Decía en mi anterior artículo que además de las quince trampas de la pobreza, expuestas por los investigadores Laura Cuesta y Jairo Nuñez, consideraba una trampa más: El sofisma de una carrera Universitaria.
Dado que nuestra concepción del progreso esta basada en la idea de una "buena" educación como pilar del desarrollo personal y el éxito profesional, además de los elementos metafísicos que se le han sumado con la condición posmoderna como leyes espirituales, conexión con la energía cósmica, actitud positiva, proyección mental e innumerables etcéteras, cuyo propósito es alejar nuestra reflexión de las condiciones estructurales que son las verdaderas causas de la pobreza, las injusticias y falta de oportunidades; nos empeñamos afanosamente por ser parte de ese selecto grupo que puede acceder a la Universidad y tener un titulo profesional.
En ello ya hay una primera parte de la trampa: creer que la obtención del titulo es sinónimo de aprendizaje y competencia profesional. Muchos estudiantes se pasan los cinco años de su carrera esperando que el profesor no llegue, copiando trabajos, copiando en las evaluaciones y pagando la tesis.
Otra parte de la trampa esta en creer que una "carrera" tecnológica o el aprendizaje de una técnica equivalen a ser profesional. Como no tenemos grandes empresas que se ocupen de investigar y generar conocimientos sino que solo se ocupan de "hacer" cosas mecánicamente prefieren tecnólogos a ingenieros o no distinguen entre trabajadores sociales y sociólogos o prefieren un "maestro" a un arquitecto. En consecuencia la oferta laboral se hace muy amplia, poca la demanda y cada vez ingresos más bajos.
Claro que, a veces, no le faltan razones al "empresario", pues en la validación de aprendizajes puede resultar que efectivamente el técnico supere al profesional, porque este último finalmente cree saber algo que no sabe; es decir su educación quedo a medias: es un mediocre. Pero la mediocridad es una consecuencia de una serie de situaciones que se presentan en el complejo mundo universitario. Me centrare en una de ellas: el pago irrisorio de la hora cátedra.
Hoy las universidades prefieren contratar profesores por "Hora Cátedra" en vez de incorporar docentes e investigadores a sus nominas. La llamada Cátedra (que nada tiene que ver con su significado original) es una hora de clase que pagan por un valor que va desde los $12.000 a $17.000 dependiendo si la persona tiene especialización o maestría.
Nada más frustrante para un profesional, que ha invertido millones en su formación de pregrado y posgrados, para que en el ejercicio de una noble labor como es la docencia, en la que se requiere invertir más de tres horas por clase desarrollada, solo le reconozcan unos cuantos pesitos. Y Aquí si funciona una de las famosa leyes del éxito: "cada quien da de lo que recibe", pues por más empeño que el docente ponga para hacer un "buen trabajo" la escasa retribución lo obliga a ocuparse mañana, tarde, noches y fines de semana, sin tiempo para investigar o actualizarse, se vuelve repetitivo y monótono, justificándose asi mismo "no vale más esfuerzo por tan poca paga".
De esa manera las clases medias y pobres en su lucha contra la pobreza terminan sobre arenas movedizas: haciéndose cada vez más pobres. Volver a Inicio >
Dado que nuestra concepción del progreso esta basada en la idea de una "buena" educación como pilar del desarrollo personal y el éxito profesional, además de los elementos metafísicos que se le han sumado con la condición posmoderna como leyes espirituales, conexión con la energía cósmica, actitud positiva, proyección mental e innumerables etcéteras, cuyo propósito es alejar nuestra reflexión de las condiciones estructurales que son las verdaderas causas de la pobreza, las injusticias y falta de oportunidades; nos empeñamos afanosamente por ser parte de ese selecto grupo que puede acceder a la Universidad y tener un titulo profesional.
En ello ya hay una primera parte de la trampa: creer que la obtención del titulo es sinónimo de aprendizaje y competencia profesional. Muchos estudiantes se pasan los cinco años de su carrera esperando que el profesor no llegue, copiando trabajos, copiando en las evaluaciones y pagando la tesis.
Otra parte de la trampa esta en creer que una "carrera" tecnológica o el aprendizaje de una técnica equivalen a ser profesional. Como no tenemos grandes empresas que se ocupen de investigar y generar conocimientos sino que solo se ocupan de "hacer" cosas mecánicamente prefieren tecnólogos a ingenieros o no distinguen entre trabajadores sociales y sociólogos o prefieren un "maestro" a un arquitecto. En consecuencia la oferta laboral se hace muy amplia, poca la demanda y cada vez ingresos más bajos.
Claro que, a veces, no le faltan razones al "empresario", pues en la validación de aprendizajes puede resultar que efectivamente el técnico supere al profesional, porque este último finalmente cree saber algo que no sabe; es decir su educación quedo a medias: es un mediocre. Pero la mediocridad es una consecuencia de una serie de situaciones que se presentan en el complejo mundo universitario. Me centrare en una de ellas: el pago irrisorio de la hora cátedra.
Hoy las universidades prefieren contratar profesores por "Hora Cátedra" en vez de incorporar docentes e investigadores a sus nominas. La llamada Cátedra (que nada tiene que ver con su significado original) es una hora de clase que pagan por un valor que va desde los $12.000 a $17.000 dependiendo si la persona tiene especialización o maestría.
Nada más frustrante para un profesional, que ha invertido millones en su formación de pregrado y posgrados, para que en el ejercicio de una noble labor como es la docencia, en la que se requiere invertir más de tres horas por clase desarrollada, solo le reconozcan unos cuantos pesitos. Y Aquí si funciona una de las famosa leyes del éxito: "cada quien da de lo que recibe", pues por más empeño que el docente ponga para hacer un "buen trabajo" la escasa retribución lo obliga a ocuparse mañana, tarde, noches y fines de semana, sin tiempo para investigar o actualizarse, se vuelve repetitivo y monótono, justificándose asi mismo "no vale más esfuerzo por tan poca paga".
De esa manera las clases medias y pobres en su lucha contra la pobreza terminan sobre arenas movedizas: haciéndose cada vez más pobres. Volver a Inicio >
No hay comentarios.:
Publicar un comentario