Por Alirio Gómez Martínez
Cuando un mandatario, llámese presidente, gobernador o alcalde, se inclina por determinado candidato en una contienda electoral, se acaban las garantías constitucionales para los restantes actuantes en la política. Como consecuencia lógica, quienes son maltratados por la parcialidad gubernamental, para no ser aplanado por las maquinarias oficiales, entra a buscar herramientas para ponerle freno a la descompensación. Es el caso de Santander.
Desde el comienzo del gobierno departamental, el mandatario se vio enfrentado a una serie de críticas por su gestión administrativa. El sector privado, los medios de comunicación y algunos grupos políticos censuraron lo que creyeron desatinos. Arranca el enfrentamiento hoy desbocado como una manada de caballos salvajes. Nunca aceptó esas observaciones como un ejercicio democrático y constitucional, sino las respondió agresivamente y en muchas ocasiones con insultos.
Cuando un mandatario, llámese presidente, gobernador o alcalde, se inclina por determinado candidato en una contienda electoral, se acaban las garantías constitucionales para los restantes actuantes en la política. Como consecuencia lógica, quienes son maltratados por la parcialidad gubernamental, para no ser aplanado por las maquinarias oficiales, entra a buscar herramientas para ponerle freno a la descompensación. Es el caso de Santander.
Desde el comienzo del gobierno departamental, el mandatario se vio enfrentado a una serie de críticas por su gestión administrativa. El sector privado, los medios de comunicación y algunos grupos políticos censuraron lo que creyeron desatinos. Arranca el enfrentamiento hoy desbocado como una manada de caballos salvajes. Nunca aceptó esas observaciones como un ejercicio democrático y constitucional, sino las respondió agresivamente y en muchas ocasiones con insultos.
El derecho ciudadano a opinar lo calificó de “complot”
Aquí se inició desde muy temprano la campaña electoral. Siempre fue visto el candidato del corazón del gobernador en todas las reuniones oficiales o antes de que se desintegrara el evento gubernamental, como por arte de magia, aparecía el endiosado por Convergencia Ciudadana en la misma tribuna.
Aquí se inició desde muy temprano la campaña electoral. Siempre fue visto el candidato del corazón del gobernador en todas las reuniones oficiales o antes de que se desintegrara el evento gubernamental, como por arte de magia, aparecía el endiosado por Convergencia Ciudadana en la misma tribuna.
Desde que hace mucho tiempo se rumoraba en todas partes ciertas posibles relaciones de este partido con los paramilitares. Eso generó un ambiente contrario al que buscaban.
El último en aparecer como candidato a la gobernación de Santander fue Horacio Sepa. Los medios de radio y televisión de Bucaramanga, pagados generosamente por la gobernación, lo recibieron brutalmente. “sería otra derrota que le daría el Gran Didier”. Se define la Candidatura de Serpa y comienza la gestión política. Otros partidos diferentes al suyo inician el desfile ofreciéndole su apoyo. Hasta ahí no se había hablado nada de la parapolítica. Arranca por parte de Convergencia una campaña grotesca en donde olvidaron por completo las propuestas y comenzaron los agravios y los insultos en vallas, afiches, cuñas de radio, mensajes de Televisión y otras formas.
Surge una voz en Barrancabermeja. Es una mujer frustrada militante primero del partido conservador y luego de Convergencia.
Ella dice tener pruebas. La Corte Suprema de Justicia la conminó y es cuando la justicia se siente en la necesidad de actuar. Vuelve y aparece la palabra complot y arranca un alarmante estado de histeria entre los dirigentes de Convergencia. Dos Senadores, dos representantes, un gobernador y dos diputados fueron vinculados a la parapolítica de un solo golpe.
Finalmente arrecian los agravios y entra a funcionar el comportamiento de los pusilánimes, los faltos de carácter y valor civil. Había que buscar a alguien a quien acusar de sus propios desatinos.
Lo encuentran: Horacio Serpa a quienes las encuestas lo colocan con un 54% de opinión positiva
frente al un 34% del candidato de Convergencia.
Entra la fase B: El terrorismo telefónico del que no se puede descartar sea el génesis de un comportamiento diferente y rayando en lo criminal: Trancar el triunfo de Serpa a sangre y fuego. Así se han comportado los paracos en toda su historia de crimen y sangre en el país. 60 mil actos de lesa humanidad. ¡Que “mamera” votar por paracos...!
frente al un 34% del candidato de Convergencia.
Entra la fase B: El terrorismo telefónico del que no se puede descartar sea el génesis de un comportamiento diferente y rayando en lo criminal: Trancar el triunfo de Serpa a sangre y fuego. Así se han comportado los paracos en toda su historia de crimen y sangre en el país. 60 mil actos de lesa humanidad. ¡Que “mamera” votar por paracos...!
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