Los derechos humanos y las decisiones judiciales
Por: Bernardo Socha Acosta
Por: Bernardo Socha Acosta
No era común que los
ciudadanos lanzaran duras críticas contra el sistema de administrar justicia en
Colombia. Pero hoy ya es frecuente que las diatribas contra la justicia
se escuchen por todas partes. Los ofendidos se preguntas si es el sistema o son
las personas que han sido seleccionadas
para administrarla.
Lo ciertos es que en varias
encuestas, que diferentes medios de comunicación han hecho en los últimos días
sobre el concepto de justicia en Colombia, los ciudadanos se han encargado de darle la
peor calificación de la historia.
Los últimos hechos en los que
delincuentes reconocidos capturados en flagrancia y ciudadanos que por embriaguez
han causado la muerte, no de una, sino de varias personas a la vez y los jueces
los han enviado a sus casas con argumentos que
para el común de la gente constituyen una afrenta, ha desfigurado por completo la función de quienes en
épocas no muy lejanas eran sagrados y
respetables.
Los peligrosos delincuentes
que cometen toda clase de fechorías y son enviados a sus casas, ha despertado el instinto de venganza de
muchos afectados, al ver que en Colombia la justicia desapareció.
Ya se ha visto en varias
ciudades de la Costa atlántica que las comunidades de bien han intentado linchar
a los antisociales que se dejan arrestar, porque
consideran que de nada sirve que la policía actúe para capturarlos, si más se
demora en llegar a los juzgados, que
dejarlos libres, como en un aparente premio por la acción delictiva.
Estas acciones contra los que
violan las más elementales normas de
convivencia y legalidad, es un irrespeto contra el buen ciudadano. Y por eso se
está incubando un sentimiento de venganza y de justicia propia.
Dicen los que han sido afectados en sus derechos, por
decisiones judiciales, que si bien es cierto que hay congestión carcelaria, ese
factor no es óbice para denegar la
justicia que merecen los buenos ciudadanos y el castigo que merecen
los infractores.
La animadversión que las
personas de bien, afectadas por hechos delictivos y, al mismo tiempo afectados
por decisiones judiciales, está
almacenando un peligroso desenlace de sentimientos de rencor contra varios
sectores que posiblemente traerán graves consecuencias en el futuro.
Y valga decir que si en la fecha se celebró el día de los derechos humanos, eso es lo que precisamente reclaman los buenos ciudadanos que ven vulnerados sus más fundamentales derechos por parte de elementos antisociales que ya no tienen el más mínimo principio de esa gracia humana, y, si no hay justicia que los proteja, qué le queda al ciudadano, o a una sociedad… Estamos los ciudadanos, frente a un dilema y de espalda a los derechos humanos. Dicen que el prestigio se gana, no se impone.
Y valga decir que si en la fecha se celebró el día de los derechos humanos, eso es lo que precisamente reclaman los buenos ciudadanos que ven vulnerados sus más fundamentales derechos por parte de elementos antisociales que ya no tienen el más mínimo principio de esa gracia humana, y, si no hay justicia que los proteja, qué le queda al ciudadano, o a una sociedad… Estamos los ciudadanos, frente a un dilema y de espalda a los derechos humanos. Dicen que el prestigio se gana, no se impone.
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