Mario Vargas Llosa |
Bucaramanga, Octubre 27 de2010
Por: Pedro Gerardo Tabares C
Mario Vargas Llosa, es un escritor que en sentir de importantes críticos literarios, ha debido recibir el premio nobel desde hace muchos años, pero en el tiempo fue perdiendo el espacio hasta el punto de afirmarse que había quedado en el olvido de su creación literaria por cierto prolífica que deviene en un reconocimiento justo, ecuánime y de una dicción castiza con argumentos literarios interesantes, que van más allá de los de Saramago por ejemplo. Se ubica dentro del mundo real y lo elaborado desde 1963.
Nos llama la atención con una obra especial para el año 1969, cuando vio la luz pública la CONVERSACION EN LA CATEDRAL, voluminoso libro con descripción de las relaciones sociales de entonces en su patria, una representación latinoamericana, perseverancia en la disciplina, que consideramos dentro de catorce libros que determinan su producción, como la obra llena de interés y atracción . Nos apasiona la Conversación en la Catedral en principio, ante el neófito, la inquietud para relatar el acontecer de esa naturaleza, pero una vez en contacto con el libro encontramos que la Catedral no era catedral y que la conversación, se transformaba en el acontecer político de Chile, con la capacidad de universalizar el acontecer local que vive el escritor, su vinculación al periódico y el examen del acontecer después de la jornada en donde en realidad la conversación se transforma en profundidad del pensamiento del escritor y que por no ser uno de los primeros libros parece comprender a Latinoamérica, llamándonos la atención la habilidad en la dicción, el manejo de los personajes en ambiente político –camarita- alguna distancia para no estar tan cerca de quienes podía vigilar hasta el pensamiento y la forma agradable de hilvanar los vocablos para mantener la atención hasta el último renglón. La lengua castellana vuelve a tener la relevancia, que todos aspiramos para que por razón del premio nobel se conozcan nuestras costumbres, éxitos y defectos.
Hoy que ya estamos sometidos a no leer, sino a que nos lean los libros gracias a la tecnología nos trae gratos recuerdos, Vargas Llosa recibe el premio nobel postergado porque lo merecería, por sus pensamientos filosóficos como por ser un escritor prolífico que aún citando cualquier libro de pocas páginas constituyen el deleite del lector en lo que podría denominarse esa emoción estética que produce la literatura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario