viernes, 13 de junio de 2008

LA BASE DE MANTA, UN ENCLAVE DE DOMINACION


POR: REINALDO RAMIREZ

La base aérea de Manta, Ecuador, es junto con las bases militares que mantiene Estados Unidos en Guantámano, El Salvador y Curazao, un eslabón fundamental de la infraestructura bélica imperialista que le permite acantonar y movilizar sus fuerzas militares de intervención a cualquier lugar de Latinoamérica; en suma, estas bases militares son el garrote del imperio para perpetuar la sumisión política de los estados, la explotación y apropiación de nuestros recursos naturales y la dependencia económica y cultural de nuestros pueblos; la base de Manta es una espina en el corazón de América Latina, un enclave militar de una potencia extranjera agresiva que humilla y somete a nuestros pueblos, una fuerza de ocupación para impedir la liberación y la autonomía que reclaman las naciones originarias de Hispanoamérica cansadas de más de quinientos años de servidumbre.

Insinuar siquiera el traslado de la base militar norteamericana de Manta, Ecuador, a territorio colombiano muestra una sumisión indebida e innecesaria del gobierno de Alvaro Uribe a la política imperial; el solo anuncio de su posible ubicación en territorio colombiano será tenido como un gesto inamistoso hacia la República Bolivariana de Venezuela y los demás países del subcontinente suramericano que rechazan el tutelaje norteamericano.

Sabido es que Venezuela mantiene unas relaciones tensas con Estados Unidos por ejercer su autonomía, por desafiar los dictados imperialistas respecto de la explotación de sus recursos naturales; en el plano internacional, en ejercicio de su soberanía, Venezuela tiene su propia agenda exterior, mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con otros Estados en todo el mundo sin pedir el beneplácito ni la autorización de Washington; frente a sus desavenencias con Estados Unidos Venezuela merece nuestra solidaridad por ser nuestro vecino y el principal socio comercial de Colombia en Latinoamérica; compartimos con Venezuela más de dos mil kilómetros de frontera, una cultura y una historia comunes.

Pretender hacernos cómplices de los planes de agresión de los Estados Unidos a Venezuela resulta verdaderamente absurdo y contraproducente; prestar nuestro territorio para el acantonamiento del aparato militar que amenaza a nuestros vecinos es una aptitud inamistosa; a un elevado costo para nuestra soberanía y la paz de la región, el Gobierno de Alvaro Uribe acorralado y debilitado por sus nexos con el paramilitarismo, atado al brete de la derecha fundamentalista y al descrédito mundial del imperialismo norteamericano, busca afianzarse en el poder convirtiendo el territorio colombiano en una plataforma de las fuerzas armadas de intervención de Estados Unidos para amenazar la independencia de los países hermanos de América Latina.

Permitir la construcción de bases militares extranjeras en nuestro territorio para satisfacer los intereses y las designios de dominación norteamericanos es un delito de lesa patria por menoscabar la soberanía nacional, por convertirnos en enemigos y virtuales agresores de nuestros vecinos y por apartarnos del destino común que forjaron los héroes y patriotas que hace doscientos años derrotaron y expulsaron el dominio español para crear naciones libres y soberanas.
Bucaramanga, Junio de 2008
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