Por: Martha Clemencia González M
Especial para bersoa.com
Cuando pensamos en primavera, normalmente la primera imágen que nos viene a la cabeza es la de las flores en todo su esplendor al igual que la del verdor intenso de los árboles y las praderas. Y es verdad. En los países en los que las estaciones se marcan con intensidad como es el caso de España, la primavera, se constituye en ese remanso visual que llega luego del invierno y que alegra tantos y tantos paisajes de esta hermosa geografía.
Para todos es bien sabido que la primavera es además relacionada en muchos escritos literarios con el romance...con el amor. Inconscientemente pensamos que en la primavera, al mismo tiempo que renacen las flores y se recomponen las hojas de los árboles o se reverdecen los campos, vuelven a aparecer los sentimientos de armonía, de alegría y de júbilo.
Y es que en primavera, la gente que ha soportado inviernos duros…durísimos como el que está por terminar en Europa, vuelve a salir a la calle...vuelve a sentir el calor del sol...nuevamente puede disfrutar de los parques o de planear paseos para visitar a sus familiares o amigos en otras ciudades, sin preocuparse por los continuos cierres de las carreteras ocasionados por las nevadas. Es por ello lógico pensar que este sentimiento de libertad que se experimenta con la llegada de la nueva estación, se traduce en actitudes más dispuestas a la alegría y el bienestar.
Sin embargo y sin la intención de bajar la intensidad a este bonito marco que cada año ofrece la naturaleza a través de las estaciones; en España cerca de 7 millones de personas temen a la llegada de la primavera.
Los fantasmas de las alergias y las consecuencias que de allí se pueden desprender para la salud como la rinitis, la faringitis, la dermatitis, las migrañas y algunas bastante agudas como el asma, impiden a muchos disfrutar de la que es considerada como la estación más linda del año.
Para estos 7 millones de personas, la primavera implica compra de medicamentos, visitas al médico y malos...muy malos ratos a la hora de andar por la calle. Conociendo sus "talones de Aquiles", este inmenso colectivo de alérgicos, ha estado atento a las últimas noticias en las que se advierte que el 2009 traerá una de las primaveras más intensas de los últimos 15 años.
Los Alergólogos españoles han asegurado que este año, se registrarán 5.100 granos de polen por metro cúbico de aire, lo cual dificultará considerablemente las condiciones de vida para los alérgicos. Las fuertes lluvias y el frio intenso del invierno, han hecho que la floración sea más contundente en casi todas las especies vegetales tanto en las ciudades como en los campos, dando lugar al aumento del polen que caerá esta primavera.
En el caso específico de las islas canarias, el problema para los alérgicos se agudiza ya que no sólo serán las flores o los árboles (algunas especies) las que les ocasionarán dificultades. La calima (polvo en suspensión proveniente del desierto africano) se torna más fuerte y duradera en algunos intervalos, durante la estación de las flores.
Como consecuencia lógica de lo anterior, en primavera y según las estadísticas, se triplica la atención en los servicios asistenciales por temas relacionados con problemas respiratorios y dermatológicos. Igualmente en esta estación del año, la venta de medicamentos en las farmacias se multiplica por cinco.
No existe felicidad completa, dicen por ahí. Es una novedad notar los cambios estacionales, cuando se es originario de un país como Colombia en el que estos fenómenos de la naturaleza, no se evidencian prácticamente más que para los meteorólogos. Y no quiero negar la belleza de esta circunstancia, es decir, la de poder ver el invierno, la primavera, el verano y el otoño como realmente son. Simplemente decir que mientras muchos se cansan de vivir rodeados de caribe, de sol y de trópico, otros lo hacen de tener que soportar cambios climáticos que les limitan notablemente sus vidas, como ocurre con los alérgicos...para estos últimos, la alegría verdadera y el júbilo tienen relación directa con el disfrute constante de lo que cansa a los primeros: el caribe, el sol, el mar y las buenas temperaturas. Volver a Inicio > o Ir a página bersoa España >
Cuando pensamos en primavera, normalmente la primera imágen que nos viene a la cabeza es la de las flores en todo su esplendor al igual que la del verdor intenso de los árboles y las praderas. Y es verdad. En los países en los que las estaciones se marcan con intensidad como es el caso de España, la primavera, se constituye en ese remanso visual que llega luego del invierno y que alegra tantos y tantos paisajes de esta hermosa geografía.
Para todos es bien sabido que la primavera es además relacionada en muchos escritos literarios con el romance...con el amor. Inconscientemente pensamos que en la primavera, al mismo tiempo que renacen las flores y se recomponen las hojas de los árboles o se reverdecen los campos, vuelven a aparecer los sentimientos de armonía, de alegría y de júbilo.
Y es que en primavera, la gente que ha soportado inviernos duros…durísimos como el que está por terminar en Europa, vuelve a salir a la calle...vuelve a sentir el calor del sol...nuevamente puede disfrutar de los parques o de planear paseos para visitar a sus familiares o amigos en otras ciudades, sin preocuparse por los continuos cierres de las carreteras ocasionados por las nevadas. Es por ello lógico pensar que este sentimiento de libertad que se experimenta con la llegada de la nueva estación, se traduce en actitudes más dispuestas a la alegría y el bienestar.
Sin embargo y sin la intención de bajar la intensidad a este bonito marco que cada año ofrece la naturaleza a través de las estaciones; en España cerca de 7 millones de personas temen a la llegada de la primavera.
Los fantasmas de las alergias y las consecuencias que de allí se pueden desprender para la salud como la rinitis, la faringitis, la dermatitis, las migrañas y algunas bastante agudas como el asma, impiden a muchos disfrutar de la que es considerada como la estación más linda del año.
Para estos 7 millones de personas, la primavera implica compra de medicamentos, visitas al médico y malos...muy malos ratos a la hora de andar por la calle. Conociendo sus "talones de Aquiles", este inmenso colectivo de alérgicos, ha estado atento a las últimas noticias en las que se advierte que el 2009 traerá una de las primaveras más intensas de los últimos 15 años.
Los Alergólogos españoles han asegurado que este año, se registrarán 5.100 granos de polen por metro cúbico de aire, lo cual dificultará considerablemente las condiciones de vida para los alérgicos. Las fuertes lluvias y el frio intenso del invierno, han hecho que la floración sea más contundente en casi todas las especies vegetales tanto en las ciudades como en los campos, dando lugar al aumento del polen que caerá esta primavera.
En el caso específico de las islas canarias, el problema para los alérgicos se agudiza ya que no sólo serán las flores o los árboles (algunas especies) las que les ocasionarán dificultades. La calima (polvo en suspensión proveniente del desierto africano) se torna más fuerte y duradera en algunos intervalos, durante la estación de las flores.
Como consecuencia lógica de lo anterior, en primavera y según las estadísticas, se triplica la atención en los servicios asistenciales por temas relacionados con problemas respiratorios y dermatológicos. Igualmente en esta estación del año, la venta de medicamentos en las farmacias se multiplica por cinco.
No existe felicidad completa, dicen por ahí. Es una novedad notar los cambios estacionales, cuando se es originario de un país como Colombia en el que estos fenómenos de la naturaleza, no se evidencian prácticamente más que para los meteorólogos. Y no quiero negar la belleza de esta circunstancia, es decir, la de poder ver el invierno, la primavera, el verano y el otoño como realmente son. Simplemente decir que mientras muchos se cansan de vivir rodeados de caribe, de sol y de trópico, otros lo hacen de tener que soportar cambios climáticos que les limitan notablemente sus vidas, como ocurre con los alérgicos...para estos últimos, la alegría verdadera y el júbilo tienen relación directa con el disfrute constante de lo que cansa a los primeros: el caribe, el sol, el mar y las buenas temperaturas. Volver a Inicio > o Ir a página bersoa España >