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lunes, 31 de diciembre de 2012

La experiencia mejicana

Por. Pedro Gerardo Tabares C.
La Universidad de  Puebla, tuvo un Director de la facultad de contabilidad y administración del campus de Zelaya–Tierra en donde, quien entrara quince años atrás como profesor, llegó a rector y debió retirarse del cargo por haber acreditado falsamente calidades para ocuparlo, de quien  uno de los directivos señaló: “Nos duele porque tenemos personal muy valioso esto es muy desagradable para la institución, situación que constituye reflexión
 Hacer referencia a una situación como esta,  nos hace recordar cómo entre nosotros, al igual  que  tenemos influencia cultural de la ranchera, nos acompañan  acontecimientos       semejantes. En el servicio al Estado colombiano se encuentra el señalamiento de requisitos mínimos de conocimientos para el desempeño de cargos, que salvo los de elección popular, no exigen acreditar conocimientos con registro estatal,  para recibir primas y dineros que consagran estatutos.
 Por ello no es extraño que se obtengan certificados de  enseñanza superior  falsificados y feria de los de enseñanza media.
En este caso, en nuestro país se dan situaciones que si bien reciben en alguna oportunidad las sanciones correspondientes, en definitiva se limita el acontecer a ser noticia en páginas rojas que por lo desgastadas no tienen influencia en el entorno social.
 Surge la admiración de quienes no se han atrevido a comprar títulos que avezados falsificadores ofrecen.
Esta modalidad se ha venido revelando, de tal manera que no hay posición estatal que no haya registrado situaciones de esa naturaleza. Se desvirtúa con esas actuaciones la falta de escrúpulos en los nominadores, que teniendo amenazas sobre responsabilidad disciplinaria que jamás se ha dado por la nominación de personas con documentos falseados se torna en una situación especial que refleja que una es la seriedad de las leyes, que el ciudadano desprevenido debe saber por imposición legal, y otra, el desconocimiento por parte de quienes las aplican, que no se toman el trabajo de leer estatutos y legislación que deben aplicar a partir de su posesión.
Dentro del orden normal lo lamentable es que quienes acceden al poder con  documentos falsos obtengan lucrarse y lo guarden para más tarde, mientras que quienes luchan por mejores condiciones reciben repudio.
En tales condiciones, volverá a imperar la costumbre y los títulos falsificados no tendrán apoyo por falta de utilidad.



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