Trafugarrio
Escribe: José Óscar Fajardo
Me contó Abelito Flórez que el
8 y 9 de octubre el doctor Didier Tavera, gobernador de Santander, junto con
los más altos funcionarios de la administración, gobernará por espacio de dos
días desde el municipio de Vélez,
capital de esta provincia, invitado especialmente por su alcalde doctor
Leonardo Pico. Así que los ciudadanos que tengan planeado viajar a Bucaramanga
a hacer cualquier diligencia del tamaño y la naturaleza que sea, podrán
abstenerse de viajar evitándose toda la molestia y los gastos de este poco
agradable periplo. Pero también me contó Abelito, muy por debajo de cuerda y
que no fuera a contar, que hace poco más de un mes, el doctor Didier Tavera
había estado de visita oficial en Bolívar, municipio vecino de Vélez, patria
chica del académico empresario Fernando Vargas Mendoza, vereda de Bajo Bolívar;
del exsenador Jorge Sedano González, del
exdirector de la Policía, General Palomino, ya en retiro; y del mismo Abelito
Flórez, de la vereda Lomalta y hoy industrial del calzado y periodista. También
me contó mi consueta que la señora madre del General Palomino, doña Graciliana
de Palomino, era modista y les hacía los pantalones corticos cuando esos
“pingos” del Fernando Vargas y el Abel, eran cagoncitos. Pero lo más verraco es
que según mi informante, dizque en dicho paseo el doctor Didier Tavera fue
obsequiado “comilonamente” con un
piquete a base de molidos de maíz, aguacate con panela güepsana, queso
campesino y chicha legítima de maíz del que siembran en las faldas de las
montañas entre Bolívar y Guavatá, vereda El Pedregal, donde nació la guabina
santandereana según la tradición oral de esa región. Pero lo más curioso y a la
vez preocupante es que, dicen, de un día para otro el doctor Didier se
convirtió en un asiduo consumidor del consabido ”piquete”, el cual manda
preparar con frecuencia y exclusivamente para él. Me cuenta Abelito que alguien
le preguntó, al gobernador, a qué se debía tanta devoción con ese alimento y
dizque el doctor Didier le contestó, “Eso es mucho afrodisíaco tan arrecho
mano”, y soltó la risa repleto de satisfacción. Nunca se supo por qué afirmó
eso, pero eso fue lo que dijo. Claro que esa chicha de allá, dios me libre, es
más brava que el jugo de tarántula revuelta con zumo de mapaná y pudo dejarlo
embalado. Otros dicen que el tal piquete, semejante revuelto tan explosivo,
suele generar espantosas diarreas por efecto de tastás. Naturalmente que el
doctor Didier, lo mismo que el doctor Horacio Serpa, senador; el exalcalde de
Bucaramanga Vargas Mendoza; y el exsenador Sedano, son legítimos santandereanos
con cultura y todo y eso es mucho gustarles la cuca. ¿Y a quién no? Además la
cuca es deliciosa con café en leche o con aguapanela. Aclaro, por el bienestar
y el respeto de las consortes de tan importantes personajes, que cuca es una
galleta que se hace en Santander con harina de trigo y melao de panela y las
hay blancas y negras. También lo hago para evitar las maledicencias y los
comentarios desmirriados de los opositores políticos y de los periodistas
chismosos. Así que, reitero, Javier Leonardo Pico, alcalde de Vélez y el
gobernador de Santander, Didier Tavera, invitan a toda la provincia para que
visiten la colonial Vélez del alma y de paso hagan sus diligencias y no gasten
plata y tiempo en el viaje a Bucaramanga. Pero nadie ha explicado, ni desde la
antropología ni la sociología, por qué los santandereanos somos tan arrechos
(para los bonches) ni por qué, o con qué intenciones le dieron esa pócima
erótica al Gobernador que lo hace inmensamente feliz.
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