Por: Bernardo Socha Acosta
La azarosa
temporada que estamos, finalizando de desorden y de acciones de transgresión,
es apenas una campanada de alerta dirigida a las tres ramas del poder público y
los entes de control que han manejado a su arbitrio y en su favor las
obligaciones para lo cual fueron creadas, desconociendo los derechos de la
población.
Cada rama del poder, comenzando por la
ejecutiva, debe comenzar una etapa de contrición, para seleccionar las fallas en
orden prioritario y comenzar a corregirlas.
Y qué decir
de la rama legislativa, donde se han anquilosado unos grupos de poder político
y han creado unas MONARQUÍAS desde las cuales han influenciado en la ejecutiva
para en conjunto preparar y luego aprobar muchas normas que a pesar de lo punibles
se aplican como normatividad favorable para un país que poco a poco ha venido
cayendo en la peor confusión de su historia.
Y esa rama legislativa
(congreso de la república) es quizás
la responsable de la mayor parte de las flaquezas que está viviendo Colombia.
Desde el Congreso de la república es donde se hace y se deshace, una gran parte
de actos lesivos para el país y por ende para la sociedad.
Mientras no
se reforme el Congreso de la república, Colombia seguirá soportando lo que ha
comenzado a vaticinarse. Pero cómo se va a reformar un ente de poder como este,
si los intereses politiqueros de las BANCADAS que se ufanan de tener el poder,
no cesan en atacar y pretender competir unas con las otras en pro de sus malditos
e insaciables intereses.
Pero al
pueblo se le está rebozando la taza y los 11 días de expectativa y revueltas
que se han registrado en Colombia, es solo una voz de alerta de lo que puede
suceder, y si los abusos de poder de los principales entes que gobiernan al
país no le permiten algo a quienes los sostienen (el pueblo) con el pago de
exagerados impuestos, sobretasas y
contribuciones, son impredecibles las consecuencias de un futuro.
Y para ser
más didácticos y para finalizar, cuando hablamos de las normas punibles
que se aprueban como legales, hablamos de
aquellas normas que facilitan la consumación de la corrupción, que como es de conocimiento público, ésta se apodera
anualmente de algo más de $50 BILLONES, sin que sus responsables paguen lo que
deberían resarcir. Muchos son juzgados y la mayoría absueltos, y algunos condenados
y enviados a sus casas a pagar ridículas penas. Y todavía muchos integrantes de
las ramas del poder público, tienen la desfachatez de preguntarse, por qué el
pueblo se rebela. Y otro ejemplo en el cual el ejecutivo y el legislativo son
responsables directos de la corrupción,
es cuando se eligen funcionarios de los entes de control, elección en la cual
se aprovechan del poder político para llevar a esos cargos a funcionarios de
bolsillo que estén bajo su dominio y de paso no puedan cumplir con sus obligaciones
de cuidar el erario. Y, así muchas otras
modelos que se ejercen en nuestro país para proteger la corrupción y luego buscar al pueblo para que tape con sus impuestos
los faltantes que los cómplices del sistema han engrosado a sus cuentas
privadas. Recordemos que el pueblo es superior a sus gobernantes y el pueblo es
la voz de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario