad que queremos

                                      Por Sergio Isnardo Muñoz
Muchas personas me preguntan cuáles serán las metas que me plantearé como alcalde de Bucaramanga, y la respuesta es sencilla: ordenar la Administración Municipal y la ciudad, devolviéndole la honorabilidad al ejercicio de lo público y la confianza de la gente en quien la gobierna. Para transformar la capital santandereana en una gran urbe moderna, económicamente productiva y que genere bienestar a sus habitantes—es decir, “la ciudad que queremos”—.
Tenemos que, en primer lugar, fortalecer el aparato administrativo municipal, para que responda mejor a sus desafíos. Ordenar la ciudad significa, por otra parte, poner cada cosa en su lugar a través de un adecuado enfoque de planificación que nos permita acabar con los múltiples problemas que hoy constituyen amenaza constante a la tranquilidad.
El cumplimiento de estas metas exigirá, como paso fundamental, la conformación de un equipo de trabajo con excelente formación profesional, voluntad de trabajo y vocación de servicio público, para implementar un plan de desarrollo que nos permita potenciar las virtudes de la ciudad y combatir, pronta y eficazmente, las dificultades que gravitan sobre una capital que crece en población y complejidad, pero que, con determinación y pulso firme, debe ser construida y reconstruida para hacerla más competitiva en relación con el país y el mundo. Con claridad de propósitos, podemos conseguir que Bucaramanga se fortalezca en términos económicos para atender mejor las necesidades de sus habitantes.
El plan de desarrollo de los próximos cuatro años incluirá, entre muchos otros objetivos, la ejecución de una ambiciosa estrategia en EDUCACIÓN, debemos priorizar la jornada única, el programa De Cero a Siempre y la nutrición escolar, además combatir los problemas de convivencia ciudadana que, por diversas razones, han alterado la tranquilidad de la gente. Las relaciones sociales se han deteriorado porque las personas no saben comportarse. Con mejor cultura, despejaremos el camino para el impulso de nuevas y decisivas tareas de progreso.
El listado de retos es largo, pero no de imposible solución, e incluye resolver las dificultades de MOVILIDAD, haciéndole reingeniería a Metrolinea, creando un sistema intermodal donde quepa la bicicleta, terminando el Plan Maestro de Movilidad, haciendo énfasis siempre y en cualquier circunstancia en las medidas educativas para el cumplimiento de las normas de tránsito; en materia de SEGURIDAD, el alcalde debe ser el primer policía de la ciudad, llenar de cámaras de seguridad los barrios con problemas, hacer inteligencia basada en la colaboración ciudadana, exigir resultados a la policía y a la justicia, pero además capacitar para el trabajo y financiar proyectos productivos en los sectores más deprimidos, el desarrollo urbano hay que orientarlo de tal manera que podamos evitar problemas comunes a las grandes ciudades, que confabulan contra el orden, la seguridad y la tranquilidad; utilizar la educación como recurso transversal para el impulso del desarrollo, de modo que podamos, por ejemplo, crear nuevas oportunidades de progreso para jóvenes y mujeres, en especial, que sufren los efectos de la marginalidad.
Bucaramanga no es la ciudad pastoril del siglo pasado, ni está condenada a convertirse en un territorio caótico, esquizofrénico e invivible, de nosotros depende la decisión de a quien le entregamos el liderazgo. Me ocuparé de hablar de estos temas, para que la ciudadanía sepa qué puede esperar de mi gobierno y para que todos los bumangueses hagan parte de esta propuesta de renovación y cambio.

sábado, 16 de noviembre de 2013

¿Qué congreso queremos?

                                Por: Nicolas Ordóñez
El pasado seis (06) de Noviembre se acordó el segundo punto en la agenda del Proceso de Paz: “Participación política”, donde se abre la posibilidad que los miembros de las Farc hagan parte activa de la política colombiana, que estas personas que todos los días atentan contra las poblaciones colombianas, mañana puedan llegar a ser alcaldes, gobernadores, senadores y hasta presidentes de las republicas, del país al que tanto daño han causado.
¿Que pensara entonces con el campesino, que no pudo seguir sembrando, porque las Farc, tomaron sus tierras para sembrar coca?, ¿que opinaran los habitantes de Suarez-Cauca, que todos los días ven morir sus familiares, culpa de los hostigamientos de las Farc?, ¿qué dirá el soldado, que hoy no goza de movilidad porque una mina antipersona, le quito esta posibilidad?.  Realmente, ¿el precio de una supuesta paz, es entregar impunidad por doquier?
Pues si la respuesta es, sí, estamos condenados a centenares de años mas de guerra, porque, si la respuesta del gobierno, es perdón y olvido, ejercer violencia va a ser garantía para algún día llegar al poder.
Porque en otro sentido, el mensaje implícito que se le esta dando a nuestros jóvenes, es si quieren obtener privilegios, y llegar a hacer política, o simplemente conseguir visibilidad, el camino mas apropiado es alzarse en armas, es generar violencia; la medida del éxito en los jóvenes, es el que mayor criminal sea, el que mas actos de terror cometa.
¿Este es entonces el congreso que Colombia, anhela y merece?, un congreso con Timochenko en su presidencia, un congreso que cambie la imagen de nuestro libertador Simón Bolívar, por estatuas de Raúl Reyes y Cano. ¿Qué respuesta señores le darán ustedes a sus hijos, cuando les pregunten por qué el palacio de justicia se llama Iván Márquez?, ¿Qué enseñaran los profesores de historia?..., que Las Farc, fueron quienes llevaron las banderas de la democracia, y que  los verdaderos héroes, nuestro soldados, los antagonistas.
En Colombia, no podemos permitir esto, alcemos entonces la voz en pro de una democracia verdadera, una democracia que es la que realmente nos va a llegar, a conseguir una verdadera paz, una democracia activa y segura, donde no sea necesario para llamar la atención , alzar las armas, si no las ideas. Ese, ese es el único camino correcto, para que mas adelante logremos una paz verdadera.  Ese camino que hoy están los miembros de Uribe Centro Democrático construyendo. Un conjunto de ilustres desconocidos, que hoy por la única razón que hacen parte de estas filas, con un solo interés, recuperar el rumbo, que marcó, nuestro Presidente Álvaro Uribe.
Señores del UCD, ustedes son el Congreso que Colombia quiere y merece, éxito y Bendiciones.

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