Mario González Vargas
El miércoles 27 inició su
segundo mandato el Secretario General Almagro que estará marcado por el
fortalecimiento de la Democracia y de los Derechos Humanos, por el impulso al
desarrollo y a la innovación que le son correlativos, así como por la
superación de la pandemia del COVID-19. Su gestión en los próximos cinco años
asegura la continuidad de sus esfuerzos por devolver a la OEA sus caracteres de
Relevancia y Modernidad que se debilitaron en las gestiones posteriores al 2004
y son hoy indispensables para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
“Normalizar la Democracia”
apunta a fortalecer consensos y robustecer el diálogo político, que constituyen
principios y valores de la Carta fundacional y reiterados en la Carta
Democrática, insustituibles para el mantenimiento de la paz y la estabilidad
política regional, y que están en juego en medio de la guerra fría que se
inicia entre la China y Occidente. Ese enfrentamiento, no atañe al sistema
económico basado en la industrialización y el crecimiento, hoy compartido por
todos, sino al componente político que se fundamenta en la vigencia de la
democracia y el respeto de los derechos humanos, patrimonios del sistema
interamericano. La OEA ha construido doctrina y herramientas para la defensa e
innovación de sus principios democráticos y de los derechos humanos, cuya
vigencia ha fortalecido la legitimidad de la inmensa mayoría de los regímenes
políticos en el hemisferio. Con ellos, el secretario Almagro ha procurado una
solución pacífica a la usurpación del poder en Venezuela por el dictador
Maduro, y su valentía y tenacidad han encontrado eco en muchos de los Estados
Miembros de la Organización. Pero no debe olvidarse que en el proceso de
elección del Secretario General se inmiscuyeron el espíritu y los intereses que
animan ya la confrontación para el delineamiento de un nuevo orden mundial. Es
tarea que exigirá templanza, diplomacia y mucha firmeza para defender, en un
inminente escenario orbital de confrontación, el mayor y esencial activo de la
Organización.
Por otra parte, el COVID-19 es
un reto enorme para la vida y el desarrollo económico y social en el
continente, y así lo ha expresado el secretario Almagro. Su voz ha sido escuchada
porque los presidentes de Colombia, Chile, Perú y Uruguay han coincidido en que
la lucha contra la pandemia debe ser coordinada regionalmente. En una tarea
mayúscula la que le espera al Secretario General, porque lo que se espera de su
coordinación es trabajar para que la superación de la crisis se traduzca en una
nueva normalidad en la que se superen los déficits sociales que afectan a
nuestros pueblos y se traduzca en el goce pleno de los derechos económicos y
sociales de todos los ciudadanos.
Nos esperan tiempos difíciles
y azarosos que definirán la arquitectura de un nuevo orden mundial en el que
estarán en juego muchos de los conceptos, instituciones y logros que hoy
soportan las libertades de los ciudadanos. Preservarlos es la mayor tarea de la
OEA.
Ajuste de contenido y diagramación:
bersoahoy.co
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